SEXUS

DECISIONES RIESGOSAS

Preservativo: "La excitación sexual funciona como el alcohol"

Es la única barrera que evita la transmisión de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, así como el embarazo no deseado. Aunque casi todos lo sabemos y estamos seguros de que lo mejor es usarlo, la excitación puede generar un efecto parecido al del alcohol en nosotros, aumentando nuestra disposición a tomar riesgos. La especialista Shayna Sparling explicó a Mel Magazine que "la mayor parte de la gente siente que el sexo con protección no se siente tan bueno como el otro" y que además está la idea de que no usar preservativo "muestra lo íntimos que están dispuestos a ser con un compañero/a y cuánto confían en él/ella". Un comportamiento altamente riesgoso que es necesario comprender para poder modificar.

Shayna Sparling es doctora en psicología social aplicada y se dedica a investigar temas de salud sexual. En entrevista con Tierney Finster de la revista Mel,  explicó que la resistencia a utilizar el preservativo en las relaciones sexuales, proviene del hecho de que cuando nos excitamos, aumenta nuestra disposición a tomar riesgos de cualquier tipo. Esto quiere decir que cuanto más excitados estemos, más probabilidades tenemos de tomar malas decisiones, como tener sexo sin preservativo con alguien que acabamos de conocer.

"La excitación provoca un cambio doble en el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente. Primero están los cambios psicológicos. Nuestro corazón comienza a latir más rápido, nuestra respiración se acelera, y más sangre comienza a fluir hacia nuestra cara y genitales. Pero la excitación también produce un cambio en nuestro pensamiento. Entramos en una fase de pensamiento motivacional y razonamiento motivacional que no es racional ni lógico", explicó Sparling a Mel Magazine. "En mi estudio, tanto los hombres como las mujeres que estaban excitados, tenían mayores probabilidades de involucrarse en escenarios sexuales riesgosos."

Sparling explicó que esa toma de decisiones riesgosas, influenciada por la excitación, no se limita al tema del preservativo. En su estudio, también hizo que 2 grupos jugaran al black jack. A uno de los grupos le había hecho mirar antes videoclips eróticos mientras que al otro, videoclips sin contenido sexual. Encontró que el grupo que había estado mirando videoclips eróticos tomaba muchos más riesgos en su juego que el otro. "Esto mostró que la excitación sexual funciona como el alcohol. Es similar a que la gente borracha tiene más probabilidades de hacer cosas (riesgosas) tales como cruzar la calle en medio del tráfico u ordenar otra ronda de tragos cuando deberían pasar al agua."

Sparling detecta otras 2 razones que generan resistencia a usar preservativo, más allá del estado similar al "emborrachamiento" que desencadena la excitación. "La mayor parte de la gente siente que el sexo con protección no se siente tan bueno como el otro", explica, aclarando que esto pone en particular riesgo a las mujeres -son las que más chances tienen de contagiarse una enfermedad en una relación sexual entre hombre y mujer-. "Pero también está la idea de que la gente no quiere usar preservativo porque se siente más íntimo no usarlo", explicó. "El no usar preservativo muestra lo íntimos que están dispuestos a ser con un compañero y cuánto confían en él/ella." Las personas buscamos sentirnos conectados a los demás, por lo que se entiende que una persona esté dispuesta a correr el riesgo, si está convencida de que no usar preservativo lo hará sentir más cerca del otro.

Sin embargo, los riesgos son demasiados, y la intimidad y la conexión no dependen del sexo sin protección: se encuentran y construyen de otras maneras. "Este es el riesgo -explicó Sparling-. Te apurás hacia algo más íntimo, cuando es más inteligente esperar para tener sexo sin protección, hasta que cada uno haya sido testeado" (se refiere a los exámenes que rastrean si alguno de los 2 tiene alguna enfermedad de transmisión sexual). Recordemos que el preservativo es la única barrera que evita la transmisión sexual de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, según la Fundación Huésped.

"Las infecciones de transmisión sexual son aquellas que pueden transmitirse de una persona a otra durante una relación sexual (vaginal, oral o anal). Entre las más frecuentes figuran la sífilis, gonorrea, clamidias, herpes simple, hepatitis B, HPV y HIV", explicó el doctor Miguel Pedrola, coordinador de AHF Argentina, a Infobae. Adicionalmente, los datos epidemiológicos muestran que la sífilis, que se creía erradicada, tuvo un resurgimiento.

"Ellos logran, muchas veces, convencer a las mujeres. La excusa casi siempre es que no pueden sentir. Quieren convencer a la otra persona de que el sexo es mucho más placentero sin preservativo, que están sanos, que confíen. Que si lo usan no sentirán, ¡nada! Las mujeres, presas de cierta impotencia, se dividen entre: las que por temor a no verlos más (si es primera cita) lo hacen sin importar consecuencias, confiando; y las que tratan y lo intentan pero no obtienen resultados", escribió la licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga, sobre el tema en el diario Clarín. "Nosotras muchas veces nos sentimos presionadas al respecto, por el temor a estar solas. A veces, en el momento de mayor exitación, todo sucede y después algunas mujeres se arrepienten, muchas vienen llorando y se excusan detrás del temor al embarazo no deseado (recién después aparecen los miedos sobre las ETS, enfermedades de transmisión sexual). Hay personas que gozan pensando en los límites y en jugar con la vida, el riesgo y la transgresión; y entonces este tipo de situaciones les causan más placer."

"La sensibilidad no pasa por el uso o no uso mismo, hay otras formas de intensificar el placer, alternativas que cada pareja en su mundo íntimo, y según su forma de interactuar y su frecuencia, deben experimentar", explicó Lustgarten.

Según el portal de la Fundación Huésped, esta es la manera correcta de utilizar un preservativo:

1. Comprobar que tenga aire ni esté vencido.
Todos los preservativos tienen fecha de vencimiento y es importante chequearlo antes de usarlos. También, que el sobrecito contenga aire para comprobar que no esté deteriorado.
2. Poner el preservativo una vez que el pene esté completamente erecto.
De este modo el preservativo se mantiene en su lugar durante toda la relación sexual.
3. Sacar el aire de la punta.
Antes de desenrollarlo y una vez que está apoyado sobre el pene erecto, se recomienda apretar la punta para sacar el aire. Esto evitará que se derrame semen.
4. El preservativo se debe desenrollar fácilmente.
Si no se puede desenrollar hasta la base del pene, es porque se colocó del lado equivocado. En este caso, hay que tirar el preservativo y empezar con uno nuevo.
5. Usarlo de principio a fin.
Esto incluye juegos previos, sexo oral y quiere decir que se usa desde la erección hasta después de la eyaculación.
6. No esperar para sacar el preservativo.
Se recomienda hacerlo una vez que el varón haya eyaculado y antes de perder la erección para evitar que el semen se derrame.
7. Hacer un nudo y tirar a la basura.
El preservativo no debe tirarse al inodoro para evitar taparlo.

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