EL CASO CARREFOUR PONE FIN A LA HERENCIA

El modelo económico noqueó hasta a los Corajudos

Carrefour es una multinacional francesa líder en Europa, con 11 mil tiendas en 33 países, que emplea en total casi 400 mil personas, y la filial argentina, que hace 3 años que da pérdidas, acaba de cambiar su management local y lleva al Ministerio de Trabajo un últimatum: o de ahí sale un arreglo con el gobierno y el sindicato para afrontar juntos la crisis, o se despachan 3.000 telegramas para empezar y se cierran varias persianas. El Estado tendría que revisar la presión impositiva y la representación gremial las condiciones de trabajo de los antiguos convenios que no contemplan la dinámica moderna del negocio. La cadena gala, lo mismo que su competidora en Argentina chileno-alemana Cencosud, se encuentran en plena mutación de inversiones, ya que el consumidor no quiere ir a las grandes superficies a abastecerse de comida y limpieza (canasta básica, diría el INdEC) porque prefiere hacer la compra diaria en los despachos exprés que impusieron los chinos con sus autoservicios cuando desbancaron al tradicional almacén, carnicería y verdulería. Y cuando quieren acopiar o buscar precio se van a los mayoristas. A un Jumbo, Disco, Coto, etc, les sucede lo mismo: abrieron en los barrios el denominado formato de proximidad y se propusieron ir a pelearle a Walmart el segmento mayo-minorista, copado gracias al efecto inflación que promueve el gobierno con los tarifazos a la sazón determinantes de los cambios de hábito de consumo de la población por su incidencia en los presupuestos hogareños. Para complicar el panorama, a los supermercadistas se les viene Amazon y el comercio digital a la cacería de su clientela. La reconversión que necesitan exige inyecciones de capital que pasan por filtros de decisión en las casas matrices, demanda además cambios de radicación y de horarios en el personal, simplificaciones impositivas, que eviten la doble imposición, por ejemplo, con ingresos brutos, y alquileres más accesibles. Pero hay otro obstáculo que, en realidad, depende de la Casa Rosada, y es el castigo al consumo masivo que infringe el modelo económico en ejecución, malas praxis incluidas. El año pasado cayó 1% y este lo volverá a ese punto de partida.

El velo de la realidad había vuelto a descorrerse durante la última visita del presidente Mauricio Macri a Francia.

Lejos de aproximarse un acuerdo Mercosur-Unión Europea en el encuentro con su par anfitrión, Emmanuel Macron, como se esperanzaba el mandatario argentino, afloró, en lugar de aflojar, la tensión entre los modelos económicos aplicados en uno y otro país, una de cuyas expresiones, la crisis del hipermercado Carrefour, detonó políticamente casi como repercusión inmediata.

La cadena multinacional francesa acumuló los 3 años de pérdidas que se requieren en el país para habilitar la presentación de un proceso preventivo de crisis en el Ministerio de Trabajo y, en un comunicado emitido ayer, confirmó que lo había hecho efectivo aduciendo como motivos “la caída del consumo en sus supermercados y el aumento de los costos”.

La medida se hizo efectiva una vez cubierto el plazo legal, relevadas las cúpulas en la conducción de la filial local y ahora también a nivel de la casa matriz del hólding tras la reunión de los presidentes de ambos países que no arrojó novedad alguna sobre el tema.

En los dos años anteriores, medio término macrista, Carrefour había prescindido de 800 trabajadores, según fuentes del Sindicato de Empleados de Comercio, argumentándose que la firma atravesaba una etapa de crisis de facturación. Los planes, desde ese momento, eran recortar el 15 % del total de su planta de 20.000 empleados.

La última apuesta que jugara la cúpula argentina en la filial había sido el año pasado asociarse al gobierno en la política comunicacional de lucha contra la inflación, en las vísperas de la campaña electoral de 2017. Así, salió con una promesa de congelamiento de los valores en las góndolas hasta enero, que llamó de “precios corajudos”.

Cumplido el comicio, la pegadiza marchita de la campaña publicitaria que, más que simpatizar a los clientes causaba irritación, se fue diluyendo hasta desaparecer y reconvertirse, muy atenuada, en ofertas navideñas.  

La cabeza del director comercial, Martín Tolcachir, rodó cuando el nativo director Ejecutivo de Carrefour Argentina, Daniel Fernández, con 12 años de trayectoria en distintas funciones en las áreas de Control de Gestión, Administración y Finanzas y como director financiero, fue reemplazado a partir del 1° de febrero de 2018 por el ejecutivo enviado de Francia, Rami Baitieh.

