DISPUTA TEOLÓGICA

Nueva ofensiva de 4 cardenales contra el papa Francisco

Carlo Caffarra, Walter Brandmüller, Raymond L. Burke y Joachim Meisner son los dignatarios y teólogos católicos apostólicos romanos que decidieron enfrentar la renovación doctrinaria propuesta por Francisco en su 'Amoris Laetitia', la exhortación apostólica postsinodal sobre el amor en la familia, cuestionando un tema central para Jorge Omar Bergoglio: que los divorciados en nueva unión puedan acceder a la comunión. Los 4 presentaron 5 “dubbia” y ahora reclaman una reunión con el pontífice para aclarar esos interrogantes.

 

En el Vaticano siempre hay alguna tensión. Ahora ocurrió la noticia de la renuncia de Libero Milione, el ex presidente de la consultora Deloitte, revisor general de las cuentas del Vaticano. Según el diario Corriere della Sera, la salida es un misterio relacionado con las reformas de las finanzas del Vaticano. Sin embargo, esta renuncia no ha sido una sorpresa para los que durante meses han seguido las acciones del cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría para la Economía.

Según algunos rumores, Milone chocó con una investigación interna, y se planteó un diferendo sobre gastos e inversiones de los dicasterios, entre la Curia y los órganos de control, y el círculo de Francisco.

Una audiencia para tener una respuesta que aclare los ’dubia’. La resolución de la situación de “confusión y de desconcierto, sobre todo en los pastores de almas, ’in primis’ los párrocos”, a causa de las varias interpretaciones del ’Amoris Laetitia’, en particular sobre lo que tiene que ver con el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar. Estas son las motivaciones y la solicitud de la carta dirigida al Papa Francisco escrita por el cardenal Carlo Caffarra el 25 de abril, a la que el Pontífice, que la ha recibido el 6 de mayo, por ahora no ha respondido. La misiva ha sido publicada por el blog Settimo Cielo y La Nuova Bussola Quotidiana, sitios web diariamente muy críticos sobre el pontificado.

Los cuatro cardenales se dirigen al Obispo de Roma “con cierto azoramiento”, precisando antes de nada el “renovar nuestra absoluta dedicación y nuestro amor incondicional a la Cátedra de Pedro y a Su Augusta persona, en la que reconocemos al Sucesor de Pedro y Vicario de Jesús: el «dulce Cristo en la tierra», como amaba decir Santa Catalina de Siena”. A ellos “No nos pertenece lo más mínimo la postura de quienes consideran que la Sede de Pedro está vacante, ni de quienes quieren atribuir a otros la indivisible responsabilidad del “munus” petrino”. Se definen movidos “sólo por la conciencia de la grave responsabilidad proveniente del “munus” cardenalicio: ser consejeros del Sucesor de Pedro en su soberano ministerio. Y del Sacramento del Episcopado”.

Recuerdan que “el 19 de septiembre de 2016 le entregamos a Su Santidad y a la Congregación para la Doctrina de la Fe cinco “dubia”, pidiéndole que disipara las dudas y clarificara algunos puntos de la Exhortación Apostólica post-sinodal ’Amoris Laetitia’”. Pero “no habiendo recibido respuesta alguna por parte de Su Santidad, hemos decidido solicitarle, con respeto y humildad, audiencia juntos si le parece bien a Su Santidad”.

A la misiva se adjunta “como es praxis una Hoja de Audiencia en la que exponemos los dos puntos sobre los que deseamos conversar con Usted”.

Escriben: “Beatísimo Padre, ya ha transcurrido un año desde la publicación de ’Amoris Laetitia’. En este periodo se han publicado ciertas interpretaciones de algunos pasajes obviamente ambiguos de la Exhortación post-sinodal, no divergentes de, sino contrarios al Magisterio permanente de la Iglesia”. A pesar de que el cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe “ha declarado en distintas ocasiones que la Doctrina de la Iglesia no ha cambiado, han aparecido numerosas declaraciones individuales de obispos, cardenales e incluso conferencias episcopales que aprueban lo que el Magisterio de la Iglesia no ha aprobado nunca”. Y he aquí su denuncia: “No sólo el acceso a la Santa Eucaristía de quienes objetiva y públicamente viven en una situación de pecado grave y quieren permanecer en ella, sino también una concepción de la conciencia moral contraria a la Tradición de la Iglesia. Y, así, lo que sucede -¡qué dolor es constatarlo!- es que lo que es pecado en Polonia es un bien en Alemania, lo que está prohibido en la Archidiócesis de Filadelfia es lícito en Malta. Etcétera”.

Añaden que muchos “laicos competentes, profundamente amantes de la Iglesia y firmemente fieles a la Sede Apostólica, se han dirigido a sus pastores y a Su Santidad para ser confirmados en la Santa Doctrina en relación a los tres sacramentos del Matrimonio, la Confesión y la Eucaristía. Y, precisamente en estos días, en Roma, seis laicos procedentes de cada continente han propuesto un seminario de estudio que ha tenido bastante participación, con el significativo título: ’Aportar claridad’”.

Frente a este estado que los cuatro cardenales describen como “grave” que “está dividiendo a muchas comunidades cristianas, sentimos el peso de nuestra responsabilidad, y nuestra conciencia nos impulsa a pedirle humilde y respetuosamente audiencia”.

En la Hoja de Audiencia se lee: “1. Petición de clarificación de los cinco puntos indicados por los ’dubia’; razones de dicha petición. 2. Situación de confusión y desconcierto, sobre todo en los pastores de almas, los párrocos ’in primis’”.

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