CUADERNOS K

Preparan excavaciones en la Patagonia mientras se frena la obra pública (¿y Vaca Muerta?)

Tema 1 de la supuesta purificación que recorre a la Argentina en los días del juez Claudio Bonadío: ¿Puede mantener el plan de inversiones en Vaca Muerta la petrolera Tecpetrol, de Organización Techint? Tema 2: ¿Cuánto más caro será la financiación de la obra pública? En cualquier caso ¿podrá mantenerse el plan imprescindible ante la recesión? Tema 3: ¿Y el dinero de la Korrupción? Porque si no hay dinero muchos dirán que es otra de las embestidas de Bonadío contra CFK por cuitas pendientes. Algunos recortes al respecto:

El supuesto dinero de los sobornos, tema clave de los días que vendran.

Aquí un anticipo del choque de puntos de vista, en La Nación vs. Página/12:

" ¿Dónde está escondido el dinero de la corrupción kirchnerista ? ¿Cuánto suma? Con la declaración que escucharon anteayer el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli del financista Ernesto Clarens, lanzaron este fin de semana una cacería para recuperar esos fondos para el Estado, en un intento de congelar los que están en el exterior y secuestrar los dólares que -sospechan- se encuentran escondidos en la Argentina.

Por ahora, los investigadores de la causa de los cuadernos de las coimas saben que una porción de ese dinero fue expatriado por Clarens, el histórico financista de los Kirchner. Sospechan, además, que otra parte está escondida en el sur y creen que el resto fue a parar a manos de los ministros y colaboradores intermediarios, beneficiados en esa cadena de corrupción.

(...) Pero Centeno dijo que la recaudación estaba organizada por ministerios y que el día en que ellos -por el Ministerio de Planificación - debían salir a buscar plata era los jueves y que otros ministerios tenían otros días asignados, así es dable suponer que existían otros choferes haciendo el mismo trabajo que el fiel conductor de Baratta otros días de la semana.

¿Dónde terminó toda esa suma incalculable de dinero? Una parte en manos de Néstor y Cristina Kirchner y la otra parte fue un goteo que dejó restos en manos de sus colaboradores.

(...) El juez Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli están convencidos de que una parte del dinero está escondido en la Patagonia, que no salió del país y que se encuentra en bóvedas o enterrado. El tamaño del espacio que se requeriría para tener escondida tanta cantidad de dinero hace pensar que no bastarían cajas de seguridad bancarias. "Vamos a ir a buscar el dinero" anticipó a LA NACION uno de los involucrados en la investigación. (...)".


En el otro extremo, Raúl Kollmann, Irina Hauser y Dario Pignotti desde Página/12:

"La gran pregunta de la causa de las fotocopias de los cuadernos es ¿dónde está la plata? En el mes que tiene la investigación –poco tiempo– todo consistió en un desfile de empresarios y funcionarios, en los cuales los primeros dijeron que pusieron dinero, muchísimo menos de lo que escribió el chofer Oscar Centeno, principalmente para campañas electorales y gastos políticos, pero también coimas siderales para arreglar licitaciones.

En su acusación, el juez Claudio Bonadio dijo que se trató de una asociación ilícita cuyo objetivo era el enriquecimiento personal de Cristina Fernández de Kirchner y del fallecido Néstor Kirchner. Si éste fuera el caso, el dinero tiene que estar en algún lado: en cuentas en el exterior, en sociedades ocultas, en bóvedas, en propiedades. Tal como se descubrió con muchos en Brasil, no con Lula ni con Dilma Rousseff. Pero también falta que los empresarios digan en cuánto sobrefacturaron, en qué obras, en qué contratos, y que se busque y recupere esa plata.

Mientras no se encuentre el dinero supuestamente pagado por unos y cobrado por otros, mientras no aparezcan los fondos que se llevaron ilegalmente las empresas, la causa será más una persecución política, centrada en sacar de la cancha a Cristina, que una investigación judicial. Basta mirar a Brasil.