 

Había sido el artífice de la fusión con Norte y la compra de los locales de Eki sobre las que el conglomerado francés basó su estrategia de dar batalla en los barrios a la supremacía alcanzada por los autoservicios chinos, en la competencia con las grandes superficies. Pero el fracaso de la política antiinflacionaria consolidó la tendencia del público a volcarse a los mayoristas, lo cual impondría a las hipercadenas cuantiosas inversiones para una reconversión como la que implicaría desprenderse de las grandes superficies y derivar hacia depósitos de abastecimiento al público que reúnan asimismo logística para desarrollar las ventas online. A la vez, redoblar los formatos de proximidad.

Toda esta movilizaciones de capitales y recursos humanos exigía, además de una inflación en descenso, la celebración de un acuerdo sectorial con el gobierno y el sindicato para flexibilizar los convenios, aflojar la carga tributaria y, en ese marco, rever el sistema de contratos de alquiler con los propietarios.

Nada de eso se dio. El ministro de la Producción, Francisco Cabrera, y hasta sus esbirros del palo supermercadista, como el secretario de Comercio Miguel Braun, primo de Marcos Peña, no se ocuparon a fondo del asunto y así sobrevinieron las decapitaciones de los ejecutivos locales y  una lista de 3.000 despidos a la espera del resultado de la presentación, realizada el jueves 05/04 por Carrefour Argentina ante el Ministerio de Trabajo, de un Proceso Preventivo de Crisis, cuyo objetivo es “encontrar soluciones para garantizar la sustentabilidad de sus operaciones en la Argentina", según el comunicado distribuido por la empresa.

La primera audiencia se celebrará la semana que viene, y la compañía francesa aduce estar "atravesando una situación económica compleja tras 3 años de pérdidas”.

Además, señala que la apertura de este diálogo, junto al Sindicato de Empleados de Comercio y el Gobierno, le permitirá plantear un plan para reimpulsar su crecimiento".

Termina diciendo que "Carrefour confía en encontrar rápidamente las soluciones necesarias, junto a las partes involucradas, y reagrupar los esfuerzos para mejorar día a día su relación con los clientes".

La filial argentina de la multinacional francesa de supermercados aborda las negociaciones en ciernes en medio de un fuerte plan de ajuste que prevé cesantías a ser aplicadas en distintas áreas de la compañía. Con la caída del consumo como factor clave, cerrarán al menos 10 sucursales, según fuentes sindicales.

Entre las primeras se cuentan los súper de Ituzaingó, Villa Tesei y Moreno en el conurbano bonaerense, además de otros localizados en la Capital Federal y el interior del país.

Sin embargo, el plan incluye reconvertir algunas sucursales en supermercados mayoristas, en consonancia con los cambios de consumo, fruto de la caída de las ventas minoristas. Este hecho aliviaría la cantidad de despidos, pero a condición de flexibilizar los convenios laborales.

En el Sindicato de Comercio, en tanto, estaban al tanto de la llegada de varios directivos franceses para auditar la situación de la empresa, lo cual ocurrió luego de que el management vernáculo fuera desplazado y del tenor del informe que habían remitido a la casa matriz del otro lado del Atlántico.

El gobierno prefiere interpretar que se trata de un problema de aumentos de costos, fundamentalmente por "los altos precios de los alquileres" de los locales de la compañía, antes que admitir el efecto que tuvo la presión impositiva y el desplome del consumo masivo.

"Sabemos que se les han caído las ventas en los supermercados y que han tenido inconvenientes en algunos lugares", afirmó Alberto Tomasone, abogado del Sindicato de Comercio. "Veremos ahora si esto tiene que ver con una crisis consecuencia de la baja del mercado de compra a nivel nacional o con otras razones", concluyó, y ratificó que aún no se habló de despidos.

Otras cadenas en apuros

Pendientes de estas negociaciones quedan las otras cadenas de supermercados, que atraviesan procesos similares de quebranto. El Grupo Cencosud (Jumbo) también adujo inviabilidad para afrontar los aumentos de los alquileres al triple junto a una fuerte y sostenida baja en las ventas. Y como para completar el cuadro, el desembarco de Coto en las cercanías de estas sucursales no hizo más que agravar y precipitar el final de sus operaciones comerciales.

Durante el 1er semestre su situación empeoró todavía más. Al punto que los ejecutivos locales de cadenas como Disco y Jumbo, entre otras, no tuvieron otro remedio que cubrir las operaciones locales con fondos inyectados desde sus sedes en Francia, Estados Unidos o Chile.

