DEL 'CASO KINDER' A LAS GASEOSAS EN COLOMBIA

Incipiente rechazo en la región al marketing dirigido a los niños

Unos días antes que Chile dispusiera etiquetar a partir del 26 de junio los productos considerados nocivos para la salud afectando a Ferrero y Mac Donalds, la propia Cámara de la Industria de Bebidas de la ANDI, en Colombia, decidió no vender bebidas gaseosas en escuelas primarias ni hacer publicidad que se le relacione, porque afrontaba una corriente de opinión adversa sobre las implicaciones en la salud de los niños. Hace un par de años, el entonces alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, emprendió una cruzada para limitar los envases de colas dulces, que la justicia rechazó en 2da. instancia. Lo que parecía ser una victoria de las corporaciones, en realidad engendró una preocupación extendida por el elevado grado de obesidad infantil, y ahora esa posta fue tomada por países latinoamericanos que no se distinguen precisamente por un sesgo “progre” de su población. En la Argentina, las regulaciones alcanzan sólo al tabaco y la sociedad parece más empeñada en la carrera de la inflación que en las consecuencias que alimentos nocivos pueden tener para la salud de los “únicos privilegiados”, viejo lema político del que sólo persistió en el tiempo la acepción más frívola y consumista.

Un comunicado fechado el 10/04 en un pequeño e ignoto pueblo italiano llamado Alba, en el norte de la península, donde se encuentra la sede de la tradicional familia chocolatera, dice que “Ferrero recibió con consternación el anuncio de un alto funcionario del Ministerio de Salud de Chile de que la venta del producto ´Kinder Sorpresa´ en Chile será prohibida a partir del próximo 26 de junio”. La razón esgrimida: el juguete contenido en el huevo de chocolate es un “gancho” para atraer niños.

La decisión del gobierno chileno consiste en prohibir a partir del último lunes de este mes el Kinder Sorpresa, el huevo de chocolate que esconde un juguete, y modificar la Cajita Feliz (Happy Meal) de McDonalds, en el marco de una nueva ley de etiquetado que pretender frenar la obesidad en el país austral.

La prensa trasandina celebró esta norma pionera en el mundo por su elevada exigencia, cuyo objetivo principal es regular el etiquetado de la información nutricional, la publicidad de alimentos dirigidos a los niños y la venta en escuelas de determinados productos, al ser Chile el 2do. país con más obesos de América Latina y presentar una de las tasas más altas de obesidad infantil, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO). 

La reacción de la empresa Ferrero no se hizo esperar y, tras avisar que se reserva los derechos de activar las instituciones nacionales e internacionales para obtener una solución jurídica frente a esta situación, resaltó ante la opinión pública que, desde sus inicios hace más de 40 años, el pequeño juguete en el Kinder Sorpresa es una parte esencial e integral del producto, el cual constituye una sola unidad.

El jefe del Departamento de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, Tito Pizarro, en declaraciones a radio ADN, explicaba la medida: "el Kinder Sorpresa tiene un gancho y no podrá ser vendido en nuestro país. La cajita de McDonalds (Happy Meal) tiene alta cantidad de sal, azúcar y grasas saturadas y no puede ser entregado en un gancho comercial. Como está la cajita hoy, desde el punto de vista de los nutrientes críticos, no es feliz", se despachó.

Y en réplica al encuadramiento al que se exponía a “uno de sus productos más populares, y de más alta calidad”, Ferrero aseveró que “la sorpresa es la esencia misma del huevo de chocolate y, en ningún caso, se puede considerar un gancho para su consumo”.

Pero parece que quedó una hendija para negociar: la autoridad sanitaria chilena señaló que si se quiere promover un producto saludable se permitirá, pero "si hay alta cantidad (de azúcares, sal o grasas) no podrá ser vendido".

Las nuevas normas establecen que los envases y etiquetas de los alimentos para el consumo humano deben indicar los ingredientes que contienen, incluyendo los aditivos y los contenidos de energía, azúcares, sodio y grasas saturadas. Todos los envases de los productos que superen los límites fijados como recomendables deberán llevar en la cara principal una etiqueta con la fase "Alto en" sobre un fondo negro. Los que tengan ese distintivo no podrán venderse en las escuelas, ser anunciados en televisión en horario infantil, ni tampoco incorporar en el envoltorio ganchos o caricaturas que puedan atraer la atención de los menores.

