EL NEGOCIO POLÍTICO DE LA OBRA PÚBLICA

Milagro: Cuando el hormigón se transforma en oro

Con varios libros publicados, el periodista Luis Gasulla realizó varios aportes muy interesantes al periodismo de investigación aunque Urgente24 recuerda especialmente su “El Negocio de los Derechos Humanos” (2012), porque eran días en que los K aún suponían que la impunidad los acompañaba, en especial a los supuestos ‘progres’. En 2017 él presenta, con la colaboración de Alicia Panero y Juan Parrilla, “El negocio político de la obra pública - De la patria contratista a Menem. De los noventa a Kirchner. De CFK a Macri” (Sudamericana). Su enfoque acertadamente desconoce cualquier grieta posible en un tema tan millonario como delicado, y lo expone en la portada: fotografías de Néstor Kirchner y Franco Macri, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricioi Macri. El mensaje es obvio, y ocurre justo cuando en Urgente24 ronda una pregunta: ¿Quiénes y cómo financiarán las campañas proselitistas 2017?

José Francisco López y sus bolsos repletos de dinero resulta el ícono y no la excepción de los funcionarios enriquecidos con la obra pública. También hay empresarios millonarios gracias a la obra pública: es el tema que aborda Luis Gasulla en su más reciente libro de investigación.

Gasulla es uno de los escasos periodistas que accedió a Lázaro Báez, preso en Ezeiza (para muchos esa detención es irregular desde el comienzo, muy politizada, pero es otro tema), quien le dijo a Gasulla, “Todo el mundo me usó de forro: la Cámara Argentina de la Construcción y Cristina. Acá todos se limpiaron el culo conmigo”. Sin embargo, Báez nunca ha declarado algo en contra de la viuda de su amigo, Néstor Kirchner. Es una contradicción o un reaseguro o la permanencia de los llamados ‘códigos’.

El periodista también entrevistó a Leonardo Fariña, el hombre de la delación premiada, quien promete mucho más que lo que aporta, demostración de que sólo fue un 'perejil': “Cuando me subí a una Ferrari pensé que era Dios, pero era un boludo".

Báez y Fariña son excepciones, probablemente por su marginalidad como protagonistas del gran negocio de la obra pública. El estándar argentino es ganar mucho dinero y disfrutarlo. Sin ir muy lejos hay un ejemplo notable: el único país donde las contrataciones de Odebrecht no han provocado escándalos es la Argentina. Apenas una brisa con el supuesto dinero girado a cuentas del traficante de jugadores hoy jefe de la inteligencia gubernamental de su amigo Mauricio Macri, Gustavo Arribas.

Deberá recordarse que Odebrecht fue/es socio en proyectos locales de Iecsa, una empresa que, al menos en teoría, fue de Socma hasta que Franco Macri se la cedió a su sobrino Angelo Calcaterra, primo del Presidente Macri. Horas atrás, Calcaterra se la habría ofrecido a Marcelo Mindlin, el rostro visible de Pampa Energía.

De todos modos, Gasulla se plantea otros casos, muy resonantes y hasta con actualidad tal como el de ‘las cloacas de Morón’ que le costó la intendencia municipal al locutor menemista Juan Carlos Rousselot. Aquí un fragmento que no incluye los detalles que se revelan en el libro pero que permite tener un contexto de los Macri:

Mauricio llegó a presidente para quedar en la historia. No tiene problema en entregar a quien sea, incluso a su propio padre o a su primo Calcaterra, que tuvieron relaciones con Cristina. No tiene problemas en que la justicia investigue a un familiar suyo.”
Elisa Carrio. Mayo del 2016.

Kirchner no inventó nada. Acaso, ¿qué pasó con las cloacas de Rousselot y Mauricio Macri? ¿O ustedes no escribieron sobre los negociados de la basura de su padre?”
Alberto Fernández. Octubre del 2016.


