5 AÑOS SIN LA DAMA DE HIERRO

Recordando a Thatcher, la que no hubiera ejecutado el Brexit

Theresa May no consigue organizar la salida británica de la Unión Europea. Muchos comienzan a sospechar que May es más limitada de lo que se sospechaba. Preocupada, May agita temas exteriores para confundir a los ciudadanos: el envenenamiento supuesto del espía ruso y su hija, la sobreactuación en Siria por supuestos gases tóxicos que denunció la ONG Cascos Blancos, etc. etc. Pero May no es Margaret Thatcher, eso está claro. En especial, porque Thatcher hubiese negociado, nunca roto.

La primera ministra, Theresa May, propuso recientemente que el país abandone tanto el mercado único como la unión aduanera. No obstante, el opositor Partido Laborista respondió que deberían permanecer en una unión aduanera.

May pretende lucir como una réplica de Margaret Thatcher pero ¿qué hubiera hecho Thatcher hoy día?

Jurek Kuczkiewicz escribió días atrás en la web de BBC:

"(...) Durante cuatro decenios —desde Margaret Thatcher— nos habíamos acostumbrado a un Reino Unido que siempre acababa por obtener satisfacción, al combinar o alternar con maestría, a veces solo contra todos, la eficacia diplomática, el peso de los argumentos o de su economía, y la mala fe. Frente a esa habilidad, esa determinación y, hay que decirlo, esa constancia en la visión del proyecto europeo, los socios europeos del Reino parecían tener que pactar eternamente, cuando no ceder al antojo británico.

Hoy vemos que el día de la victoria del Brexit en las urnas marcó el fin de ese ciclo y el comienzo de una increíble inversión. El Reino Unido ofrece el espectáculo desolador de un Estado que parece correr como un pollo sin cabeza, tratando de rediseñarse un destino pegando los pedazos de las ilusiones, casi hechas añicos, que sirvieron de argumentos de campaña a los brexiters. Le hicieron falta seis meses a Londres para notificar a la UE su decisión. Casi seis meses más para ponerse en situación de dar comienzo a las verdaderas negociaciones. Y nueve meses más tarde, cuando las negociaciones sobre su futura relación con la UE hubieran debido y podido empezar desde hace 90 días, el Gobierno británico todavía no ha hecho saber concretamente cómo imagina esa vital asociación aún por inventar.

Y no hay día en que, del otro lado del Canal, no salgan, contra la voluntad de un Gobierno que intenta contenerlas, informaciones alarmantes a la vez sobre el tamaño de los esfuerzos —como la creación a partir de cero de un sistema aduanero— y la amplitud de la falta de preparación política. Todo ello al son de las fanfarronadas de los brexiters, que siguen cantando los maravillosos porvenires de una nación por fin libre para conquistar el mundo, cuando en realidad va a desgajarse de su mercado principal.

¿Quién hubiera podido creer que esta nación, potencia europea más que milenaria, que supo hacer frente a Hitler y así contribuir a salvar a toda Europa, se encuentre por propia voluntad reducida a una caricatura de su grandeza? (...)".

¿Será posible, entonces, que el Brexit provocará melancolía por Thatcher?

Justo el 08/04/2013, la Muy Honorable, Margaret Hilda Roberts, se marchó para siempre tras sufrir un ACV (accidente cerebrovascular) a sus 87 años de edad (nació el 13/10/1925).

De origen humilde, la joven futura Thatcher se destacó siempre en los estudios, y consiguió entrar en la Universidad de Oxford, donde estudió Química.

Ella trabajó 4 años como investigadora, en 1951 se casó con Denis Thatcher, un alto ejecutivo de la industria petrolífera, quien la introdujo en la política (él ya era miembro del Partido Conservador) y con quien tuvo 2 hijos gemelos (Carol y Mark).

En 1953 comenzó a estudiar Derecho Tributario, consolidando su proximidad a la política.

Ingresó al Partido Conservador, y en 1959 ganó un escaño en la Cámara de los Comunes.

Por el simple hecho de ser mujer ella tuvo que enfrentar prejuicios y machismo, pero la apadrinó Edward Heath, líder de los conservadores entre 1964 y 1970. Cuando Heath fue electo 1er. ministro, la designó secretaria de Educación y Ciencia. Ella logró ganarse su primer apodo: "robaleches": en busca de un recorte de gasto presupuestario, quitó la leche gratis a los niños de entre 7 y 11 años.

En 1974 cuando perdió Heath y regresó el Partido Laborista volvió al 10 de Downing Street, Thatcher sorprendió desafiando a Heath como líder de los 'tories' y le ganó.

En un contexto de crisis económica y huelgas extendidas por todo Gran Bretaña, Thatcher elaboró un programa riguroso para reducir la intervención estatal. También propició el recorte de los servicios sociales, y abogó por la renegociación de la participación del Reino Unido en la Comunidad Europea y por la abolición del poder sindical.

Ahí aparece la mención en el marco del Brexit: ella siempre negoció, nunca rompió, pese a que tenía el apoyo de Ronald Reagan, por entonces poderoso Presidente de USA.

Su programa se impuso en las elecciones de 1979 y se convirtió en la 1ra. mujer británica, y europea, que llegó a 1er. ministro.

Ella debió enfrentar duros momentos pero consiguió reducir la inflación y mejorar la cotización de la libra esterlina. Por un lado disminuyó la producción industrial, y eso triplicó el desempleo pero saneó el resultado fiscal y buscó un nuevo perfil económico para el Reino Unido.

En 1982, gracias a la Guerra de Malvinas, pudo asegurar su reelección. Pero en 1984 se enfrentó a graves conflictos sociales, en especial la huelga de los mineros, que ella reprimió con dureza.

Las cuestiones con Irlanda se fueron de las manos, y en octubre de 1984, durante un congreso de su partido, en el hotel Brighton, estalló una bomba colocada por el IRA (Ejército Republicano Irlandés, grupo extremista).

Roberts Thatcher ganó 3 veces consecutivas pero el apoyo fue menguando, hasta dentro del propio Partido Conservador, y durante su último mandato se vio obligada a dimitir.

En casi 11 años de mandato, tuvo un rol fundamental para agilizar el final de la Guerra Fría, ganándose la confianza de Mijail Gorbachov, el último jefe de los soviéticos, y convenciéndolo de concretar reformas que acabaron con la URSS.

El 22/11/1990 ocurrió el motín de los conservadores, quienes le quitaron su apoyo. Fue con llanto su salida de Downing Street. Peor fue su abandono de la Cámara de los Comunes en 1992, aunque ya tenía el título de baronesa.

Entonces ella se refugió en el elegante barrio londinense de Belgravia, donde continuó preparando lucrativas conferencias y redactando sus memorias.

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