LA ESCENA DEL CRIMEN

El consumidor sigue pagando (indexada) la factura de los platos rotos

En el fin de semana arrancó el 9no mes del año y la preocupación central de mayor parte de la población, que empata o pierde frente a la carestía de la vida que le depara la Administración Macri, es cómo llegar a fin de mes, primero, y a fin de año, después. Muchos automovilistas hicieron la cola en las estaciones de servicio para cargar combustible antes que rigiera el aumento y un número importante se volcó a los supermercados para adelantar las compras del mes lo más posible, ante la desaparición de promociones y ofertas y los faltantes de mercaderías en góndolas. En otra sintonía, como es natural, el Presidente y sus colaboradores dedicaron sábado y domingo a elaborar una propuesta de ajuste en las cuentas fiscales para presentar ante el Fondo Monetario Internacional y un nuevo aumento en la presión impositiva embozado en una dieta a la burocracia estatal exacerbada bajo el poncho de la herencia kirchnerista. Está claro que las prioridades de la Casa Rosada pasan más por proteger pellejos de un escarnio político que afecte la reelección en 2019. Y, fundamentalmente, por evitar que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sea exonerado de su cargo, aunque ello signifique maquillarle un recorte de poder. Pero las urgencias del consumidor, en cambio, transitan por ver qué cuentas se pueden dejar de pagar para que alcance la plata y qué gastos cortar o sustituir aun en desmedro de su calidad de vida.

La política no es ni vieja, ni nueva. La autopsia de una devaluación del 110% en 8 meses, con una inflación lanzada arriba del 40%, tasa de interés de referencia en el 60%, un riesgo país que supera los 700 puntos, la sitúa en la escena del crimen.

Mientras buena parte de los funcionarios del equipo de Mauricio Macri, responsables directos de estos resultados, transcurrían el domingo en la residencia de Olivos tratando de minimizar los costos que les acarrearán a su nueva o vieja carrera política, según los casos, la gran mayoría de la población, sumergida en la incertidumbre, hacía cuentas sobre cómo llegar a fin de setiembre con la oleada de aumentos en combustibles, luz y gas, prepagas, alquileres, expensas, las cuotas de la tarjeta sideralmente recargadas por los intereses y hasta en los cigarrillos, para los que son fumadores.

Los supermercados se llenaron el fin de semana de mucha más gente recorriendo góndolas que los carritos de mercaderías, sin que, como sucede tratándose de la política, salieran los culpables a trazar antojadizas diferencias entre nuevos o viejos consumidores.

Los tickets que se pagan en las cajas cantan la precisa. Ahí no cuenta si echan o sigue con poderes recortados un jefe de Gabinete, como Marcos Peña, o si las cabezas en bandeja de plata que se han ido entregando para que permanezca en el cargo cuando era boleta justifican un virtual mea culpa: ¿son suficientes para cubrir una gestión más discursiva que conducente los sacrificios de un ignoto subsecretario como Vladimir Werning, tras la del 28 de diciembre, o de los 2 secretarios subalternos, como Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, ante la corrida actual?

En las narices del público, las grandes cadenas comerciales remarcaron en el fin de semana los precios de productos de primera necesidad exhibidos en las estanterías y en algunas dejaron el espacio vacío cuando el proveedor no reponía a la espera de definir los nuevos valores.

En un relevamiento realizado por ámbito.com, el dueño de la cadena Maxiconsumo, Víctor Fera, reconoció que “puede haber desabastecimiento" de artículos alimentarios por la devaluación del peso, y estimó que si el dólar se mantiene en el nivel alcanzado en agosto, tras el avance del 35,5%, el incremento en los productos se ubicará entre "12 ó 13%" durante el mes.

Criticó la actitud de los colegas: "Con corregir 4 o 5 artículos o 10 se puede abastecer al mercado. No se puede ganar toda la vida", señaló en diálogo con radio Mitre.

El Cronista Comercial observó que en casi todas las cadenas se dieron de baja muchas de las promociones habituales y se sobreimprimieron ofertas en los cartelitos. Calculó que en electrodomésticos hubo correcciones en las listas entre 15 y 20%.

Los encuestadores de las consultoras que hacen el seguimiento del consumo trabajaron horas extras el fin de semana y registraron, en sus informes preliminares, que muchos de los que cobraron el sueldo el viernes, concurrieron a los locales a anticipar compras para cubrir el mes.

