A LA ESPERA DE NAVIDAD

La verdadera historia: Papá Noel, turco delgado de gran corazón

¿De dónde viene Papá Noel? (también conocido como Santa Claus o San Nicolás) La historia de ese personaje que inspira a la pequeños y grandes en Navidad, se remonta al siglo IV en Turquía.

Específicamente, en los valles de Parata de Lycia, sureste de Turquía, lugar donde nació el verdadero Papá Noel, que poco se parece al evolucionado y regordete personaje que hoy conocemos.

San Nicolás de Bari, como hoy en día se le conoce, era un hombre delgado, enjuto y de tez olivácea que nació en una familia acomodada de comerciantes. Su padre, quien quería que siguiera su legado, y su madre, que esperaba se ordenara como sacerdote como su tío, murieron producto de la peste, al igual que una multitud, dejando a Nicolás solo con una fortuna.

Ante este panorama, la sencillez y el servicio hacia los demás prevalecieron, por lo que San Nicolás, conmovido con la desgracia, repartió su cuantiosa herencia entre la muchedumbre que había sobrevivido a la catástrofe. Y posteriormente se puso en camino hacia Myra (Turquía), para buscar a su tío que era el obispo del lugar.

Tras el deceso de su tío, Nicolás, ya ordenado sacerdote, fue nombrado obispo de Myra. Se convirtió en el prelado de los niños, tal fue su amor por los pequeños que se hizo muy popular por su gran generosidad y amabilidad para con ellos y los más necesitados.

En torno a su figura destacan historias de bondades para con la gente pobre. Cuando murió, su fama se extendió por toda Europa y rápidamente, se le atribuyeron toda suerte de portentos: desde furtivas salidas nocturnas para repartir regalos entre las gentes más humildes, hasta milagros como apaciguar tempestades y mitigar males físicos.

Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena (Francia).

En el año 1047, cuando los musulmanes invadían Turquía, unos marineros rescataron sus restos y los llevaron a la ciudad Bari, ubicada en el tacón de la bota itálica, de allí su nombre San Nicolás de Bari.

A partir del siglo XIII, la fama navideña de San Nicolás de Bari se consolidó plenamente. Pero en aquella época, los regalos no aparecían el 24 sino el 6 de diciembre, día en el que se celebra su santidad. Desde esa época, la Navidad ha sido celebrada ininterrumpidamente en todos los países de la cristiandad, a excepción de Inglaterra, donde los puritanos la prohibieron (por su añejo origen pagano) durante más de un siglo, entre 1552 y 1660.

Con el ejemplo de Nicolás de Bari aprendemos que el dar y el recibir constituyen profundos hábitos espirituales que se perpetúan más allá de las eras, los siglos; esclarecen la mente de quien los practica y disipan de él la demencial percepción de escasez que rige los senderos del ego; afirman en nosotros esa genuina certidumbre de abundancia que viene de Dios.

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