PROYECCIÓN DE ECOLATINA

Habría un menor crecimiento en el 2011 electoral

Las estimaciones preliminares arrojan un incremento anual de 8,5% del PBI. La performance del sector agropecuario fue sobresaliente gracias a un clima muy favorable. El contexto externo benefició a la Argentina y a la región aunque el crecimiento acumulado desde 2008 (+4,1%) la ubica debajo de Uruguay, Perú y Brasil, y arriba de Chile, México y Venezuela. Pero hay motivos para creer que en 2011 el crecimiento será menos robusto.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). Con la firma de los economistas Rodrigo Álvarez, secundado por Lorenzo Sigaut (h.); Andrés Bonifacio; Juan Pablo Paladino; Javier Paz; y Valentín Tiscornia, la consultora Ecolatina afirmó que el PBI trepó 8,5% en 2010 pero que espera una desaceleración del crecimiento en 2011.

El texto:

Si bien aún faltan datos del cierre del año, la información disponible indica un fuerte crecimiento de la economía argentina en 2010. De hecho, las estimaciones preliminares arrojan un incremento anual en torno de 8,5%.

De esta manera, el nivel de actividad no sólo recuperó el terreno perdido en 2009 (caída de 4,1%) sino que trepó 4% respecto del registro precrisis. Vale mencionar que a principios de 2010 se esperaba una suba mucho más acotada.

Varios factores explicaron la recuperación a tasas chinas. Entre ellos se destacan las políticas internas de estímulo a la demanda, la performance del campo, el fuerte crecimiento de Brasil y un contexto internacional más benigno que el esperado.

En primer lugar, se debe destacar el impacto sobre el consumo de la expansión del gasto y la inyección de ingresos en los estratos sociales más rezagados. La mayor demanda se tradujo en un rápido crecimiento pues la recesión de 2009 había dejado recursos productivos ociosos.

Por su parte, la performance del sector agropecuario fue sobresaliente gracias a un clima muy favorable.

A diferencia de 2009, las lluvias fueron abundantes y oportunas lo que permitió una cosecha cercana al récord.

Las mayores cantidades producidas junto con la fuerte recuperación de los precios de las commodities agrícolas, potenciaron la suba de ingresos del sector. De esta manera, el campo no sólo impulsó la actividad sino también las exportaciones y la recaudación tributaria por derechos.

En cuanto a su aporte, la expansión del sector explica por sí misma un incremento de casi 1,5 puntos porcentuales (p.p.) del PBI y es probable que supere 2 p.p. si se tiene en cuenta su impacto indirecto sobre la cadena agroindustrial.

Otro elemento que impulsó la actividad fue el dinamismo de Brasil. En 2009 el PBI del principal socio comercial apenas cayó (-0,6%) y trepó 7,6% en 2010, según el relevamiento de expectativas de mercado de su Banco Central. Además, desde mediados de 2009 se observa una fuerte apreciación del Real que estimuló adicionalmente las compras de bienes argentinos, especialmente de manufacturas de origen industrial (entre las que se destacan los automóviles).

Por último, pese a que a inicios de 2010 se planteaba la posibilidad de una recaída en los países desarrollados, el contexto internacional fue muy favorable. Si bien las economías emergentes sufrieron una retracción en lo peor de la crisis financiera mundial, cuando la situación se estabilizó volvieron a desacoplarse.

La recuperación del comercio mundial más el repunte de las commodities agrícolas por la elevada demanda de China, impulsaron las exportaciones. Asimismo, el contexto financiero fue óptimo pues la menor aversión al riesgo de los inversores internacionales se conjugó con tasas de referencia en niveles mínimos.

Vale destacar que la mejoría del contexto externo no benefició exclusivamente a la Argentina sino a toda la región. De hecho, salvo en Venezuela y México, se observó un fuerte crecimiento de la actividad en los demás países.

Más aún, es interesante analizar el crecimiento acumulado respecto de los niveles precrisis (PBI de 2008). En comparación con los principales países de la región, el incremento acumulado en Argentina (+4,1%) se ubicó en la mitad de la tabla. Si bien fue superado por países como Uruguay, Perú y Brasil, muestra una mejor performance que Chile, México y Venezuela.