Ejemplo para imitar

Durante un seminario en la sede de la FAO, en Roma, el senador chileno Guido Girardi había considerado necesario "globalizar" el combate contra la malnutrición, al que calificó como uno de los mayores desafíos para la salud pública global, en virtud de que los ciudadanos chilenos tienen "derecho a saber lo que están comiendo", incluidos los niños, que sufren el "abuso y exceso de la publicidad de las transnacionales", lo que ha influido en que estén dejando de comer alimentos tradicionales en todo el mundo.

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Los países de bajos y medianos ingresos tienen los índices más altos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se registraron 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo en 2010. Un fenómeno creciente. En Colombia, ha habido un aumento de 25,9% en el sobrepeso y la obesidad en los niños de 11 a 17 años entre 2005 y 2010.

Fernando Gómez, miembro del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Javeriana y ponente del próximo Congreso Colombiano de Obesidad, realizó una experiencia con sus estudiantes en la que concluyó que el 96,4% de los alimentos publicitados el 29 de julio de 2012 en el canal RCN, durante la franja infantil, eran no saludables. Sólo el 3,57% eran alimentos no procesados.

Bajando en el mapa por la línea del Pacífico, datos del Ministerio de Salud de Chile (Minsal) señalaban que más de un 30 % de los niños y niñas de 0 a 7 años sufre de exceso de peso. El 9,5% son obesos, lo cual dio pábulo para encarar las medidas restrictivas que entrarán en vigencia antes de que finalice junio.

En realidad, la lucha contra la epidemia de la obesidad venía de largo en el continente, pero en el Norte, con el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, como abanderado en el enfrentamiento con los grupos industriales, liderados por la Asociación Estadounidense de Bebidas y la Asociación Nacional de Restaurantes, a los que intentó prohibirles la venta de gaseosas gigantes (de casi medio litro). Fue derrotado en 2da. instancia judicial, en lo que constituyó una especie de escarmiento que las corporaciones impusieron en un país de inconmensurable poder político para frenar una corriente que amenazaba con ponerles límites a un negocio global basado en la vulnerabilidad de los niños menores de 14 años (más de 61,5 millones en el mundo) para ser manipulados por prácticas consumistas dañinas para la salud.

El cálculo era que los chicos gastaban US$ 40.000 millones al año en refrigerios, juguetes y electrónicos, para lo cual utilizaban no sólo el dinero que se les daban sus padres o miembros de la familia, sino que también una poderosa influencia que ejercían sobre el gasto de los mayores.

El huevo marketinero de la serpiente

Lo refleja el documental Consuming Kids, estrenado en 2008: los padres, gastan una asombrosa cantidad de US$ 700.000 millones al año, lo que equivale a la economía combinada de 115 de los países más pobres del mundo. Denuncia el filme prácticas de negocios astutos, donde muestra que la máquina de marketing tiene solo un objetivo: convertir a sus hijos en fieles consumidores de por vida, lo que también influye en la forma en que toda la familia gasta su dinero, en este caso en alimentos procesados "chatarra" que implican el aumento de las tasas de manera abrumadora, sobre todo de enfermedades crónicas como la obesidad en los niños.

Les cautivan la atención con los superhéroes y otros personajes de dibujos animados, el uso de promociones que incluyen juguetes de regalo para atraerlos, incluso garantizando que los pasillos del supermercado estén llenos de barras de caramelo al alcance de los niños: todo el marketing intencional hacia ellos.

Lo que es peor, según un estudio reciente en la adicción a la comida, "los alimentos altamente procesados pueden conducir a signos clásicos de adicción como la pérdida de control, intolerancia y la ausencia", informó la revista Time.

El azúcar, sal y grasas trans que se encuentran en los alimentos procesados también son intencionales, por lo que muchos "científicos en nutrición" han colaborado para asegurar que los receptores del gusto humano sean manipulados por estos bienes irresistibles.

Otro artículo de la revista Time cita a un relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, cuando dice que "la obesidad es una mayor amenaza para la salud global que el consumo de tabaco",y que este hecho no se toma tan en serio como debería de ser.

Sus declaraciones fueron formuladas en la inauguración del encuentro anual de la Organización Mundial de la Salud en 2014. De Schutter propuso, en última instancia, unir fuerzas de las naciones para poner regulaciones más estrictas sobre los alimentos poco saludables:

"Así como el mundo se unió para regular los riesgos del tabaco, debería existir un convenio audaz donde se acuerde cómo debe ser una buena alimentación," dijo.

