ABORTO SÍ/ABORTO NO (1)

Cómo legislar las diferencias, protegiendo a las mujeres que no desean ser madres

Es muy impactante la pregunta que se hace la autora de la siguiente columna: "Es difícil conciliar posiciones, ya que en muchos casos son antagónicas, pero el punto es cómo legislar incluyendo las diferencias y, a la vez, protegiendo a las mujeres que por distintas circunstancias no desean ser madres y brindando un contexto legal que las ampare." Aquí el contenido completo:

El aborto provocado –hasta ahora clandestino- es el desenlace de un embarazo no deseado por distintas circunstancias de la vida de una mujer, una adolescente o de una niña. Es una realidad –un hecho evidente- que atraviesa las clases sociales y los lugares geográficos.

Es también un tema que aún no tiene carta de ciudadanía, a pesar que se ha podido legislar sobre el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, y aún no en torno a la figura de una mujer que no desea una maternidad, a pesar de ser una de las principales causas de muerte materna.

Cada mujer que decide interrumpir su embarazo, además de las condiciones particulares de cada historia de vida, están también presentes los prejuicios y las creencias que envuelven esta realidad. La mujer enfrentada con ese momento de decisión –que tiene tiempos acotados- debería poder contar con un contexto legal.

El aspecto de ilegalidad, penalización y marginalidad en la que se encuentran expuestas es un elemento que potencia no sólo los riesgos para la salud de las mujeres por los índices de morbi-mortalidad, sino también se constituye en un problema sanitario.

La penalización del aborto -que implica la prohibición de interrumpir un embarazo- deriva en una situación concreta de clandestinidad y mayor exposición. Los efectos de la penalización se traducen en el miedo, la culpa, las vivencias de desamparo y sobre todo el secreto y el silencio sobre lo vivido en soledad.

Se trata de un tema de una enorme complejidad, que requiere necesariamente de un abordaje interdisciplinario. Es difícil conciliar posiciones, ya que en muchos casos son antagónicas, pero el punto es cómo legislar incluyendo las diferencias y, a la vez, protegiendo a las mujeres que por distintas circunstancias no desean ser madres y brindando un contexto legal que las ampare.

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