42 AÑOS DESPUÉS

La gran traición de Perón

Cuando se habla del peronismo, se recuerda a Juan Domingo Perón o a su 2da. esposa, María Eva Duarte o del voto femenino o del derecho de los trabajadores o del sindicalismo o del largo exilio del 'General' o de los años de la resistencia o de la Triple A o de Montoneros. Sin embargo, Perón nunca hubiese sido Perón sin el apoyo fundamental de algunas personas como Domingo Alfredo Mercante.

Domingo Alfredo Mercante nació el 11/06/1898, más adelante ingresó al Colegio Militar de la Nación. Mercante y Juan Domingo Perón se conocieron a comienzos de 1941.

Por entonces, Perón, recién llegado de su capacitación por Europa, fue enviado a Mendoza para que ejerciera como profesor en una escuela de instrucción de unidades de montaña.

Del otro lado, Mercante cumplía su misión en el Arsenal de Guerra Esteban de Luca, en Buenos Aires. Sin embargo tras cometer un error en sus funciones fue enviado, castigado, a la Cordillera.

Mercante y Perón confraternizaron de inmediato. Perón compartió con Mercante sus ideas y teorías luego de su viaje por Europa, en especial Italia. Mercante se sintió atraído por la proyección de Perón.

Luego comenzó el proceso de formación del GOU (Grupo de Oficiales Unidos) que iniciaron los tenientes coroneles, Miguel Á. Montes y Urbano de la Vega, aunque consolidaron Perón (quien actuó en un principio representado por Montes), el hermano de éste, Juan Carlos Montes, Agustín de la Vega, Emilio Ramírez, Aristóbulo Mittelbach, Arturo Saavedra, José H. Sosa Molina y otros.

En la lista del GOU, Mercante tenía el número 1 y Perón el 19.

El GOU impulsó el golpe de Estado de 1943 contra el presidente Ramón Castillo, último mandatario de la "Década Infame".

Edelmiro Farrell estaba a cargo de la Inspección de tropas de montaña, y regresó a la capital federal prometiéndole a Perón y a Mercante que pediría sus traslados.

Mercante era hijo de un obrero ferroviario, y ayudó a Perón a establecer los contactos iniciales con el más poderoso gremio de entonces, la Unión Ferroviaria, la base de la exitosa política sindical de Perón.

En el curso de la llamada Revolución del '43, Perón no ocupó cargos en un principios. Algunos meses después, un grupo de dirigentes sindicales socialistas y sindicalistas fueron acercándose a Perón y Mercante.

Mercante armó la red de relaciones con un sector muy significativo del movimiento obrero, encabezado por el dirigente mercantil socialista Ángel Borlenghi y el abogado de la Unión Ferroviaria, Juan Atilio Bramuglia.

Los sindicalistas propusieron crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT (Confederación General del Trabajo) y sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento obrero argentino.

A paso lento, Perón comenzó a ascender, fue jefe del Departamento de Trabajo, que convirtió en Secretaría de Trabajo y Previsión, donde fue secundado por Mercante desde la Dirección General de Trabajo y Acción Social.

Cuando el poder de Perón se volvió una amenaza para muchos generales, el presidente Farrell tuvo que ordenar la detención de Perón.

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La noche de la detención

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En octubre de 1945, Mercante hizo de todo. Movilizó a la dirigencia sindical amiga y estuvo en la calle el 17/10/1945. También en la Casa de Gobierno, negociando con los militares a cargo. Concibió la salida política de la crisis: la renuncia de Perón a todos sus cargos y el lanzamiento de su candidatura presidencial. No hubiese existido el Día de Lealtad sin Mercante.

Mercante lo convenció a Perón, bastante reticente a abandonar su encierro. Finalmente, se adueñó del micrófono en la Casa de Gobierno y preparó la triunfal alocución de su amigo.