En Argentina hasta ahora aparecieron los nueve millones de dólares de José López y unos dos millones y medio de dólares de Ricardo Jaime, según consta en las respectivas causas por enriquecimiento ilícito. En la mira también esta el ex secretario de Néstor Kirchner, fallecido hace dos años, a quien se investiga por propiedades en Miami, pero por ahora es una presunción.

No se le encontraron cuentas, sociedades o bóvedas ni a Cristina ni a Néstor ni a Julio De Vido ni a Roberto Baratta. Ya se sabe que a los que sí le encontraron cuentas, sociedades y dinero oculto fue a la familia Macri y a buena parte de los funcionarios del actual gobierno, que aparecen en los Panamá Papers y los Paradise Papers, o blanquearon fondos escondidos. (...)".

Ahora, algunos datos de la encuesta "Valoraciones, opiniones y atribuciones en torno al caso 'Cuadernos de corrupción K' - Análisis de la opinión pública en clave de la grieta política", que realizó la consultora Federico González y Asociados.

Fue una Encuesta telefónica IVR sobre un Cuestionario estructurado, a 400 ciudadanos residentes en AMBA (muestreo probabilístico estratificado proporcional, en base al peso de secciones electorales relevadas), con un nivel de error +/- 5.00% (nivel de confianza 95.5%):

Mientras tanto, la cuestión principal para el gobierno de Mauricio Macri es cómo impedir la suspensión de la obra pública, el eje de la actividad económica en días de estanflación.

Al respecto, tambien hay diferencias. En este caso obsérvese el Mundo Macri/Clarín vs. el Mundo K.

Primero, Horacio Verbitsky en su El Cohere a la Luna:

"A última hora del viernes 17, el gobierno comenzó a comunicar a las empresas involucradas en la investigación del fiscal Stornelli y el juez Glock sobre obras públicas licitadas antes de diciembre de 2015, “la inmediata suspensión de los trabajos, en el estado en que se encuentren, poniéndose la obra a disposición del comitente”, que tomará posesión “hasta que se esclarezcan los hechos investigados”. Es decir, todo lo contrario de lo anunciado a los bancos comprometidos en el financiamiento de esas obras. Esto ratifica la confusión permanente en que se mueve el gobierno, que no atina a sostener una decisión por más de un par de días. La comunicación oficial otorga un plazo de tres días, que vence el jueves 23. En ese momento, junto con la obra, las constructoras deberán entregar toda la documentación técnica y “todo material, equipos, vehículos y/o elementos que el comitente haya facilitado al contratista para los fines de la contratación y ejecución de los trabajos”. No parece que se esté pensando en una suspensión breve, ya que en el momento de la entrega se realizará un inventario y detalle del estado de la obra, documentación, materiales y equipos y se iniciará un procedimiento administrativo de revisión de costos para determinar si se ajustan a los precios de mercado. Desde el mismo viernes quedaron suspendidos todos los pagos por cualquier concepto “hasta el esclarecimiento de los hechos investigados por la Justicia”. Así puede observarse en el facsímil."

Gustavo Bazzan en el diario Clarín:

"(...) Lo que pudo establecer Clarín es que el Gobierno avanza en la idea de armar un fideicomiso, que administraría el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), entidad presidida por el ex ministro de Producción, Francisco Cabrera.

Este fideicomiso sería el que tomaría fondos prestados de aquellos bancos extranjeros que originalmente acompañarían los proyectos adjudicados a las constructoras hoy bajo sospecha. Es decir, los bancos tendrían como cliente deudor al fideicomiso y no a las constructoras.

Luego, el fideicomiso, tomando garantías adicionales a las que las constructoras entregaron cuando les adjudicaron los proyectos, girarían los fondos a las empresas para que estás puedan avanzar con las obras.

El fideicomiso otorgaría financiamiento en condiciones similares a las que los bancos venían negociando con las empresas previo al surgimiento del riesgo judicial por el tema cuadernos. Los financiamientos ofrecidos tendrían contragarantías de las empresas, de la misma manera en la que los bancos las necesitan. Sólo que el financiamiento ya no estaría trabado por un eventual impacto de índole reputacional que afecte a las empresas debido a la causa de las coimas. (...)".

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