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Adicción al celular: 6 consejos para volver a la vida real

Cada vez es más común ver a personas con las cabezas gachas. La adicción al celular es uno de los problemas de la era, que representa un cambio profundo en los hábitos y genera a su vez distorsiones cognitivas, conflictos con el entorno y dependencia psicológica.

Existen muchas formas de llamarlo, 'Nomofobia', 'Phubbing' o simplemente adicción al celular, este nuevo trastorno de ansiedad, cada vez más frecuente, que ha suprimido a un 'voice' (nota de voz) las realciones interpersonales de los humanos de hoy.

Con la aparición de los teléfonos inteligentes, y la apertura del mundo de las apps, en especial las que se han vuelto tendencia, como Whatsapp, Instagrm o Twitter, la necesidad de estar online (en línea) ha experimentado un abrupto crecimiento, a tal punto que le hemos permitido a estos multifuncionales aparatos llegar hasta la intimidad del baño.

Según Arbitrion and Edison Research, el 91% de las personas tienen su smartphone siempre, o la mayoría del tiempo, al alcance de la mano y el 71% duermen con el dispositivo a menos de un metro de distancia.

Este fenómeno se traduce en un cambio profundo en los comportamientos habituales, que afecta y se presenta, por lo general, el las generaciones más jóvenes, aquellas que nacieron con la llegada del PlayStation. Sin embargo, no es exclusiva de esta y ni afecta al global.

Mediante una investigación, del Departamento de Psicología de la Universidad Rovira i Virgili (URV), de la ciudad española de Terragona, se determinó que los adolescentes, frecuentes usuarios de este tipo de dispositivos, podrían ser más "adictos" debido a su potencial baja autoestima.

La psicóloga Laura Sabatini sostiene que esto se debe a que los dispositivos móviles "crean una realidad paralela" y vienen a "llenar un vacío" propio de esa etapa de la vida "en la que los jóvenes se cuestionan su existencia".

Cabe destacar, que un estudio de Alcatel Lucent en 2015 reveló que, en promedio, una persona mira el télefono celular más de 150 veces al día; mientras que, según Apple, todos los días los usuarios de los iPhone lo desbloquean unas 80 veces. Esto supone unas cinco horas pegados a la pantalla, una vez cada doce minutos.

Para quienes aún no se convencen, o simplemente quieren rastrear su uso real del teléfono en un día normal, hay aplicaciones que permiten medir cuánto tiempo pasamos mirando la pantalla: Moments, Checky, FaceUp y Pause, son alguna de ellas.

Cómo reconocer a un adicto al celular

  • Tiene una dependencia psicológica: Es capaz de experimentar ansiedad, mal humor y hasta descontrol si no tiene la posibilidad de echar un vistazo al celular.
  •  Cada vez más tiempo: Todos los días destina varias horas a la inmersión en el mundo online, en especial a las múltiples aplicaciones de entretenimiento, información y redes sociales, robandole tiempo a otras tareas fundamentales. 
  • Síndrome de abstinencia: Pede manifestar síntomas emocionales, e incluso físicos, tras darse cuenta que sejó el smartphone en casa. 
  • Distorsiones cognitivas: Como cualquier adicto, niega hasta la muerte su dependencia por el teléfono.
  • Conflictos con el entorno: Familiares, amigos o superiores se quejan del uso desmesurado y la atención obsesiva que se le dedica al celular.

¿Qué hacer para revertir el efecto de las 'cabezas gachas'?

 

Para tratar cualquier adicción lo primordial es reconocer el problema. Dado el primer paso, existen diferentes reglas sencillas que se pueden llevar en el día a día para salir de la vida virtual y volver a la realidad. 

  1. No utiluizar el dispositivo antes de dormir y apagarlo en la noche.
  2. No chatear mientras estamos con amigos o familiares, cenamos o estamos en alguna reunión.
  3. Dejar el teléfono sin sonido o con el sonido bajo, para no estar pendiente de las notificaciones.
  4. Apagar Internet en el smartphone para que solamente recibamos llamadas o mensajes de texto.
  5. Pedirle a la pareja que apague o desconecte el teléfono cuando estén charlando.
  6. Desinstalar aplicaciones con las que se pierda demasiado tiempo, como juegos y redes sociales.

Niños y adolescentes: el grupo de mayor riesgo

Debido a que las nuevas generaciones están creciendo en una sociedad tecnológica, se convierten en el grupo más vulnerable y susceptible de sufrir este tipo de patologías. PEro está en los propios adultos dar un ejemplo de conducta y evitar que los pequeños de la casa no excedan ciertos límites.

En base a esto Dominica Díez Marcet, psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental de Cataluña, estable normas fundamentales para guiar a los padres en este tema y que no derive en un problema real.

  1. No disponer del teléfono cuando realizan los deberes o estudian.
  2. Garantizar que las aplicaciones sean adecuadas a la edad del niño.
  3. Transmitir el concepto de privacidad y hacer reflexionar sobre el uso de la cámara.
  4. Fijar una hora máxima de uso y cargarlo fuera de la habitación.
  5. Animarlos y acompañarlos a hacer actividades al aire libre sin presencia del celular.

Escrito por: Lissette Da Silva DS

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