NI LA CITY, NI MARIÚ, NI CLUBES DE TRUEQUE SE BANCAN LA INFLACIÓN

Más vale verde en mano que mil horneros en tasas voladoras

Al billete de la máxima denominación en Argentina, representado por un hornero anaranjado, de $1.000, no lo quieren los inversores que timbean en la City, ni aunque el gobierno de Mauricio Macri les ofrezca yaguaretés verdolagas de $500 al año por cada uno. Tampoco seduce a los trabajadores, ya agobiados por las tarifas de luz, gas, agua, combustibles e impuestos, que les repongan por la paritaria reactualizada al 25% a razón de 2 papeles de $100 violetas ahora diseñados con el clavel de homenaje a Eva Perón, más uno de $50 de tono celeste, con el perfil de un albatro sobre las "Islas Malvinas. Un amor soberano". La opción ha sido cambiarlos por US$50 en abril o por US$ 35 en julio, mientras el billete sea verde y tenga la imagen de George Washington. Estos canjes de moneda lábil en dura funcionan de la clase media para arriba: la gobernadora María Eugenia Vidal reconoció que la inflación es más alta de la esperada y reimplantó que el hornero rinda 3 yaguaretés en compras que se realicen un par de días al mes en 239 supermercados del área metropolitana los 4 millones de clientes del Bapro, entre los que identificó a empleados de la provincia, docentes, médicos, policías. Un escalón más abajo en la pirámide socioeconómica del conurbano nadie habla en esa devaluada fauna que imprime la Casa de la Moneda, sino que trueca prendas de vestir por alimentos, una ley de oferta y demanda regida por la mano invisible que junta lo que a unos les sobra con lo que a otros les falta. Hay cada vez más espacios públicos de canje de bienes y servicios, en los que hasta se hacen approachs por la red social Facebook. Fuera del alcance de AFIP, del Banco Central y de los Ceos del gobierno que están en otra.

La línea de la subsistencia asume en estos tiempos volátiles mal administrados una especie de frontera del empobrecimiento social. De algún modo lo acaba de poner de relieve la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, cuando en la conferencia de prensa en que anuncia el relanzamiento de un programa de descuento en los supermercados para los clientes del Banco Provincia, admite que la Argentina transita "meses difíciles" y alerta acerca de que la "inflación es más de la esperada y está pegando mucho más en los alimentos".

"Hay que estar más juntos que nunca y el Estado no puede mirar para otro lado", aseguró en el marco del plan de beneficios con un descuento de 50% en las compras hasta $ 1.500 que se hagan el 3er y 4to miércoles de cada mes en 239 sucursales de supermercados adheridos de la provincia y la ciudad de Buenos Aires, con tarjetas Visa Débito, Visa Crédito y Mastercard Crédito del Bapro. ¿A quién le hablaba?

La medida, según la mandataria, alcanza a empleados de la provincia, docentes, médicos, policías, entre los más de 4 millones de clientes que tiene el banco.

Unos escalones más abajo en la pirámide socioeconómica, en el conurbano se ha ido extendiendo una economía barrial, prescindente del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INdEC y que apela al intercambio de mercaderías en espacios abiertos dentro de varios municipios, que principalmente se graficaría con una balanza, en la que en un platillo se coloca la comida y en el otro ropa.

Se inserta en el contexto de informalidad tributaria y laboral que caracteriza a esos arrabales bonaerenses, donde se origina el 40% estimado que alcanza la economía en negro.

También anida en formato de carne y hueso el 54.2% que arrojó en 2017 un índice de pobreza de los niños elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), con un 33,8% asiste a comedores para paliar un déficit alimentario de 17,6%, incluido un 8,5% de los que directamente pasan hambre.

Una nota de Ámbito Financiero describe este revival del club del trueque de 2001 y lo localiza geográficamente en Temperley (el más desarrollado, desde hace un año y medio, que se denomina El Galpón), Pepe Fragata y El Rancho de Don Pedro en San Francisco Solano o Manos Unidas en Ezeiza, entre otros, además del uso de la red social Facebook para acordar transacciones entre amigos.  

