UNA ECONOMÍA INSOPORTABLE

Argentina difícil: El 80% de las pymes fracasa a los 2 años

Intentar crear una pequeña o mediana empresa que sobreviva a los 2 años es casi imposible en la Argentina K. Se imponen cambios profundos en el sistema tributario, financiero y laboral, para comenzar. Luego, las regulaciones de la actividad comercial. Y no olvidar la logística. En Latinoamérica el 80% de las pymes fracasa antes de los 5 años y en Argentina la tasa es aún más preocupante, el 80% fracasa a los 2 años. Muy interesantes las reflexiones de Luciana Paulise, directora de Biztorming Consultoría & Capacitación de PYMES.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Biztorming).  Las PYMES son el motor de la sociedad, pero la tasa de fracaso anual es muy alta. 
 
En la Argentina hay más de 600,000. Un 15% de la población entre 18-64 años es emprendedor o dueño de un negocio con menos de 3,5 años de antigüedad, según datos del Global Entrepreneurship Monitor. Pero la tasa de fracaso anual es muy alta. En Latino América el 80% de las pymes fracasa antes de los cinco años y en Argentina la tasa es aún  más preocupante, el 80% fracasa a los dos años. En los países en desarrollo entre un 50 y un 75% dejan de existir durante los primeros tres años, y la principal razón es que el negocio no es rentable. 
 
La mayoría de los emprendedores y dueños de PYMEs encuentran las causas principalmente fuera de la empresa, en el entorno político-económico. En general, más allá de las políticas del gobierno de turno, de los vaivenes de la economía de la región o de las motivaciones de las nuevas generaciones de empleados, hay algo que hace que algunas empresas fracasen pero que otras continúen creciendo y hasta se conviertan en grandes empresas. 
 
El problema común que se observa en las PYMES y emprendimientos es su falta de profesionalización. Esto implica un enfoque más serio de la empresa hacia lograr la calidad del producto y servicio que se ofrece, estandarización en las operaciones, una mejora en la gestión de los empleados, mayor control de los insumos y sus proveedores, planificación de las acciones, análisis de los resultados y finalmente, una revisión del liderazgo de los dueños.
 
A diferencia de lo ocurre en la grandes empresas que cuentan con directorios y diversos asesores, la supervivencia de la empresa está fuertemente relacionada con el conocimiento del dueño. Muchos de los empresarios están altamente capacitados, son ingenieros, médicos, contadores, otros tienen años de experiencia en su trabajo, todos son expertos en su producto o servicio, pero eso no es suficiente para tener todas las respuestas. Normalmente los emprendedores se centran en un producto exitoso, pero otras cuestiones quedan de lado por falta de tiempo, desconocimiento, falta de interés en el tema o simplemente por la incapacidad humana (sí, ¡recordemos que somos humanos!) de poder abarcar todos los posibles problemas. ¿Te interesaría saber qué otros temas se te pueden estar escapando de tu análisis?
 
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Pymes
 
· El liderazgo: la dirección normalmente tiene una visión incompleta de todos los componentes de la empresa y su interrelación,  el foco suele estar en las áreas que nos atraen, se fomenta sin querer el individualismo por tener que resolver las cuestiones “rápidamente” y falla cada vez más el trabajo en equipo, los líderes tienen miedo a involucrar a los empleados en las decisiones y les cuesta maneja la frustración cuando factores externos impactan el negocio.
 
· El Equipo: no es fácil tener el olfato para reclutar personal competente, falta mucha capacitación del líder y de los empleados, falta una estructura salarial justa donde predomine premiar la experiencia, resistencia al cambio, se teme al de asesoramiento de expertos externos a la empresa para que no nos “roben las ideas”. En resumen falta tiempo para escuchar a la gente y para trabajar en equipo.
 
· El mercado: el cliente es el primer afectado ya que una organización precaria de la empresa y una escasa capacitación lleva a una mala atención al cliente, no considerando sus necesidades y quejas en el diseño del producto o servicio. También falta el enfoque en un tipo de cliente específico, no hay de plan de ventas que considere los picos de demanda y las bajas de trabajo, y se termina culpando a la economía, a los empleados o a la mala suerte. Se suelen evitar la inversión en  promoción, y en investigación de mercado: hay desconocimiento de las ventajas competitivas y debilidades propias, y minimización de las fortalezas de la competencia.
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· La planificación: normalmente falta un plan de negocios, los objetivos a largo plazo no están definidos, si hay objetivos de corto plazo no se han comunicado a los empleados, falta un análisis de riesgos potenciales y prevención de los mismos, y aparecen las crisis del crecimiento por no prever que no sólo es malo no vender, sino también vender mucho.
 
· La operación: los procesos productivos y de servicios no están definidos ni organizados considerando los tiempos normales de operación, hay altos niveles de desperdicios, altos costos por retrabajos y errores, falta capacidad técnica por la incapacidad de reclutar a la gente correcta, hay mal manejo de los inventarios, faltan controles de calidad o hay demasiados, pero los problemas se resuelven tarde o se esconden.
 
· Proveedores: no se suelen evaluar los proveedores o hacer un seguimiento de su rendimiento, la selección es por precio, por amistad o por intuición, desorganización y falta de pago a los proveedores. En algunos casos hay dificultad para conseguir suministros adaptados especialmente al producto por no tener relaciones de largo plazo con los proveedores. También suele haber sobre almacenamiento de stock que lleva a alta inmovilización del capital, altos gastos de mantenimiento y pérdidas por obsolescencia.
 
· Resultados: la falta de gestión de indicadores lleva a que los resultados se vayan observando intuitivamente en el día a día por mera observación del dueño  por comentarios de los mandos medios, sin seguir una tendencia mensual o hacer un análisis de desvíos versus los objetivos planteados.  En los emprendimientos más pequeños no se consideran los costos fijos al momento de definir los costos totales, y encuentro que muchos no saben diferenciar los gastos personales de los relacionados con el negocio, lo que dificulta la evaluación de la rentabilidad de la actividad. En muchos casos los temas de resultados son directamente delegados a un contador externo, con lo que no se toman acciones concretas para cumplir todas las obligaciones o exigir las cobranzas, y los fondos no son gestionados considerando el presupuesto integral de la empresa.
 
· Mejora continua: en definitiva, apenas hay tiempo para producir, ¿cómo vamos a mejorar? Los problemas se van “pateando para adelante” y sólo resuelven cuando ya no queda otra opción, de manera intuitiva y sin un análisis profundo de los hechos y tendencias reales.
 
Si alguno de estos problemas está ocurriendo en tu PYME, es momento de accionar antes de entrar en el 90% que debe abandonar la empresa.

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