Horas antes, no fueron pocos los consumidores motorizados que habían hecho cola en las estaciones de servicio para llenar el tanque antes se aplicara la 3era alza de los combustibles en menos de 30 días. Incluisve, al ser heterogénea, porque mientras Shell subió 12%, YPF arranca desde 2% (consecuencia, según los casos, de haberse trasladado la incidencia de una mayor carga impositiva y el impacto de la escalada del dólar), los puntos suspensivos sugieren que esos retoques no tardarán en emparejarse para arriba.

Pirámide rajada

Si bien la pirámide del nivel socioeconómico establece marcadas fronteras entre una minoritaria clase media alta cuyo estándar de vida y placeres no se inmuta con estas crisis y una mayoría que abarca a pobres, emprobrecidos y los que hacen malabares para no serlo, el ajuste hace rato que llegó al seno de la economía hogareña.

“En términos de niveles socioeconómicos se mantiene el quiebre en la pirámide social, por lo que niveles altos y medios todavía sostienen valores positivos con respecto a 2017. En tanto, en los niveles bajos se acentúa la caída del consumo", observa el director comercial de la Kantar Worldpanel, Federico Filipponi.

El apriete del cinturón viene duro y parejo: "En los últimos 3 meses, el 57% de las categorías perdió compradores respecto del año anterior, algo que se acentuó especialmente en junio y julio", sostuvo.

Excepto cuidado personal, todos los sectores pierden volumen,según el informe,, que además revela que se acelera la caída de 1ras marcas, y únicamente las propias de las cadenas y especialmente las low price o de bajo precio, muestran avances en volumen.

También la malaria viene siendo captada por Focus Market en los 500 puntos de venta que chequea: en junio (con la corrida cambiaria en pañales y los tarifazos en primer plano) por ejemplo verificó que en un año el promedio de compra de leche por habitante bajó de 44 litros anuales a menos de 40.

Verificó que en el caso de los chicos tomaron lugar como bebida los jugos en polvo y las gaseosas, entre éstas, con preeminencia de 2das. marcas. En cuanto a los adultos, las infusiones reemplazaron al fluido lácteo perdido.

Hilando más fino, inclusive, los vinos de gama media mejoraron su performance mientras se tomó menos cerveza, claro que por el frío, además de por el impuesto que golpeó los bolsillos.

Otra modificación de hábitos trajo la suba del 50% en las pastas por el efecto trigo, contra entre 2 y 4% que corrigió al alza el arroz, y 20% la polenta

En paralelo a la caída en volumen, los aumentos de precios se intensifican y llegan al 27% respecto a julio del año pasado, cuando en junio la variación interanual había llegado a un 25%.

De las sumas y restas surge que ya en julio se había registrado una variación negativa del 3% en el consumo en hogares, que se encadena con los retrocesos del 1% en mayo y del 2% en junio.

Agosto y lo que pinta para setiembre auguran que se va de mal en peor y que, en consecuencia, se repetirá por 3er año al hilo el desplome del consumo.

“El consumo masivo cerrará un 2do semestre con una baja similar a la de julio; así 2018 caerá entre un 1% y un 2%", afirmó Filipponi.

Antes que las estadísticas confirmen para fin de año lo que muchos de los analistas trivializan como humor social, los presupuestos familiares padecen y seguirán padeciendo en el día a día los efectos conducentes que las malas praxis de la nueva o vieja política le facturan a la sociedad.

Los abonados de inicio de gestión, como los tarifazos, tasas de interés y los llamados precios regulados, encontraron en el tipo de cambio un poderoso motor que retroalimenta presiones inflacionarias, Para no perder la costumbre, el gobierno autorizó una nueva suba del 8% en las cuotas de la medicina prepaga, lo cual se aplicará a partir del 1º de octubre, de acuerdo con el visto bueno a las planillas de costos presentadas por las empresas que firmó la Superintendencia de Servicios de Salud antes que el ministro Adolfo Luis Rubinstein quedara devaluado por la reforma que se acaba de anunciar.

Cuando aún faltan 4 meses para finalizar el año, acumulan 29,8% de aumentos, que se van a 33,5% en la comparación interanual.  

 

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