Contabiliza el artículo más de 200 mil participantes de alguna modalidad de canje, incluidos los diferentes grupos activos de Facebook.

Lo explica el diputado nacional por el Frente Renovador y ex ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Daniel Arroyo, en la nota de marras: la gente está sobreendeudada, ya que como aumentan los costos fijos le faltan 10 días para terminar el mes y se endeuda con tarjetas o el financista de la esquina.

Clubes del trueque

A partir de ahí, indica, aparecen el trueque y los comedores, que a diferencia con el 2001 son más personalizados y muchos se encuentran directamente en una plaza luego de arreglar vía Facebook. Van con un cartelito con su nombre y hacen el intercambio. Todo durante el día por temor a la inseguridad. Es un fenómeno diferente porque hoy más actividad económica que entonces, pero se nota el crecimiento".

El derrame de la caída del consumo formal que mide la consultora especializada Kantar Worldpanel está directamente ligado con la licuación del salario real: los precios de la canasta que mide pasaron de un incremento del 17% anual en el cierre de 2017 al 21% en mayo pasado.

Consecuencia: el nivel bajo inferior encuestado, que agrupa al 17% de los hogares, en abril y mayo cayó 2%, con lo cual el volumen consumido perdió parte del terreno que había recuperado a finales de 2017 (3%) y el 1er trimestre de 2018 (1%), según puntualizó Federico Filipponi, director comercial de Kantar.

En realidad, en ese punto es donde arrancó con mayor vigor la cotización del dólar, que arrastró a los precios de la economía, ya sobrecargados con las alzas de los combustibles y los tarifazos.

De modo que los meses difíciles por delante que reconoció la gobernadora Vidal vienen de arrastre, con una inflación apenas atenuada con atraso cambiario y endeudamiento hasta la elección de noviembre, recalculada en más casi a fin de 2017 y vuelta a replantear por el gobierno una vez desatada la corrida cambiaria en el 2do cuatrimestre de este año.

El salto del dólar de $ 20,50 a $ 28 en 3 meses le agregó un empellón más a la moneda nacional que la coloca al borde del precipicio, y ni tasas de interés del 40%, como la de referencia ratificada por el Banco Central, en adelante son suficientes para detener al dólar.

El Fondo Monetario Internacional no quiere saber más nada con las Lebacs en pesos, cualquiera sea la tasa, e impulsa el canje por Letes dolarizadas. De paso, el emisor deja de ser el Banco Central y pasa a ser la Tesorería. Es una carga adicional a las finanzas, porque la deuda en moneda nacional se reduce con la inflación, en cambio, en moneda fuerte se mantiene constante.

El desfase no se arregla sólo con el ajuste fiscal, que en todo caso, de funcionar, limitaría la demanda próxima de financiación, sino que lo que viene de largo requiere, como leyó el ex titular del Banco Nación, Carlos Melconián, de una nueva incursión del gobierno por los mercados internacionales, a tasas superiores al 5,5% en divisas, que complete el plan financiero.

Un problema aparte: el Institute of International Finance (IIF) ubica a la Argentina entre los países que presentan el mayor riesgo de refinanciación en dólares, junto a Colombia, Egipto y Nigeria. Luego están México, Sudáfrica, Brasil y Turquía, de acuerdo con el Global Debt Monitor.

Pero dado el magro tamaño de su PBI, alcanzado por casi el 60% de los compromisos totales, en su gran mayoría concentrados por el gobierno, la participación de las empresas no financieras es escasa e ínfima en el sector financiero, Argentina y Polonia son los 2 deudores más preocupantes.

Otra particularidad del perfil que asumió el mercado local de capitales como consecuencia del drástico recambio de portafolios desde una moneda en extinción a una fortalecida ha sido la creciente dolarización de los depósitos, que proporciona “un colchón para las empresas con altos niveles de deuda en dólares, pero a la vez reduce la capacidad de los bancos centrales para controlar la liquidez y alienta a los bancos comerciales a aumentar los préstamos denominados en moneda dura", señala el informe.

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