El periodista Mario Hernández, con fecha 17 de enero de 2018, desarrolla una síntesis de la conflictividad en Resumen Latinoamericano:

-Disco y Vea, cadenas de hipermercados que pertenecen al grupo económico chileno Paullman), dieron las primeras señales de la debacle de sus unidades de negocio. Disco decidió cerrar las sucursales Moreno (en el Nine Shopping) y Castelar (sobre la Av. Arias) y Vea, bajará la persiana del súper de la localidad de Merlo (Av. Libertador).

-Jumbo ya cerró 7 locales en 2016 y avanzó en retiros voluntarios en parte de sus tiendas Easy; mantiene fuertes conflictos sindicales en Disco, empresa que, aprovechando el clima de temor por perder el empleo que se vive en el país, en cada una de las 80 sucursales citó a los trabajadores para ofrecerles $20.000 a cambio de modificar sus condiciones laborales de forma permanente.

-La estadounidense Walmart estaría evaluando directamente el cierre de uno de sus locales más emblemáticos, el de la autopista Buenos Aires-La Plata, a la altura de Sarandí.

El conflicto que blanqueó la presentación hecha por Carrefour a la cartera laboral implicaría armar una mesa intersectorial para asumir cuánto le tocaría a cada uno de las pérdidas a asumir para evitar cierres y despidos.  

El modelo económico no es demasiado lo que contribuye con las más que modestas perspectivas que presenta el consumo masivo al que le facturan estas cadenas, ya que este año aumentaría un 0,7%, según proyecciones de Kantar Worldpanel y Ecolatina.

El crecimiento será de un bajo 0,3% y 0,8% para los primeros 3 trimestres del año, "el último trimestre mostraría un crecimiento superior al 1%", informaron ambas consultoras en un evento con clientes".

Se viene de un 2017 en el que se esperaba una recuperación, pero el último trimestre cerró con una caída acumulada interanual del 1%, según la consultora Kantar Worldpanel, en consonancia con los tarifazos y el regreso a la curva ascendente del IPC.

Del desglose de los números del INdEC surge que hubo una caída durante el 1er mes del año en lo que se refiere al consumo de alimentos, en tanto que su contracara, el que se concentra en los shoppings, crece.

Las ventas en supermercados descendieron 3,1% en enero último en forma interanual, mientras en centros de compra o shoppings aumentaron 4% respecto del mismo mes de 2017, informó el instituto estadístico.

En la medición a precios corrientes, sin limpiar el impacto de la inflación, la facturación creció 17% en supermercados y 21% en centros de compra.

El consumo en los supermercados mostró en enero una caída pronunciada tras 2 meses de leve crecimiento del 1% en noviembre, y una variación nula en diciembre último.

En cambio, las ventas en centros de compra alcanzaron 6 meses de crecimiento y el nivel de enero fue el más alto desde agosto último, con excepción de diciembre cuando excepcionalmente crecen por el efecto de las fiestas de fin de año.

La facturación en los supermercados en enero último llegó a los $ 21.531,2 millones en ventas por cantidades, mientras en los shoppings llegó a los $ 3657,3 millones.

Las jurisdicciones donde se registraron las subas más importantes en ventas en supermercados fueron las de Neuquén (26%); Salta (20,3%); Santa Fe (20%) y Otras provincias del Sur con 19,3%, según un cable de NA.

En las ventas totales a precios corrientes en los supermercados en enero último, los grupos de artículos con los aumentos más significativos respecto al mismo mes del año anterior fueron verdulería y frutería (22,4%); carnes (21,2%); bebidas (20,5%); y almacén 20%.

En cambio en los centros de compras, los rubros con mayor incremento de ventas fueron otros con 40,2%; diversión y esparcimiento (38,4%); patio de comidas, alimentos y kioscos (28%); ropa y accesorios deportivos (24,7%); electrónicos, electrodomésticos y computación (23%); y librería y papelería 18,8%.

En los shoppings porteños, los rubros con ventas más altas fueron otros (55,8%); patio de comidas, alimentos y kioscos, (32%); electrónicos, electrodomésticos y computación, (29,6%); amoblamientos, decoración y textiles para el hogar, (27,7%) y ropa y accesorios deportivos 24,9%.

En los 24 partidos del GBA las ventas más altas correspondieron a diversión y esparcimiento (47,8%); otros (29,3%); patio de comidas, alimentos y kioscos (24,6%); ropa y accesorios deportivos (24,5%); y electrónicos, electrodomésticos y computación 20,7%.

De esta apertura se desprende que las grandes superficies del shopping se han ido quedando con el entretenimiento, el paseo y los regalos, mientras los mayoristas y autoservicios de cercanía abastecen la canasta básica. Los supermercados quedaron como la milanesa del sandwich. 

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