El escribano y su esposa volvían de su casa de fin de semana de González Catán. La noche cubría todo. Elvio Nera Cigarroa conocía los acuerdos firmados entre el intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot, y el joven empresario. A Cigarroa el Concejo Deliberante lo llamaba "testigo clave". Sabía mucho del tema de las cloacas y podía demostrar el "ilícito". Pero esa trágica noche, dos individuos interseptaros su vehículo y, sin mediar palabra, lo acribillaron. No se llevaron el auto. A su esposa no le hicieron nada. Ni la miraron. Solo les importó matar a una de las personas que más detalles conocía sobre uno de los contratos de obra pública más escandalosos de la historia argentina. Poco se sabe de los autores materiales e intelectuales del crimen. Sus familiares fueron contactados para este libro y precisaron que Cigarroa y su mujer no tenían hijos ni contactos con sus hermanos. "La mujer que estaba con él zafó, peroo jamás habló y a los pocos años murió. Nunca nadie encabezó una investigación seria. Como no tenía familia, la justicia, que actuó de oficio, no esclareció nada", recordó uno de sus sobrinos.

Corrían los primeros meses de 1989. El gobierno de Raúl Alfonsín comenzaba a ahogarse en la hiperinflación. Se aceleraba la llegada del primer y único riojano de la historia argentina en sentarse en el sillón de Rivadavia. Pero a comeinzos de ese año, el acuerdo firmado por el entonces intendente del municipio bonaerense de Morón, Rousselot, con un joven de 29 años llamado Mauricio Macri era el preludio de la década de los noventa. El escribano era un estorbo para el poder político de Morón.

Rousselot era un afamado locutor, conductor y relator deportivo. Su recordada voz brillaba en los tiempos en que el noticiero del viejo canal 11 encabezaba la transmisión de la llegada del hombre a la luna, el 20 de julio de 1969. Rousselot relató, en vivo, ese momento histórico. Cinco años despues, con el retorno de Juan Domingo Perón al país y al poder, lo nombraron director general del Canal 7. Tenía un respaldo importante: José López Rega, el Brujo. Al poco tienpo fue testigo designado secretario de Prensa del Ministerio de Bienestar Social. En noviembre de 1974, reemplazó al periodista Jorge Conti como coordinador general de prensa y difusión de esa cartera. Se había convertido en el vocero de López Rega, el premer Lopecito, bautizado por él como "el hijo pródigo de Perón". Cuando López Rega cató en desgracia, Rousselot fue detenido.

Franco Macri.


Nacido en Árbol Solo, en el departamento chaqueño de Tapenagá, el locutor se refugió en su provincia natal durante la dictadura militar. Allí había comprado "Diario Chaco" con un crédito del Ministerio de Bienestar Social. En 1977, el periódico fue intervenido por las autoridades militares, que ademas le prohibieron a Rousselot ejercer el periodismo en su provincia y los alrrededores, hasta 500 km de distancia. El castigo no era por su identidad peronista sino porque era hombre de la Armada en un territorio donde el Ejercito pisaba fuerte. La dictadura lo encarceló durante un mes. Tras su liberación se refugió, primero en Rosario y luego en Mar del Plata, donde trabajó como portero del edificio de Corrientes 1620, hasta que Carlos Cañon, apoderado del Partido para la Democracia Social de Emilio Eduardo Massera, le dio trabajo en el diario "El Atlántico".

Mar del Plata le sirvió a Rousselot para tender un puente con otro exiliado interno que se había acogido al régimen de "domicilio forzado". Se trataba de un grupo de dirigentes obligados por la dictadura militar a vivir fuera de sus provincias, para que no ejercieran la actividad política. cuando el 29 de julio de 1978, el dictador Jorge Rafael Videla liberó a Carlos Saúl Menem por decreto, el riojano se refugió en La Feliz. Allí, Rousselot se reencontró con Menem, a quien en 1975 había ayudado a coordinar una reunión con el dictador paraguayo Alfredo Stroessner. Ambos se vieron más de una vez en el Viejo Pop, donde también se cruzarían con reconocidas figuras artísticas y deportivas como la vedete Susana Giménez, el boxeador Carlos Monzón y el comediante Alberto Olmedo.

De ese entorno surgió la relación con Mario Caserta, un personaje central en los aós que vendrían. Caserta sería director del Consejo Federal de Agua Potable durante el primer gobierno de Menem y protagonista del Yomagate, escándalo de lavado de dinero del narcotráfico por el que sería condenado a cinco años de cárcel; que jamás cumplió. Ahí conoció a los hermanos de Alberto Samid. Casereta y el empresario frigorifico; conocido como "el rey de la carne"; acompañarían a Rousselot en uno de los días más importantes de su carrera política: cuando asumió la intendencia de Morón en 1987. El distrito incluía los actuales municiìos de Hurlingham de La Matanza, constituía el segundo distrito electoral más fuerte.