En los febriles meses siguientes, cuando se organizaban las candidaturas de la coalición que encabezaba Perón, el Partido Laborista de la provincia de Buenos Aires lo propuso como vice presidente y luego como gobernador. Había una dura puja con los que venían del radicalismo. Perón prefirió a un radical en la vicepresidencia -Juan Hortensio Quijano- y admitió que Mercante fuera a la provincia.

El asunto fue más complejo y hubo rispideces. Los partidos que apoyaban a Perón eran 3:

> el Laborista (que aportó el 80% de los votos),
> la Junta Renovadora (una escisión de la UCR), y
> el Partido Independiente, una fracción de los conservadores.

Los sindicalistas habían creado el Partido Laborista, presidido por el telefónico Luis Gay, secundado por Cipriano Reyes (otro traicionado por Perón) y dirigentes de casi todos los gremios.

Luis Gay, quien había sido lanzado como candidato a senador por la capital federal, fue reemplazado por el marino conservador Alberto Teisaire, mientras Mercante, a quien Perón pretendía en la Secretaría General de la Presidencia, fue propuesto por los laboristas para la vicepresidencia pero debió dejar lugar al radical Quijano.

Desde la Junta Nacional de Coordinación Política, Atilio Bramuglia cerró la brecha provocada por las nominaciones de Teisaire y Quijano: los laboristas tendrían en 50% de los cargos electivos mientras el otro 50% se repartiría, por mitades, entre ex radicales y conservadores.

Perón promovía para la gobernación bonaerense al radical renovador Alejandro Leloir, los laboristas comenzaron un regateo con Perón hasta que éste aceptó lo de Mercante.

Lo cierto es que fue Mercante quien presentó a Eva Duarte a Juan Perón en el famoso Festival de San Juan por las víctimas del terremoto de 1944.

Luego Mercante inició una relación con la secretaria personal de Eva, Isabel Ernst, una joven alemana llegada recientemente a Buenos Aires.

La relación entre ambas parejas era fluida. Inclusive iban junto a la quinta de San Vicente, que Perón había comprado a Mercante, y donde se casó con Eva, con Mercante como testigo del matrimonio civil.

Cuando Mercante embarazó a Isabel fue cuando se rompió la amistad entre parejas.

Muchos de los gobernadores electos en 1946 fueron malos pero el de Mercante fue muy bueno: él convocó a varios dirigentes de Forja (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) e incluyó a 2 radicales renovadores: el ministro de Hacienda, Miguel López Francés; y el de Educación, Julio César Avanza. También 2 intelectuales de nombre: Arturo Jauretche en el Banco de la Provincia de Buenos Aires, y Arturo Sampay como fiscal de Estado.

Mercante fue eficaz en la reorganización del Estado provincial, enfocada en la reforma agraria –distribuyendo 130.000 hectáreas expropiadas–, la construcción de uescuelas y hospitales, las viviendas obreras (el tradicional “chalecito peronista” era conocido como “chalet Mercante”), el turismo social, la creación de la República de los Niños (adiós a un mito peronista), la expropiación del actual Parque Pereyra Iraola y la construcción del complejo turístico de Chapadmalal, inaugurado en 1948 y luego cedido a la Fundación Eva Perón.

Eva Duarte de Perón lo puso como ejemplo de gobernador que “cumple”. Ella lo llamó "el corazón de Perón".

¿Perón lo descalificó porque sospechó que Mercante podía 'robarle' el lugar? (Era conocido el acuerdo entre ambos para que Mercante fuese el Presidente entre 2 mandatos de Perón, ya que no había reelección aún).

Otra teoría apunta la relación de Mercante y Eva Duarte, quien conoció al militar antes que a Perón. Hay un comentario de que Mercante hasta la alojó en un departamento del Ejército en la Golden Home, actual hotel Meliá Recoleta.

En 1949, Mercante encabezó la lista bonaerense a la Convención constituyente, que luego presidió, y en 1950 fue reelecto gobernador, con muchos votos propios.

