VUELVE DE FORMA VIRTUAL

Vuelve ABBA, pero sin la rubia: sufre ataques de pánico y no sale de su casa

Los cuatro miembros del legendario grupo de pop sueco Abba se reunieron para grabar dos nuevas canciones, 35 años después de su último álbum. Pero el regreso de Abba será sin una de sus figuras: Agnetha, la rubia de ABBA, que padece ciertas fobias que le impiden salir a cantar. "Los cuatro pensamos que, después de 35 años, sería divertido unir fuerzas e ir a un estudio de grabación. Así que lo hemos hecho", explicó en un comunicado el grupo. El grupo, se separó en 1982 pero apareció en un escenario por última vez en 1986.

"Es como si el tiempo se hubiera detenido y volviéramos de unas cortas vacaciones", así lo anunciaron en un comunicado los integrantes de ABBA para anunciarle a su fans que regresaban tras 35 años. 
 
Sin embargo, el regresó será sin una de sus estrellas:
 
La noticia de que los cuatro suecos más conocidos (más que Ikea y Nokia juntos) preparan gira para el año que viene fue recibida por decenas de millones de fans con menos entusiasmo del que cabía esperar porque será virtual y la culpa de que no podamos vestirnos como si fuéramos el cuerpo de baile de Mamma Mía e ir a verlos a un estadio de verdasd la tiene Agnetha Fältskog, la rubia de 68 años que padece ciertas fobias que le impiden salir a cantar.
 
El suicidio de su madre, su turbia relación con su acosador Gert van der Graaf, su enemistad con su compañera Frida Lyngstad, y que decidiera apartarse de los focos y entregarse a una privacidad muy deseada convirtieron a Agnetha en una mujer muy distinta a aquella rubia que deslumbró sobre los escenarios en la época dorada de ABBA.
 
 
Ella resta misterio a la imagen que da y sus explicaciones son sencillas: "La gente se pregunta qué he estado haciendo estos años que no he sido visible, pero he estado muy ocupada, tengo una granja con caballos y tengo nietos". Agnetha, que se pronunció así en 2013, también ha ido a terapia para superar su miedo a volar. "Me han descrito como una persona muy misteriosa y duele un poco, porque no es así para nada". La componente de ABBA incluso comentó en 2010 tener la puerta abierta a una reunión, que quizá, decía, podría ser para una causa benéfica. "Tengo los pies en la tierra y soy una persona muy normal… Solo que me gusta estar en casa".
 
"¿Eres feliz?", le preguntaban a Agnetha Fältskog  después de sus triunfos con ABBA. "No haces preguntas fáciles", respondía. El un vídeo que recupera el documental ABBA: Behind the Blonde, dirigido por Nick Cory Wright en 2005 y que se centra en la vida post-ABBA de la sueca rubia, explica sus problemas.
 
Narra el acoso que sufrió durante años por parte de un fan holandés e incluye comentarios sobre su físico. Pero sobre todo trata de alumbrar una respuesta a la pregunta: ¿Está Agnetha bien? ¿Por qué se ha ganado fama de sujeto antisocial y pasa los días en su solitaria granja? En 1982, ABBA se separó y Agnetha se recluyó en su casa en el bosque en la isla Ekerö, cerca de Estocolmo, entre nieve, árboles y perros. "Casi no tiene amigos y odia salir y ver a la gente", cuenta en el documental Brita Ahman, a periodista que preparó un libro sobre la vida de Agnetha en los años de ABBA.
 
Tras el mediático accidente de autobús en el que viajaban los miembros del grupo y los constantes romances y rupturas de Agnetha, la prensa la convirtió en el "sujeto habitual de cotilleos no autorizados", lo cual le generó fobia a los medios.
 
Durante los tres últimos años, Agnetha ha soportado que un fan la acosara hasta el extremo: le escribió cientos de cartas y la esperaba fuera de su casa en un coche hasta que, finalmente, encontró una vivienda a pocos metros donde asentarse y convertirse en su vecino. "Me llamaba tres veces al día y me seguía a todas partes", explicó ella a la policía. "Mi vida ha sido extremadamente limitada por esto y ya no me atrevo a salir sin compañía".
 
Van der Graaf, que se obsesionó con Agnetha cuando era niño, clama insistentemente que mantuvieron una relación de dos años hasta que ella se dio cuenta de que era "mentalmente inestable" y decidió alejarse. Cuando el hombre apareció por la ventana de su cocina en Nochebuena, Agnetha llamó a la Policía: fue condenado con diez cargos de acoso y deportado a su Holanda natal.
 
El documental cuenta con testimonios de allegados de Agnetha como su exnovio y letrista Bruce Gaitsch; Claes af Geijerstam, el ingeniero de sonido de ABBA o Mauritza Horn, su amiga y corista en el grupo sueco, y se centra en en la historia de la integrante de ABBA. "Quiere estar sola y quiere que la dejen en paz", explica Gaitsch.
 
Muchos de los entrevistados se remontan a su comportamiento en los 80, cuando se negaba a viajar fuera de Suecia o a acudir a eventos sin su guardaespaldas Hasse Blomberg, y coinciden con una reciente biografía del grupo The real story of ABBA: Bright lights, dark shadows, de Carl Magnus Palm. En el periodo final de ABBA, Agnetha ya prefería quedarse en casa con sus hijos a salir de gira. "Ya no tenía motivación para permanecer en la industria de la música", relata el libro.
 
 
Agnetha hizo lo posible para no salir de Suecia. Publicó un trabajo con canciones en sueco con el que se garantizó no tener que realizar viajes promocionales y cuando en 1987 publicó I Stand Alone  y  consiguió que los periodistas acudieran a su Estocolmo para realizar las entrevistas promocionales. "Si hubiera ido a Estados Unidos a hacer promoción como se comprometió habría tenido un gran álbum", lamentó el productor Peter Cetera. Este comportamiento de Agnetha empezaba a fraguar el aura de misterio que la envolvería hasta la actualidad.
 
"Hubo un momento en que la música se silenció dentro de mí y a mi alrededor. No tocaba música, no cantaba ni escuchaba. Estaba cansada de componer y cansada de cantar. No creí que hubiera retos en la música para mí". Como recoge la biografía, Agnetha se apartó de los focos, comenzó un proceso de "búsqueda espiritual", curioseó con el yoga, se interesó por el gurú Deepak Chopra y hubo un tiempo en que reparó en la astrología. Fue en esta época, en 1989, cuando se mudó a su granja en la isla de Ekerö.
 
Faltskog, sin embargo, se ha pronunciado varias veces sobre su supuesta "reclusión" y siempre ha rechazado los rumores de aislamiento. "La prensa ha creado una imagen sobre mí en la que me encierro en mi casa y me aíslo solo porque no soy tan visible como antes", aseguró en una entrevista. En estos años ha acudido a algunos eventos y fiestas, como la premiere en Suecia de Mamma Mia  junto al resto de los integrantes del grupo. "Probablemente lo han hecho como un castigo por no mostrarme lo suficiente".
 
 

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