Aunque su discurso era ortodoxo, Rousselot estuvo a la vanguardia: fue el primer mediático devenido en político. La más importante de sus faraónicas propuestas de campaña, de las que hacía gala subido a un banquito en las plazas del distrito, fue sintetizada con el eslogan: "Agua + Cloacas = Salud".

Macri, por su parte, empezaba a abrirse camino en el mundo empresarial. La carta de presentación que significaba su apellido le daba una enorme chapa. Sin embargo, la relación con su padre era oscilante. Mauricio buscaba forjar su estilo propio. Recibido de ingeniero civil en la Universidad Catolica Argentina, tras un breve paso por el Citibank desembarcó en las empresas del grupo. Su padre lo había rodeado de hombres de confianza para que formasen en el mundo empresarial: Gregorio Chodos, Jorge Haiek, Ricardo Zinn y Carlos Grosso, entre los más notables.

El grupo Socma fue una cantera de políticos y dirigentes argentinos integrantes, todos ellos, del Partido Justicialista: El citado Grosso; la gran apuesta del grupo empresarial; José Manuel de la Sota y José Octavio Bordón. En sus tiempos como intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Grosso devolvería gentilezas: La recolección de residuos la ganaría sistematicamente Manliba, de Franco Macri, quien se quedaría tambien con la informatización del sistema de Rentas. Jorge Haiek era el nexo entre la empresa y los diferentes candidatos justicialistas. Chodos, al igual que Grosso, fue secuestrado durante la última dictadura militar. Franco Macri movío sus contactos y les salvó la vida. Para su hijo MAuricio, Gregorio Chodos era especial, como un segundo padre. "Creo que la mejor definición de mí mismo me la dio él, que me dijo: "Mauricio, en la vida están los que eligen tener y los que eligen ser. Vos elegistes ser"".

El 30 de diciembre de 1988, en el Salón Mariano Moreno ubicado en el primer piso de la municipalidad de Morón, el joven Mauricio firmó como vicepresidente de Sideco Amerucana SA un contrato para empezar a poner fin a una de las grandes deudas de la zona: el sietema cloacal. Trecientos cincuenta mil vecinos de Hurlingham, Villa Tesei, El Palomar y parte de Haedo Norte serían los beneficiarios. Mientras el gobierno de Alfonsín se caía a pedasos, se acordó el monumental Plan Cloacal Morón. Existen diversas conjeturas para explicar el por qué uno de los tres empresarios más grandes del país confió ciegamente en el carismático intendente. No hay documentos ni testimonios que vinculen a los Macri y a Rousselot antes de este fangoso capítulo de la historia de la obra pública. Sin embargo, en la década de 1970, ambas familias tenían los mismos vasos comunicantes y conocidos en común. Frecuentaban idénticos círculos sociales, ligados con los militares, el peronismo de derecha y, fundamentalmente, con José López Rega, Emilio Massera incluso, y fundamentalmente, la logia P2.

(...) En 1951, Franco Macri formó su primera empresa, Urbana SA, pero la fiema no prosperó y al poco tiempo se retiró pensando en su siguiente paso. Su oportunidad llegó cuando la Empresa Argentina de Cemento Armado (Eaca) lo aceptó como subcontratista. En 1995 se asoció con Juan Carlos Vivo, un ingeniero civil con el que había compartido viajes a Italia acompañando a su padre. Anteriormente, el ingeniero Vivo había formado Vimac SA, junto a Giorgio Macri. Tuvieron varios vaivenes hasta su consolidación. En el ínterin, comenzaron a obtener trabajos vinculados con la obra pública, como las pistas del aeropuerto de Tandil, construido por la empresa Marengo; la estación de subte de la línea E ubicada en la esquina de San Juan y Boedo, para la firma Panedile; y varios caminos bonaerenses con la Compañía General de Obras Públicas. Hugo Dragonetti, presidente de Panadile, otra empresa de obra pública de origen italiano, valora la figura de Franco Macri. (...)

Nace el hijo de Franco: Sideco

Los primeros contratos que firmó Franco Macri se relacionaron con la fábrica de cemento Loma Negra, en Barker, cerca de Tandil. También con las obras del gasoductos Comodoro Rivadavia-Buenos Aires. Pero el padre del actual presidente sintió que empezaba a jugar en las grandes ligas cuando acompañó el tendido del gasoducto de la compañía italiana Agip. Su firma se encanrgó de los edificios para la obra, las bombas de presión y las llaves maestras del gasoducto. Fue justamnte en la ciudad de Tandil donde conoció a su primera esposa, Alicia Beatriz Blanco Villegas, que venía de una familia de terratenientes. Con ella tuvo a cuatro de sus cinco hijos: Mauricio, Sandra, Gianfranco y Mariano. (...)

