AEROCOMERCIO COMPLICADO

Algunos datos del 1er. trimestre del turismo interno

"(...) Las ofertas de estos días, tanto de Latam como Aerolíneas Argentinas, no sé si han sido debidamente ponderadas por el consumidor, pero solo se refieren a un 2% o 3%, a lo sumo de su capacidad, más que eso no pueden “rifar”. La cosa es más grave para el transporte aéreo de las empresas argentinas, para Latam el cabotaje es marginal, su negocio es otro. Para Aerolíneas Argentinas, Austral, Andes y Flybondi, la cosa es más complicada. (...)".

“Turismo Interno: comprende los viajes turísticos realizados por los residentes en un país dentro de las fronteras del mismo.”
Ministerio de Turismo.


Siempre es bueno echar un vistazo a las estadísticas para tener una idea aproximada no solo de lo que ocurre sino la magnitud y capacidad o poder de compra de la gente.

La mejor estrategia comercial –low cost mediante- fracasará si una sociedad pasa por una depresión, o recesión o la creencia que las cosas empeorarán o si se prefiere tardaran en mejorar. Es obvio que a medida que el salario real se contrae, la gente modifica a la baja su nivel de consumo y obviamente se comienza por lo suntuario.

En la Argentina actual no dudaría en afirmar que el turismo y el transporte aéreo para una franja importante de la población que es la que ubicaría entre los deciles 5 a 9 del nivel de ingresos, se convierte en un bien suntuario.

Argentina vive en este momento un proceso de “estanflación” que marca una diferencia sustancial con los procesos inflacionarios.

En el primer caso el consumidor reduce su gasto porque el estancamiento y recesión en un periodo de inflación, le reduce al máximo la perspectiva del futuro, por el contrario, se muestra como amenazante.

En los procesos solo inflacionarios el consumo se acelera dado que mañana todo será más caro. Por la otra parte es más fácil relacionar los gastos corrientes con los ingresos corrientes, como me pasó a mí en Argentina en 1984.

Pues bien ¿hay mercado para ser optimistas en el crecimiento del transporte aéreo y el turismo interno para los próximos dos o tres años?

Personalmente diría que me inclinaría por el escepticismo y la cosa pasaría por desarrollar el servicio turístico y de transporte aéreo, adaptando los precios al poder adquisitivo de los mercados actuales.

Esto es más fácil de implementar para el servicio turístico en general, hotelería, restaurantes, servicios terrestres que para el transporte aéreo, cuyo costos en más de un 50% están dados en monedas fuertes.

Lo grave para el transporte aéreo es que tiene que bajar sus costos en moneda dura, por la sencilla razón que el salario real no se incrementó en la misma proporción que la devaluación y el precio debe tender a la baja en relación simétrica a la devaluación.

Parecería que, por algún tiempo, habrá que pensar más en devolver aviones y prestar los servicios básicos en rutas que mantengan alta densidad.

No puedo dejar de pensar en la ardua tarea que le espera a Luis Malvido en Aerolíneas y a la gente de Andes que ya estaría revisando sus costos a la baja con urgencia.

Veamos el mercado:

En su medición de población según escala de ingreso per cápita familiar, sobre el total aglomerados urbanos, el Indec nos muestra que durante el primer trimestre de este año, sólo los deciles 8, 9 y 10 perciben un ingreso superior a $ 11.250 hasta un máximo de $ 384.750, en el decil 10.

Cada decil comprende a 2.777.158 personas sobre un total de 27 millones de personas. Esos 3 deciles, en número redondos, comprenden 8.100.000 personas.

El resto de los deciles del 1 al 7 inclusive, unos 19 millones de personas perciben sumas que oscilan entre 0 y $ 11.250.

El 49% del ingreso total lo perciben solo los deciles 9 y 10, resultando el promedio de estos dos deciles alrededor de $ 25.500 per capita.

Si vamos a la tabla que pondera la población total según escala de ingreso individual sobre el total de aglomerados urbanos; veremos que el primer trimestre de 2018, nos muestra que la población que declara percibir ingresos está constituida por 16.929.529 personas, el 61% de un total de casi 28 millones, resultando que un poco menos de 11 millones declararon no percibir ingreso alguno.

En esta tabla nos mostraría que a partir del decil 8 se supera un ingreso de $ 20.000.

Los deciles 9 y 10 se quedan con el 48% del ingreso total.

Para facilitar la interpretación el INdEC define al ingreso total familiar, como el ingreso que se obtiene sumando el ingreso individual de todos los miembros del hogar e incluye montos no atribuibles a un miembro del hogar en particular.

