US$ 200.000 MILLONES

Ahora sí Trump inició la guerra comercial con China

USA anunció nuevos aranceles a importaciones de China por US$ 200.000 millones. Los nuevos aranceles entrarán en vigor a partir del 24/09. Si China responde con medidas de represalia, Donald Trump ha amenazado con imponer más aranceles.

 

El presidente estadounidense Donald Trump ha anunciado la introducción de nuevos aranceles del 10% a las importaciones de China por un valor de US$ 200.000 millones, según ha comunicado la Casa Blanca. La medida entrará en vigor a partir del 24/09.

Esta nueva medida, de la que ya habían hablado varios medios de comunicación en los últimos días, ha sido tomada cuando el Departamento del Tesoro estadounidense trataba de reanudar las negociaciones con Beijing para resolver la guerra comercial entre ambos países.

El comunicado de Trump, publicado en la página web de la Casa Blanca, precisa que "los aranceles permanecerán a un nivel del 10% hasta fin de año" pero que el 01/01/2019 "aumentarán al 25%", tal y como había explicado Donald Trump a Robert Lighthizer, el representante comercial de USA, quien junto al secretario de Comercio, Willbur Ross, son los funcionarios más a favor de seguir presionando a Beijing.

"Si China toma medidas de represalia contra nuestros agricultores u otras industrias, inmediatamente seguiremos a la 3ra. fase, que consiste en aranceles sobre aproximadamente US$ 267.000 millones a las importaciones adicionales", afirmó Trump.

En su mensaje, el Presidente estadounidense aseguró que "hemos sido muy claros sobre el tipo de cambios que deben hacerse, y le hemos dado a China todas las oportunidades para tratarnos de manera más justa. Pero, hasta ahora, China no ha querido cambiar sus prácticas", agregó.

Por su parte, Beijing ya había prometido responder a los nuevos aranceles de USA con medidas de represalia.

Actuando de este modo progresivo, la Administración Trump está ofreciendo a las empresas estadounidenses la posibilidad de ajustarse y buscar cadenas de suministro alternativas al retrasar el aumento de los aranceles hasta el 25% para el próximo año, según han destacado 2 funcionarios del gobierno.

Trump "no está satisfecho" con la relación comercial con China. Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, ya había anticipado que "pronto veremos anuncios relacionados con los aranceles".

Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional, también había menconado la inminente intención de Trump de activar gravámenes.

"Hasta ahora, tanto USA como China han usado balas de goma, la activación de Trump de los aranceles a los US$ 200.000 millones supone comenzar a usar la verdadera artillería pesada", explicó el economista jefe de Bloomberg, Tom Orlik.

Hasta la fecha, las 2 mayores economías del mundo habían intercambiado aranceles sobre productos por un valor de US$ 53.000 millones.

Minutos antes, Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York, recordaba que "un simple tuit" de la Casa Blanca es suficiente para azuzar las tensiones entre Washington y Beijing. Un pulso en el que "son las empresas, a título individual, las que tienen que enfrentar las consecuencias".

Precisamente, abundan las empresas que mantenían "nuevas esperanzas" de "una nueva vía para evitar un recrudecimiento de la guerra comercial", explicaron desde IG Markets.

Al fracasar esta apuesta, aumenta otra expectativa: que Trump pierda en los comicios del 06/11: la pérdida de mayoría en la Cámara de Representantes y del Senado, debilitaría la política comercial de la Casa Blanca.

Para satisfacción de todos, las encuestas y casas de apuestas predicen una cierta victoria del Partido Demócrata.

"Las elecciones de mitad de mandato son a menudo consideradas un referéndum sobre el partido en el poder. Aunque el nombre de Donald Trump no estará en las papeletas, hay pocas dudas de que su persona centrará la campaña electoral y estará en la mente de la mayoría de votantes cuando se aproximen a las urnas", aseguran desde el banco suizo UBS.

El banco de inversión considera que lo más probable es que el Partido Demócrata obtenga "una modesta mayoría en la Cámara de Representantes, mientras que el republicano mantenga su exigua mayoría en el Senado".

El siguiente escenario más probable (con un 20% de probabilidad) descuenta que los demócratas obtendrán una amplia mayoría en la Cámara de Representantes y una más reducida en el Senado.

Sin embargo, , con un 80% de probabilidad, las consecuencias llevarían a un bloqueo legislativo total en lo que resta de Legislatura, o bien un cierre de la Administración federal.

Son acontecimientos que pueden ayudar a que las decisiones tomadas en USA sean menos viscerales.

El peor de los casos para el mercado (la victoria demócrata en ambas cámaras) implicaría la posibilidad, aunque sea "remota", de un bloqueo en el techo de deuda, algo que históricamente no provocó entusiasmo en las bolsas.

"Los cierres temporales del Gobierno son comunes en USA, y no han tenido un impacto histórico en los mercados financieros reseñable", explicaron desde UBS.

Sin embargo, prosiguen, "las crisis del techo de la deuda son otra cosa". Sólo hay que fijarse en el ejemplo de 2011. Durante aquella crisis se produjo un período de incertidumbre en el que el Departamento del Tesoro estuvo cerca de no pagar sus obligaciones. Este lapso de tiempo coincidió con un repunte de la volatilidad -el índice del miedo rebotó hasta niveles no vistos desde la crisis financiera de 2008- y acarreó una caída de casi el 20% para el S&P 500.

Este movimiento también se dejó sentir en el mercado de divisas donde el dólar estadounidense acabó, tras las dudas iniciales, apreciándose en los meses posteriores.

A finales de 2013, USA estuvo de nuevo cerca de incumplir el techo de deuda, y el mercado también reaccionó en los días previos al conato de esta crisis, con una caída del 4% en el caso del S&P.

En los años transcurridos desde entonces se han producido numerosos cierres de la administración federal o 'shutdown'. Todos estos episodios han terminado con un compromiso que ha tendido a aumentar el gasto público, pero esa vía puede ser menos factible dado el ya alto nivel de gasto deficitario.

"Esto significa que una repetición del desplome casi total en 2011 no solo es posible, sino que podría llegar a ser probable en un entorno de estancamiento extremo", aseguran desde UBS.

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