CAMBIOS DE ÚLTIMO MOMENTO

Brasil deja de traccionar al PBI y nos obliga a contar chirolas

Si el gobierno tenía alguna expectativa de tracción brasileña en la actividad económica para este año, como venía sugiriendo el presidente Mauricio Macri desde comienzos de año, el Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicio del país vecino le puso coto, al apuntar que en marzo se consolidó una desaceleración en el intercambio bilateral y se acentuó la inclinación de la balanza netamente en favor de Brasil, según analiza Abeceb: en 2017 habían enviado 31% más de manufacturas de origen industrial y recibido 7% más, gracias a un conjunto de productos industriales, entre ellos los aceites combustibles, óxidos e hidróxidos de aluminio, mineral de hierro y motores y turbinas para aviación, entre otros. Compraron autos a las plantas argentinas pero enviaron muchos más y el saldo que les quedó fue de u$s 8.184 millones, 89% mayor que el del año precedente. El dinamismo importador cedió terreno al que traía la exportación.

Las consecuencias que tendrá la sequía en las exportaciones de soja y maíz y el eventual derrame de la recuperación brasileña en la economía doméstica constituyen las dos mayores incógnitas del año en cuanto al resultado final del PBI que esperará por el intento de reelección de Mauricio Macri.

Sirvieron para mejorar la base de cálculo los arrastres de la corrección en alza del indicador de la producción que realizó el INdEC a instancias de la Casa Rosada, a partir de la modificación de las metodología heredadas de la administración kirchnerista tras la declaración de la emergencia estadística apenas asumido el gobierno.

De modo que el PBI de 2018 arrancó con 1,3 puntos aportados por 2017 que amortiguarán, en parte, el pelotazo en contra que representa la corriente de La Niña, con lo que el efecto Brasil podría haber hecho la diferencia y acercar el número final del crecimiento a los 3 puntos, que a su vez le “prestarían” más de uno al año electoral.

Pero desde el cuadrante de la balanza comercial no soplan buenos vientos para ese approach y la noticia antipática la dio Abeceb: en marzo último, las exportaciones argentinas al país vecino mejoraron 4,9%, el peor registro en 3 meses pero quedan muy por debajo de la expansión de las importaciones (11,3%), señala la consultora que se especializa en el análisis de las relaciones entre los dos socios mayores del Mercosur.

Se relativizan, de esta manera, las expectativas positivas que se habían generado el pasado mes cuando, tras un año, el dinamismo de las ventas al país vecino superaron al de las compras.

Precisamente, el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, se había apresurado a batir el parche, durante la Sesión Plenaria de la VI Reunión de la Comisión Bilateral de Producción y Comercio entre ambos países, con que “Brasil es nuestro primer socio comercial y la relación bilateral es prioritaria y estratégica para Argentina”.

Se ponderó la implementación efectiva del Certificado de Origen Digital (COD) a partir de mayo del año pasado y se acordó incentivar la utilización de este certificado dentro de los países del Mercosur, y no mucho más.

Aún no acalladas esas muestras de optimismo, el Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicio brasileño emitió la mala nueva: si bien la exportación de productos nacionales a Brasil registró en marzo una variación interanual de 4,9%, al totalizar US$876 millones, las importaciones, que fueron de USD 1.706 millones, se incrementaron 11,3% con respecto a 2017. Y eso que se habían aplacado un poco respecto del mes anterior, cuando habían crecido 15,3%.

En el trimestre, Brasil a Argentina vendió 14% más que en el mismo período del año pasado: USD 4.376 millones, con lo que Argentina sigue perdiendo participación en el mercado vecino, si se tiene en cuenta que colocó +9,3% de un conjunto similar de productos que en 2017, al que se le suma el mayor volumen exportado de trigo, por un total de USD 2.946 millones, apunta Abeceb.

Pero en marzo el déficit alcanzó US$ -830 millones, con lo que el rojo comercial totalizó en el trimestre USD -2.023 millones, superior al valor negativo que registrara durante el mismo periodo de 2017: US$ 1.688 millones.

Sin embargo, una mejora en las exportaciones (que debería verse plasmada en el 2do y 3er trimestre), junto a un menor crecimiento en las importaciones, permitirán que el saldo comercial del año cierre en niveles similares al año anterior (US$ -8.600 millones).

Michel Temer y Mauricio Macri: Hasta ahora, más ruido que nueces.

Perfil del comercio bilateral

Si bien Argentina es el principal proveedor de Brasil de productos relacionados a la pesca, lácteos, miel y frutas secas, la diferencia suele hacerla lo que suceda con la demanda en la industria automotriz, de automóviles de pasajeros y de vehículos de carga, y en el plano siguiente, con el gas propano, aluminio en bruto, medicamentos, aceite de soja y polímeros plásticos.

Precisamente, durante el último año, el incremento en las compras brasileñas tuvo un componente significativo del sector automotor, con incrementos en vehículos de carga, motocicletas y autopartes, y ese fue el aspecto destacado por el presidente Mauricio Macri como ejemplo de reactivación de las exportaciones industriales.

La contrapartida es despareja, porque del récord que se bate todos los meses de patentamientos en el país, el 70% de los autos es de origen brasileño, lo cual motivó un reclamo de las autoridades a las terminales por el cumplimiento de los términos de la integración sectorial.

La pasividad con que el gobierno argentino acometió el complicado día a día del intercambio comercial con el mundo, descansando en albures de grandes acuerdos interbloques que la impronta proteccionista global que imprimió Donald Trump desactiva, ha conducido a que siga declinando la participación en el comercio mundial, es cierto que heredada, que de 0,8% en 1960 bajó a 0,45% en 1985 y en la actualidad ronda el 0,3%.

Desde la consultora DNI, Marcelo Elizondo recuerda que Argentina está muy por debajo de los resultados que logran México y Brasil, y también de los de Chile (adonde hace un decenio exportaba más). Y hasta en la comparación con años anteriores ve reducida la distancia que mantiene con Perú.

Las agendas de Cancillería y el Ministerio de la Producción, que al comienzo de la gestión inclusive se disputaban el control de la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional, no priorizaron en estos dos años diagnosticar y encarar acciones ante los altos déficits bilaterales que presenta el intercambio con los principales actores de la balanza comercial: Brasil y China –y algo menos pero relevante con Estados Unidos y Alemania-; mientras logra importantes superávits bilaterales con Chile, Vietnam y la India.

A su vez, en materia de relaciones con continentes, Argentina tuvo déficit en 2017 con todos los continentes, salvo con África.

Respecto de Brasil, Abeceb sostiene que se espera que se consolide una expansión por encima del 10% de las compras al país vecino, adecuado a que la base de comparación durante los meses restantes de 2017 es alta y para lo que resta del año, se espera que se sostenga la tendencia a la desaceleración.

De cualquier modo, todo lo que tenga que ver con la industria automotriz seguirá en un desempeño saludable.

En paralelo se prevé que repunten los volúmenes que nos son importados de productos asociados a la actividad industrial (polímeros plásticos, metálicos), los cuales en los primeros meses del año tuvieron un rendimiento débil en el país vecino, pero con perspectivas de crecimiento robusto hacia fin de año.

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