El ingreso per cápita familiar: es el ingreso que se obtiene dividiendo el ingreso total familiar por la totalidad de los componentes del hogar.

El Ministerio de Turismo presentó las estadísticas correspondientes al 1er. trimestre de turismo interno y resulta que sobre una base de poco más de 11 millones de personas, un 56% (5.800.000 de personas aproximadamente) habrían gastado una suma que oscila entre $ 2.000 y más de 5.000 y el resto gastó hasta un máximo de $ 2.000.

Es interesante destacar que “…siete de cada diez turistas utilizaron un automóvil como medio de transporte (70,3%), mientras que uno de cada cuatro (24,2%) viajó en ómnibus y el 4,1% lo hizo en avión (este grupo de turistas muestra el mayor gasto diario y la mayor estadía promedio); respecto a lo observado en igual trimestre del año anterior no se verifican diferencias sustantivas”, según lo informa el Ministerio de turismo.

Esto nos mostraría que sobre el total de 11 millones de turistas sólo 440.000 habría viajado por avión y es probable que este segmento sea el que optó por playas ubicadas mas allá de la Provincia de Buenos Aires y los parques nacionales o similares como lo explica la estadística que estamos viendo.

También habría que tener en cuenta a la gente que viajó a las playas de la provincia de Buenos Aires desde el interior del país, sin pasar por Buenos Aires. Todo indicaría que ese porcentaje tendría que ser mayor.

Lo que nos faltaría saber son los medios de pago usados por los turistas, distinguiendo entre los que pagaron sus gastos por medios bancarios o con dinero, teniendo en cuenta que en algunos casos se puede pagar solo con dinero efectivo.

En mi opinión parecería que en ese segmento de 11 millones de turistas un porcentaje importante, podría estar integrado por gente que solo maneja dinero en efectivo y minimiza al máximo posible los pagos por medios bancarios electrónicos. Desde ya incluyo entre éstos el uso de tarjetas de crédito.

La economía marginal es aproximadamente un 30% del PBI y tiene un segmento muy potente que no figura en este tipo de estadísticas, pero es protagonista del gasto.

Si volvemos al INdEC al cuadro que discrimina los hogares según escala de ingreso total familiar, siempre en el primer trimestre de 2018, veríamos que entre los deciles 7 a 10 se concentra el 68% del ingreso lo que conforma un universo de 12 millones de personas.

Teniendo en cuenta lo expresado en el párrafo precedente y un cierto nivel de recurrencia que se da entre un mismo grupo familiar que visita más de una vez el mismo destino o destinos vinculados, el mercado se nos va reduciendo en cuanto a cantidad de gente con posibilidad de gasto.

Esta modalidad es muy común entre los habitantes residentes en la ciudad de Buenos Aires que en la temporada de verano suelen hacer más de un viaje, generalmente en auto, entre la costa más cercana que esta alrededor de los 300 km hasta un máximo de 450 Km.

Depurando los números y en base a la observación estadística pienso que el universo de personas que cuentan con recursos económicos, para hacer turismo interno, excluyo el emisivo porque no es objeto de esta nota, no creo que exceda a los 5/6 millones de personas.

Sobre 44 millones, es un porcentaje bajo y lógico de acuerdo con nuestra realidad económica.

No creo que haya datos de las personas que pueden movilizarse sobre la base de la llamada economía colaborativa, la que comienza también a ser atacada, por supuesta competencia desleal.

La gente siempre busca alternativas que le permitan gozar de bienes o servicios que en la economía formal no están a su alcance, por más “low cost” que inventemos.

Como se ve quizás la “revolución de los aviones” se deba dar al revés.

Pienso que para el mercado actual hay exceso de oferta que hace que la demanda se traslade a quien ofrece precios más bajos. La propia Flybondi dice que solo un 15% de sus pax volaron por primera vez y no creo que para muchos haya resultado una buena experiencia teniendo en cuenta el nivel de cancelaciones y demoras.

Las ofertas de estos días, tanto de Latam como Aerolíneas Argentinas, no sé si han sido debidamente ponderadas por el consumidor, pero solo se refieren a un 2% o 3%, a lo sumo de su capacidad, más que eso no pueden “rifar”.

Como vemos la cosa es más grave para el transporte aéreo de las empresas argentinas, para Latam el cabotaje es marginal, su negocio es otro. Para Aerolíneas Argentinas, Austral, Andes y Flybondi, la cosa es más complicada.

No incluyo a Avianca que estimo será la menos expuesta a las contingencias de nuestra realidad, se dirige a un mercado que diría es casi “exclusivo”.

Veremos cómo nuestras líneas aéreas enfrentan esta coyuntura que con suerte se extenderá como mínimo por dos o tres años.

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