Corria el año 1969. Franco Macri se asoció con Fiat para fundar Impresit Sideco, que en 1982 cambió su nombre a Sideco Americana. La historia demuestra que el monstruo empresarial de los Macri no nació durante la última dictadura militar, aunque sí su empresa insignia: Socma. También es cierto que, durante esos años, su poder se multiplicaría por siete. Franco Macri supo acariciar la relación con el peronismo, cuyo retorno a la Casa Rosada en los años setenta lo encontró metiéndose de lleno en la senda de la obra pública. En esos años, entre 1073 y 1976, sumó las constructoras Supercemento y Dycasa, que le compró al grupo Vianini. El líder del clan familiar pasaba horas hablando de esoterimo con José López Rega, también miembro de la logia P2, en su afán de colocarse cualquier camiseta política que le allanase el camino a sus empresas.

El periodista Damián Nabot, que investigó las relaciones de la P2 con la Argentina, entrevistó al jefe de la logia, Licio Gelli, quien confirmó que durante varios años mantuvo una relación fluida y cordial con Franco Macri. Lo definió como "un hombre ecente, muy inteligente y muy capaz". En síntesis, "un buen hombre". Aunque Franco y Mauricio Macri lo nieguen, no es una locura pensar que el vínculo que tenían con varios miembros de la P2 los haya acercado a Gelli. Franco admitió la relación con la logia: "Hice negocios con gobiernos militares, democráticos, con Jose López Rega, con el P2, con la Cosa Nostra, con Carlos Menem, con Osvaldo Cacciatore (intendente de la Ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura militar), con Carlos Grosso, con los de izquierda y con los de derecha". Luego los haría con los Kirchner. (...)

Fue Haiek el que acercó a Franco a un sector del peronismo. En 1962, el socio de Macri había fundado su propia consultora junto a Federico Frischknecht, que fue vocero de Juan Carlos Onganía, y Ricardo Zinn, el verdadero padre del feroz ajuste que pasó a la historia como Rodrigazo. Ambos se sumaron al holding. También lo hicieron tres jóvenes con los que había creado la Fundación País para la formación de cuadros políticos: Carlos Grosso, José Octavio Bordón y José Manuel de la Sota. En 1979, el holding pegó otro salto cuando se asoció con la empresa más grande del mundo en recolección de basura, Waste Managment International Limited, con la que formó Mantenga Limpia Buenos Aires (Manliba), una sociedad anónima que finalmente ganó la licitación convocada por la Coordinación Ecológica del Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). (...)

Uno de los que participo de esas gestiones fue el chaqueño Carlos Grosso, militante peronista nacido en 1943 que había fundado, junto con Rodolfo Galimberti, la Juventud Argentina para la Emancipación Nacional y luego había sido asesor del Ministerio de Trabajo. Entre 1973 y 1975 estuvo a cargo de la Dirección Nacional de Educación para Adultos (DINEA) de la que participaron cientos de militantes de la Juventud Peronista alfabetizando a niños y jóvenes por todo el país. "Grosso, Carlos Alfredo. Ex jesuita. Marxista. Impuso en dicha dirección una orientación basada en las teorías educativas de Paulo Treire, maxista brasileño que actuó como asesor del ex presidente chileno Salvador Allende", alertaba un legajo con su nombre que habían diseñado los servicios de inteligencia e el área e Recursos Humanos del Ministerio de Cultura y Educación. ¿Su mayor pecado?: "Educar analfabetos e infiltrar ideas marxistas", consignaban en aquel entonces. Nada de eso horrorizó a Franco Macri. "Cuando yo seleccionaba gente, los antecedentes políticos no me interesaban", dijo en una entrevista en 2004 publicada en la revista Debate (...)

El balance de Socoma en veinte años, durante las decadas de 1960 y 1970, es sorprendente. En 1973, el grupo Macri tenía siete empresas. Había pasado de ser una compañía mediana a un grupo diversificado que incluía uno de los contratistas más grandes del país, Sideco Americana. Las empresas que integran el holding contruyeron tres puentes sobre el río Paraná. (...)".

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