El día en que el país dijo basta

El 13 de diciembre de 2001 se realizó en todo el país una huelga general impulsada por los sindicatos que , con un alto acatamiento, puso en jaque al gobierno de Fernando De la Rúa, mientras este se entrevistaba en Casa de gobierno con su antecesor Carlos Menem.

En medio de la crisis económica y social sin precedentes , que habia llevado a su fin al  gobierno de Fernando de la Rua en el  2001, fue llevada a cabo una huelga general, en contra del Plan Candado del ministro de economía Domingo Cavallo, impulsada por la CGT y la CTA.
La paralización total de los transportes fue la base de la huelga que, de acuerdo a la evaluación sindical, paralizó al país. El Gobierno, por su parte, aceptó que la medida tuvo el 59 por ciento de adhesión. Hubo taxis incendiados y en distintas ciudades se produjeron incidentes.
En la Capital y el conurbano, la lluvia de la primera mitad del día, y la ausencia de transporte público contribuyeron con el éxito de la medida de fuerza.
A diferencia de otras oportunidades, en que sólo se paralizaban los sectores de la producción y dependencias estatales, esta vez se notó la adhesión de buena parte del comercio, aun de aquellos que atiendían sus propietarios. Un indicador más de que la crisis golpeaba.
El paro fue convocado por la CGT( en ese momento dividida en oficial y disidente) y la alternativa CTA, unidas en dos argumentos básicos: el repudio a la retención de dinero en efectivo por parte de los bancos y el rechazo a la política económica del Gobierno.
El presidente De la Rúa declaró que "este es un paro cuyos motivos no están claros. Al parecer se vinculan con las medidas bancarias", a las que ratificó como "imprescindibles" para evitar mayores perjuicios contra el país y los ahorristas.
En simultáneo con la realización del paro, los propios registros gubernamentales se encargaron de cuantificar la magnitud de la crisis que afecta a millones de argentinos al divulgar que la cifra del desempleo, que alcanza al 18,3 por ciento según la  medición de octubre de 2001. Esto significa que hay 2.800.000 personas sin trabajo, mientras que el subempleo afecta a otro 16,4 por ciento de la población económicamente activa.
En Rosario, Mar del Plata, Neuquén, Córdoba, San Juan y Mendoza se produjeron incidentes y en varias provincias se verificaron cortes de ruta y actos.
El comercio, que por lo general se muestra reticente a sumarse a estas medidas, estaba cerrado en todo el país desde las primeras horas de anoche, aunque a medida que avanzó el día fueron abriendo, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires y en Río Negro.
En la Capital Federal, los trenes no anduvieron, en tanto que lo subterráneos funcionaron con intervalos de entre 8 y 11 minutos, al igual que los días feriados.
En las centrales de Retiro y Constitución hubo pasajeros que perdieron los últimos trenes del miércoles y debieron quedarse a dormir a la intemperie.
El paro en el transporte colectivo fue casi total y era imposible conseguir taxis durante la madrugada. Pero al avanzar el día comenzaron a aparecer los taxis, remises y algunos micros truchos que traían pasajeros desde el Conurbano al área metropolitana. El tránsito de automóviles particulares fue especialmente congestionado en las principales vías de acceso a la ciudad.
En las ciudades del interior, el panorama era verdaderamente desolador, con las calles desiertas y los comercios cerrados.
Cerca de cien personas del sindicato de camioneros organizaron una olla popular frente al domicilio del ministro de Economía, Domingo Cavallo, en la esquina de avenida Libertador y Ortiz de Ocampo.
Al mismo tiempo un grupo de bancarios realizó un acto en el microcentro, arrojando petardos y bombas de humo y se producían cortes de ruta frente al Mercado Central, al igual que en La Plata, Florencio Varela, en distintos puntos de Mar del Plata, en el interior de Jujuy, en Formosa y Tucumán y en el centro de Mendoza y se realizaron actos y marchas con algunos incidentes en Mar del Plata, Neuquén, Córdoba y Rosario.
En la ciudad de Pergamino arrojaron un neumático incendiado en el interior del edificio de la intendencia.

Las tres centrales sindicales coincidieron en destacar la amplitud del paro y no escatimaron adjetivos tales como total, contundente, exitoso. También salieron a diferenciarse de la propuesta de dolarización que reinstaló el ex presidente Carlos Menem luego de entrevistarse por la mañana con De la Rúa. Para el líder de la CGT rebelde, el camionero Hugo Moyano, ese encuentro fue "la foto de la Argentina de la claudicación".

Al mismo tiempo en que el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires  Carlos Ruckauf endurecía sus posiciones con el gobierno nacional, el jefe formal del Partido
Justicialista, Carlos Menem, visitaba la Casa de Rosada, en lo que los medios políticos tomaron como un aval al oficialismo en un momento crítico como el del paro.
El ex presidente se entrevistó con De la Rúa, propuso dolarizar la economía pero reivindicó el derecho de los trabajadores a protestar.
El presidente De la Rúa, estimulado por la visita de su antecesor en un momento tan significativo, sugirió que el paro tuvo motivaciones políticas, en tanto que su ministro de Trabajo, José Dumón, lo dijo con todas las palabras, ya que, afirmó "el paro no tiene reivindicación laboral ninguna, es un paro que inexplicablemente se dice que se hace por a libre disponibilidad del salario cuando el 86 por ciento de los asalariados cobra menos de mil pesos".
En la evaluación oficial no fue el paro más contundente de la era De la Rúa: en el 2000 el paro realizado el 9 de junio de 2000, el Gobierno había reconocido una adhesión del 60 por ciento. Dumón descalificó la medida: dijo que "no sirve para cambiar nada" y aseguró que la gente "no está de acuerdo con este mecanismo".

Con este, como con otros tantos episodios que se fueron sucediendo a lo largo de los días el gobierno de la Aliaza se fue debilitando hasta llegar a su punto de quiebre con la renuncia de Fernanado De la Rùa a la presidencia de la nación.

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