HORIZONTE COMPLICADO

Dujovne, el "superministro" de la capa caída

En pocos días el ministro de Hacienda enviará al Congreso el proyecto de presupuesto del próximo año, con el precedente de que las previsiones sobre PBI, Inflación y tipo de cambio no se parecen ni un poco a la realidad. Dujovne sólo puede mostrar que fue efectivo en el ajuste, pero sigue fallando a la hora de generar confianza. ¿Lo seguirá sosteniendo Mauricio Macri?

El próximo 15/09 vence el plazo para que el Poder Ejecutivo envíe al Congreso el proyecto de Presupuesto para el 2019. Se tratará de un texto bisagra, ya que contendrá los lineamientos generales para el cumplimiento del acuerdo firmado entre el gobierno de Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por ese pacto, el organismo multilateral le concedió a la administración Cambiemos un crédito por US$50 mil millones, uno de los más trascendentales de la historia del FMI.

Se trata, en principio, de un presupuesto de ajuste el que el Gobierno deberá negociar con los gobernadores de las provincias, que -finalmente- son los que tienen la llave en el Senado para la aprobación del proyecto. La Casa Rosada está obsesionada con cumplir con la meta fiscal que le prometió al FMI (-1,3%).

Pero esa meta será sólo uno de los pronósticos que incluirá el texto. El brief anticipatorio que se dio a conocer en julio expresaba que la inflación rondará el 17%, mientras que el crecimiento del PBI se estima en torno al 2%. Tal como reflejó aquella vez Urgente24, en esta oportunidad el proyecto no contendrá una estimación sobre la evolución del dólar, y sólo se afirmó que el tipo de cambio se determinará "libremente en el mercado".

La ausencia de una previsión cambiaria es el resultado de la crisis que comenzó en abril y que aún no ha sido resuelta. De hecho, lo único que está claro en cuanto al dólar es que no terminará el año en un promedio de $19, como se había previsto en el proyecto de presupuesto para este año.

Pero tampoco se cumplirá el pronóstico de crecimiento del PBI, pautado en 3% (el Gobierno ya admite que será una caída del 1%), ni mucho menos de la meta de inflación, que en el presupuesto era del 10%, luego se corrigió al 15% y ahora directamente no hay una proyección pública del Palacio de Hacienda, aunque los privados la estiman en torno al 35%. Todo eso sin mencionar que por 3er año consecutivo se incumple la meta establecida en cuanto a la suba de precios.

Aquel presupuesto llevaba la firma del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tal como lo hará el próximo. Fue el mismo funcionario quien admitió que finalmente la economía se contraerá este año en contraste con su propia proyección del año pasado. Dujovne se escuda en los efectos de la sequía, que -es cierto- tuvo un fuerte impacto en la actividad, y la crisis cambiaria, que adjudica a los vaivenes de los países emergentes (aunque la Argentina sufrió más que el resto). Y, cómo no, ahora agita el impacto de los cuadernos (la megacausa de corrupción que involucra a empresarios) como uno de los motores de la recesión.

A Dujovne no le faltan argumentos a la hora de explicar el fracaso del programa económico del gobierno de Mauricio Macri para este año. Pero, de todos modos, no le alcanza con eso al ministro de Hacienda para generar confianza. Las dudas ahora surgen sobre la capacidad del Gobierno de conseguir financiamiento, opinaba Marina Dal Poggeto, directora de Eco Go y durante muchos años mano derecha de Miguel Bein. Dujovne lo sabe y lo reconoció en declaraciones ante medios de prensa extranjero. Esa incertidumbre apuntala la fuga hacia el dólar, que a su vez recalienta la inflación y condiciona las inversiones que necesitan de certeza sobre el tipo de cambio.

Dujovne sólo puede mostrar que fue efectivo en el ajuste (se sobrecumplirá la meta fiscal fijada en el presupuesto). Y para un Gobierno que sacralizó la reducción del déficit, ese no es un dato intracendente, sino todo lo contrario. Además, el ministro de Hacienda cuenta con el aval de Marcos Peña, el influyente jefe de Gabinete. Mientras se mantenga ese respaldo, son pocos los que se animan a especular con que Mauricio Macri deje ir a su ministro, a quien entronizó como coordinador del "equipo económico" ("superministro", lo llamaron) para ser el único interlocutor con el FMI.

En el corto plazo, siguen las malas noticias: el dólar no para de subir, y se espera que en agosto la inflación llegue hasta el 4%, mientras la actividad sigue en caída. Todo tan lejos de la previsiones que Dujovne hizo el año pasado.

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