ELECCIONES 2019

Los candidatos vienen timbreando

El autor, un elector de Mauricio Macri, se manifiesta "defraudado", y trascartón agrega: "Nuestra alternativa sigue siendo lo menos malo como si lo malo o mediocre tuviera algo de bueno."

“… Estamos viajando en los pasos
De los que han ido antes
Pero vamos a estar todos reunidos
En una nueva orilla soleada”.
Anónimo "When the Saints Go Marching In"
(a veces traducida como "Cuando los Santos vienen marchando"​ o "La marcha de los Santos").


Nos guste o no ya se lanzó la campaña electoral para 2019, con una sensación de que los resultados ya están cantados más por merito ajeno que propios.

En todo caso la duda para la elección presidencial seria si habrá que ir a una segunda vuelta, por eso esta vez tendremos dos partidos del balotaje que, en definitiva, plantearan la relación “no peronismo” contra el “kirchnerperonismo”.

La segunda vuelta es como desempate por penales, el azar tiene mucho que ver.

Del lado opositor habría conciencia que Kristina debería integrar la coalición, desde atrás y podría apuntar a una sorpresiva y bien escondida, Jefatura de Gabinete de Ministros, repitiendo aquello de 'Cámpora al gobierno, Perón al poder', que terminó con Juan Perón en el gobierno con menguado poder. Paradojas de la política.

Lo cierto es que su piso electoral no es despreciable ya que desde el llano, merced a la difusión de sus conversaciones privadas, hecho de dudosa legalidad y sospechoso 'delivery', demuestran que sigue intacta su vocación de poder y que es una fiel discípula de Lady Macbeth, quien colocó a su marido en el trono, porque fue su eficaz Jaime Duran Barba.

Por la mera coalición oficialista su principal programa seguirá siendo la grieta “anticristina”, con ello será suficiente para tener un piso competitivo.

En el medio estamos lo que esperamos el “cambio”, defraudados por el gradualismo que luce más como una muestra de incapacidad que de prudencia política.

En esta ancha avenida del escepticismo, están los que al final se inclinarán por Mauricio Macri y otros tantos que no me atrevo a mensurar, que nos resistimos a la ecuación que nos dice cualquier cosa es preferible a la vuelta de “ellos”, subterfugio que se refiere al “kristiperonismo” o sólo al “peronismo”.

Nuestra alternativa sigue siendo lo menos malo como si lo malo o mediocre tuviera algo de bueno.

Recurriendo a un lugar común, 'es lo que hay...'

Según contó Fernando Gonzalez, en “Clarín” el miércoles 14/03, hubo una cena el Alvear Palace Hotel a la que asistieron algunos funcionarios y empresarios y en el final ese ágape el neurólogo Facundo Manes lamentó que en el debate sobre el futuro del país nadie mencionara el papel de la educación, la pobreza y la desnutrición infantil como factor de alarma.

Esta falencia a la que sólo estaría enfrentando, por lo menos desde el discurso, Maria Eugenia Vidal, pone en evidencia el nivel cultural de la dirigencia que nos gobierna que nos quiere hacer creer que evitó un 2001, algo imposible de probar, pero efectivo desde lo que Giovanni Sartori llamó “cultura del epíteto”, que puede ser usada a favor o en contra, con la misma efectividad.

Los temas que propone Facundo Manes debería ser nuestra agenda, en vez de las crónicas policiales y partidarias que se solazan descalificando fallos judiciales, tal como lo señaló Clarín al reproducir una declaración del ministro de Justicia, Germán Garavano (sic), quien sostuvo que la liberación del empresario es "una tomadura de pelo a la gente".

Lamentable, pero parece que esta será la ética que se usará para convencer, cuando menos a los anti “k” que son un piso importante y quizás decisivo.

Lo demás se lo consumirá el gradualismo… que, tal como lo dijo Tomas Abraham en referencia a Mauricio Macri “…hace lo que puede…”, y agregaría y “como puede”, apenas gradualmente… y parece que con esto ya nos empezamos a conformar… por lo menos a Miguel Ángel Broda.

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