Finalmente, es importante mencionar que en la segunda mitad del año el ritmo de expansión de la actividad se desaceleró en términos desestacionalizados. No obstante, el cuarto trimestre cierra con un aceptable dinamismo que deja un significativo arrastre estadístico. Este efecto garantiza un piso de expansión en torno de 1,5%-2% para 2011.

Perspectivas de crecimiento para 2011

Luego de un excelente año en términos de actividad, se estima que en 2011 la economía también crecerá a un ritmo elevado, aunque en un nivel inferior pues no todos los factores de impulso jugarán a favor.

El cambio radical se presenta en el sector agropecuario. El año pasado la producción primaria creció cerca de 30% i.a. luego de que en 2008 se registrara una de las peores sequías de la historia reciente. Pero considerando la insuficiencia de lluvias por el fenómeno de la Niña, ya se descuenta que el sector no crecerá este año.

Peor aún, si la sequía se prolonga esta actividad podría llegar a sufrir una contracción en relación a 2010. Además, en cualquier caso esta situación impactará negativamente en el desempeño de las actividades conexas. Por ejemplo, por la menor cosecha de soja y maíz esperada se contratarían 400.000 fletes menos que en 2010, una caída de 16% en el transporte de esos cultivos.

Por otro lado, el mercado brasileño seguirá traccionando las exportaciones de bienes industriales nacionales, pero el ritmo de compras será inferior al registrado en 2010. De hecho, este año Brasil crecerá en torno de 4,5%, casi 3 p.p. por debajo del incremento del año pasado.

En cuanto al contexto financiero internacional, se estima que el mismo continuará siendo favorable. Es decir, sostenidos flujos de capitales hacia los países emergentes y elevadas cotizaciones de las commodities en un marco de abundante liquidez global con bajas tasas de interés en los principales mercados.

No se descartan nuevos inconvenientes que generen incertidumbre, como los problemas de deuda en algunos países europeos. Pero la misma debilidad en la recuperación de las economías avanzadas mantendrá activos los incentivos fiscales/monetarios. Además, la fortaleza de China e India seguirá impulsando la demanda de materias primas.

Por su parte, cabe repasar los factores que influirán la marcha de la actividad como consecuencia de las decisiones de política económica del Gobierno.

De cara a las elecciones presidenciales se espera que la expansión del gasto público apuntale la demanda agregada. De hecho, el gasto primario crecería por lo menos 40% i.a., el cual incluye aumentos en jubilaciones y asignación por hijo, además del esquema de subsidios a los servicios públicos.

Además, pese a que la confianza no aumentará sensiblemente, la adquisición de bienes durables continuará siendo vigorosa por el financiamiento y la falta de alternativas de inversión que compensen la inflación. En particular, los préstamos personales y de tarjetas de crédito están creciendo a un ritmo cercano a 40% i.a. y se estima que esa performance se mantendrá en 2011.

Justamente la inflación y la incertidumbre propia de un año electoral son dos cuestiones que abren una incógnita en el empuje de la demanda. Si se pierde poder adquisitivo, no opera con tanta fuerza la ilusión monetaria asociado al incremento de los ingresos nominales o aumentan las expectativas por una posible suba del Dólar tras las elecciones, el consumo puede desacelerarse.

Entre los elementos que claramente condicionan la actividad se vuelve a mencionar la restricción energética que afecta al desarrollo de la industria. Este desequilibrio genera, por ejemplo, que las firmas lleven al límite su capacidad de producción minimizando la inversión para ampliar de la capacidad productiva.

Además, la sostenida pérdida de competitividad externa (por la estabilidad del tipo de cambio y elevada inflación en términos internacionales) debilita la posición de los sectores transables, especialmente los industriales. La sustitución de producción local por importaciones acota la expansión de la actividad.

Las condiciones para el crecimiento son buenas aunque descansan con mayor énfasis sobre el consumo. Muchos de los factores que operaron positivamente el año pasado perderán envión y otros desaparecerán. Por ello, el desafío de sostener tasas elevadas será mayúsculo para la política económica. Según nuestras estimaciones, lo más probable es que la economía crezca 5% en 2011.

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