COMPLEJA SITUACIÓN SOCIAL EN EL CONURBANO

Los planes, siempre los planes... (la Patria clientelar vive)

La Administración Macri ha practicado un clientelismo bien peronista, arrastrando en su enfoque a otras jurisdicciones argentinas. Enorme error del Presidente... y de quienes lo imitaron.

Por estas horas, en medio de noticias nada alentadoras de la economía y sobre el ajuste que ya está en marcha, vuelven a ponerse en agenda los planes sociales que el gobierno otorga y que podría reforzar.

Esta situación golpea de manera directa en el conurbano donde sus intendentes saben que la realidad los obliga a reforzar la asistencia social. No es nada nuevo para este medio que ya lo viene alertando en sucesivas notas. Pero ahora se suman nuevos condimentos.

Entre ellos, la tensión con la Iglesia Católica Apostólica Romana, producto de la discusión acerca del aborto, pero que tiene su corleado en los territorios.

El problema de Cambiemos es que nunca cortó un solo plan social desde el inicio de su gestión, recibiéndolos todas organizaciones políticas que nunca pretenderán que Mauricio Macri tenga éxito político.

En el 2016 alerté que “El cristinismo se va cerrando a sí mismo en un grupo cada vez más minúsculo y más de izquierda que lo conocido como el peronismo”.(...) “el macrismo sigue financiando esas organizaciones que buscan hacer caer al gobierno. Desde el Ministerio de Desarrollo Social no han cortado un solo plan y la intermediación de los mismos sigue en manos de grupos afines al gobierno anterior”.

Son muy claros en un distrito del 2do. cordón del Conurbano, de aquellos que supieron ser de lo más kirchneristas en su momento y hoy es gobernado por un intendente del PJ.

Allí cuentan con, por lo menos, 7.500 planes de Argentina Trabaja, que es uno de los tantos programas sociales que había puesto en marcha el gobierno anterior desde el ministerio que manejó Alicia Kirchner.

Al día de la fecha, ninguno de ellos ha sido eliminado, a pesar que la mayoría de los que reciben ese plan pertenecen a organizaciones ultra K.

Nadie podrá tildar de antidemocrático al gobierno de Macri. En cambio, los que lo catalogan de "gorila" y "ajustador" son los mismos que siguen recibiendo esos planes que, en muchos casos, sirven para financiar la política.

Ahora, con la feroz devaluación, es un barajar y dar de vuelta, pero con una realidad política diferente. El 2019 está a la vuelta de la esquina.

El gobierno nacional y provincial están atrapados en una encerrona muy compleja de desarmar. No lo hizo antes, ahora es cada vez más complicado. Además vuelve a agitarse el fantasma de diciembre.

Es cierto que, en el contexto en que recibió Macri el país, donde el Estado se había expandido de una manera más que brutal, no era una tarea simple pasar la guadaña y eliminar todos esos planes de un día para otro sin que ello trajera severas consecuencias sociales.

Pero, a más de dos años y medio, llama la atención cómo los grupos más antimacristas se siguen financiando con el Estado Nacional. Y además, con aumentos incluidos.

El tema no es nuevo. Hace tiempo que se viene marcando esta situación enn la que el Gobierno Nacional e incluso el provincial habían cedido a sectores de la oposición el manejo de varios resortes del poder.

Las críticas internas más duras en su momento recayeron sobre María Eugenia Vidal por haber cerrado un entendimiento con Sergio Massa, aún sabiendo que el líder del Frente Renovador será competencia de Cambiemos el año que viene.

No obstante, si se repasan otras áreas del gobierno nacional, se encontrarán situaciones de sorprendente similitud.

Se podrá decir que al gobierno le conviene mantener a los sectores más duros del cristinismo vivos para contrapesar lo que la sociedad no quiere volver a repetir y se espanta ante la sola posibilidad del regreso de algunos personajes.

Sin embargo, este juego puede resultar peligroso. Enfrente están dispuestos a todo, con tal de recuperar algo del poder perdido.

El nuevo rol de la Iglesia Católica, mucho más crítica con el gobierno nacional, lo palpó de primera mano María Eugenia Vidal cuando visitó la Pastoral Social en Mar del Plata.

El problema no es con ella, pero sí con Macri y su política. La herida de habilitar la discusión del aborto no cerrará tan fácil y ello se traslada a otros ámbitos.

Por cierto, no hay que olvidar que en 2015 los párrocos jugaron un rol central para que gane María Eugenia Vidal la elección frente a Aníbal Fernández.

Ahora ello está en veremos. Lo mismo que con el sector docente donde muchos de ellos se ofrecieron como fiscales voluntarios para Cambiemos y hoy están muy molestos.

El conurbano es la máxima expresión del conglomerado donde se puede mirar al resto del país. Los intendentes preparan acciones cada vez más fuertes para contener la demanda social.

Desde laGobernación ajustan el diálogo con los jefes comunales, sobre todo del peronismo, para obtener ciertos consensos básicos cuando la situaciónn se profundice.

No en vano, se la ha visto a Vidal recorrer despachos de intendentes peronistas pero antes pasar por fundaciones vinculadas a la Iglesia que trabajan desde hace muchos años en lo social.

El acuerdo con el Fondo Monetario es muy duro en lo fiscal pero promete no serlo tanto en la mirada de los sectores más populares. ¿Alcanzará? O habrá otro diciembre de máxima tensión. Aún no está la respuesta completa.

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