Por entonces se lo mencionaba como compañero de Perón en la fórmula presidencial, o quizá su sucesor en 1958.

Pero algo empezó a romperse en esa relación.

Unos hablan de la supuesta reticencia de Mercante, presidente de la Convención Constituyente, a incluir la reelección presidencial, siguiendo literalmente el falso pedido de Perón de no ser reelecto.

Sin embargo, Mercante fue el promotor del artículo 78 que autorizaba la reelección presidencial.

Otros recuerdan que en la campaña electoral de su reelección, en 1950, Eva Duarte lo acompañó en todos los actos, dedicándose a exaltar a Perón, y a ella misma -estaba lanzado el proyecto de 'Evita'  vicepresidente, que luego frenarían los militares amigos de Perón- pero no le daba brillo a Mercante.

Otros recuerdan el ascendiente de Mercante en los gremios ferroviarios, que en 1951 lanzaron una durísima huelga.

En verdad, Perón y Mercante tuvieron algunas serias diferencias. Por ejemplo: de acuerdo a ley de estatización del Banco Central y la nacionalización de los depósitos bancarios, el Banco de la Provincia de Buenos Aires sería una sociedad anónima sujeta a las mismas limitaciones que el resto de la banca.

Mercante se opuso: si la provincia de Buenos Aires no podía decidir sobre su propio banco, no existía ninguna posibilidad de autonomía provincial. Y Mercante se plantó ante un Perón que mediante un decreto reconoció que el banco no era mixto sino que pertenecía a la provincia de Buenos Aires. Así fue como Jauretche llegó a la presidencia del directorio.

En las elecciones de 1950, Mercante duplicó la cantidad de votos obtenidos por su principal contrincante, el radical Ricardo Balbín, obteniendo el 63% de los votos.

Pero Urgente24 también advierte que es muy fundada otra teoría: Perón había elegido un camino de 'verticalización' de las fuerzas propias, exacerbación del personalismo y cristalización de su propia figura. Mercante era un obstáculo.

La caída fue abrupta. En 1951 el Consejo Superior del Partido Peronista, que comandaba el contralmirante Alberto Teisaire, intervino en la provincia, designó al mediocre mayor Carlos Vicente Aloé. La imagen de Mercante fue censurada en la prensa oficial y sus colaboradores más inmediatos, los ex ministros Julio C. Avanza, Miguel López Francés y Raúl Mercante fueron perseguidos.

El desplazamiento y expulsión de Mercante del Partido Peronista en 1953, fue un símbolo del proceso de declinación del gobierno de Perón.

Con Mercante salieron Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, José Luis Torres, Arturo Sampay, Francisco José Capelli, Juan José Hernández Arregui, “Los mosqueteros de Evita” (José Espejo, Isaías Santín, Armando Cabo y Florencio Soto), y se multiplicaron asombrosos casos de autoritarismo intelectuales como la defenestración de José María Rosa por negarse a afiliar al Partido Peronista, o de Leopoldo Marechal por su irregular situación matrimonial; y el desplazamiento y expulsión del país del más notable de los ministros de Perón, el neurocirujano Ramón Carrillo. El artífice de la constitución Arturo Sampay debió escapar del país disfrazado de sacerdote católico.

Cuando se produjo el golpe de Estado de 1955 que derrocó al gobierno constitucional de Perón, Mercante, temiendo ser encarcelado por la dictadura se exilió en Uruguay.

En junio de 1957 hizo conocer su defensa de la reforma constitucional de 1949 y reclamó elecciones libres.

Por medio de John William Cooke, delegado personal de Perón, a Mercante se le asignó la tarea de sondear la opinión de los dirigentes peronistas acerca de la próxima elección y, en especial, sobre un eventual apoyo a la candidatura de Arturo Frondizi.

Pero Mercante mantuvo un perfil bajo hasta su muerte, el 21/02/1976, a los 77 años.

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