"El Relator Especial previamente ha promovido una mayor acción gubernamental en cuanto a los alimentos chatarra, incluyendo los impuestos a los productos no saludables, la regulación de las grasas y los azúcares, tomar medidas enérgicas contra la publicidad de comida chatarra y repensar los subsidios agrícolas que hacen que los alimentos poco saludables sean más baratos", señalaba la revista Time.

Ergo: los niños están expuestos a un marketing inteligente a través de la concesión de licencias de marca, la colocación de productos, las escuelas, la comercialización de sigilo, el marketing viral, DVDs, juegos, e Internet. Existen tantas maneras de llegar a los niños hoy en día, que hay una marca en la frente de su hijo casi cada momento del día, advirtió.

Prédica científica

Luego del traspié judicial de Bloomberg en Nueva York, la prédica científica no sólo no cesó, sino que se redobló: "Las bebidas azucaradas son la mayor fuente de ingesta de azúcar en los niños estadounidenses, y como sabemos esto está asociado a la obesidad", indicó Sohyun Park, epidemióloga de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) especializada en el tema.

Las bebidas azucaradas constituyen la principal fuente de calorías que no aportan valor nutricional o "vacías" en la dieta de los niños y jóvenes en Estados Unidos y en muchos casos son un factor determinante en el desarrollo de obesidad, diabetes, entre otras.

El problema ha hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciase nuevas directrices sobre el consumo de azúcares libres o agregadas, para que no superen el 10%.

Las nuevas recomendaciones representarían unos 50 gramos de azúcares para los adultos, y 37 gramos para los niños y las bebidas gaseosas regulares y jugos tienen en promedio entre 24 a 29 gramos de azúcar por cada 8 onzas.

De acuerdo con la experta, los hispanos son uno de las minorías más propensas a consumir este tipo de bebidas en mayor proporción y a padecer de los efectos negativos que estas conllevan.

"El consumo de bebidas azucaradas es alto en los jóvenes, pero es aún más alto en la población hispana", indicó Park.

La epidemióloga citó entre las causas que inciden en esta disparidad, el hecho de que los menores hispanos son uno de los principales "blancos" en la publicidad de las compañías fabricantes de refrescos.

"La industria dirige fuertemente su publicidad hacia los jóvenes latinos y cuando ellos miran estos anuncios en la televisión o en su computadora, quieren tomar estos refrescos. Sería bueno que estas compañías limitaran esta publicidad", dijo Park.

Un reporte financiado por la Fundación Robert Wood Johnson encontró que la industria de las bebidas azucaradas y energéticas aumentó un 44 por ciento sus gastos de publicidad televisiva en español en tres años.

Los empresarios colombianos prefirieron anticiparse a las regulaciones que venían viendo venir y optaron por suscribir un acuerdo de autorregulación responsable que establece, en primera instancia, comercializar exclusivamente en escuelas primarias agua mineral y potable tratada, jugos 100% de fruta, bebidas cuyo contenido de fruta sea superior o igual al 12% y bebidas a base de cereal, salvo que sean solicitadas específicamente por o con el acuerdo de la administración de cada colegio para propósitos institucionales, educacionales o informativos.

También, decidieron implementar un sistema de etiquetado frontal, adicional a la tabla nutricional, que le brinde al consumidor información nutricional clara y completa. A esto se suma, no dirigir publicidad de bebidas no alcohólicas a menores de doce (12) años a excepción de: agua mineral y potable tratada, jugos 100 % de fruta, bebidas cuyo contenido de fruta sea superior o igual al 12% y bebidas a base de cereal.

Tampoco se permitirá hacer publicidad relacionada con bebidas en escuelas primarias, excepto que sean solicitadas específicamente por o con el acuerdo de la administración de cada colegio para propósitos institucionales, educativos o informativos.

Pero además busca trabajar en la promoción de hábitos de vida activos y saludables con el fin de fomentar la actividad física, en colaboración con el Ministerio de Salud y Protección Social.
Finalmente, cada compañía se compromete a proveer una variedad de empaques con diferentes tamaños de porciones, incluyendo tamaños pequeños o reducidos y opciones bajas en calorías o libres de ellas, así como proporcionar orientación sobre los tamaños de las porciones.

La corriente desciende inexorable por el continente y, en cuanto en Argentina la sociedad pueda sacar la cabeza de abajo del agua de la inflación y el ajuste económico probablemente recuerde el refrán que advierte que “cuando veas al vecino rasurar pongas las barbas a remojar”.

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