EL SENTIDO ESPIRITUAL DEL ORDEN

Limpiá tu casa, cambiá el aire, mové la energía, transformá tu historia

El caos externo es reflejo del desorden interior. A la vez, ese laberinto externo genera mayor sensación de desconcierto interno. Es posible destrabar áreas de nuestra vida ordenando y limpiando la casa, eligiendo qué objetos queremos conservar porque nos traen alegría y a cuáles es hora de decirles adiós y agradecerles por lo que nos han dado. Elegir un área de nuestra casa que queremos ordenar es elegir un área de nuestra vida que queremos cambiar. Y la acción tiene mucha fuerza, la fuerza de modificar nuestro pensamiento. Cambiando nuestro foco sobre el pasado, eligiendo qué historia queremos contarnos a nosotros mismos sobre lo que sucedió, podemos transformar nuestras emociones.

La decisión de añadir azúcar y pimienta a nuestra vida

Todos (excepto aquellos que tienen la suerte de que otros lo hagan por ello), estamos atados a las tareas domésticas. (Dicen que en unos años los robots las harán por nosotros pero mientras tanto...) Las amemos o las odiemos, lo cierto es que si dejamos de hacerlas nuestras vida se vuelve un caos irreconciliable, un espiral hacia el abismo. Hay aquellos que lo viven mejor porque son más organizados o porque vienen de hogares donde los acostumbraron al orden, hay otros a los que les cuesta un poquito más porque son naturalmente desordenados y vienen de hogares con esa característica. Hay aquellos que dicen "yo hago todo, todo, excepto planchar" o "pedime cualquier cosa pero no me pidas que lave los platos".

Algunos aman barrer, otros odian lavar la ropa. Pero dado que casi todos estamos atados a estas tareas, es interesante intentar encontrarle un sentido o una dimensión espiritual a la realización de lo cotidiano. Por ejemplo cuando cocinamos, y agregamos azúcar a la comida, podemos hacerlo concentrándonos en las áreas de nuestra vida a las que nos gustaría añadirle dulzura. Si agregamos pimienta, podemos pensar a qué áreas de nuestra vida les falta "pimienta" o picante, sabor, gracia. 

A la hora de limpiar, también se puede usar esta tarea como una excusa para transformarse, para reflexionar

Stephanie Bennett Vogt es la autora del libro 'Tu ser espacioso: Limipiá el desorden y descubrí quién sos': "Mi pasión es ayudar a la gente a conectarse con su espacio interior al limpiar y cuidar de los espacios que están por fuera de ellos." Vogt propone el siguiente ejercicio: relajarse durante algunos minutos, cerrar los ojos y luego pedir a tu ser más elevado que te guíe hacia un área de tu casa que necesita tu amor y atención. Luego abrir tus ojos y dirigirte hacia allí durante 1 miunto. "Si no se te ocurre ningún lugar, agarrá una escoba y comenzá a barrer cualquier área de tu casa, para conseguir que se mueva la energía."

"Esto es lo importante sobre la limpieza: no se trata realmente de la acción para nada, no es sobre el asunto ni sobre el resultado, es sobre cómo experimentás el ejercicio, cómo lo procesás, cómo lo sentís. Es permitirte a vos mismo experimentar la acción completamente a través de tus sentidos. Notá tu resistencia o tu energía moviéndose o lo que sea que experimentes. Esa es la magia de la limpieza, es permitir que todo eso suceda sin arreglarlo ni manejarlo ni juzgarlo. Ese es el secreto de la limpieza."  Repetí el ejercicio cada día de la semana. Este ejercicio te llevará a áreas de tu casa y tu vida que nunca imaginaste fuera posible. Algo se va a abrir.

Una acción sobre lo material puede cambiar lo espiritual

La idea de Vogt puede funcionar si tenemos en cuenta que, según el Feng Shui, un espacio armónico puede lograr una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Esto es porque lo material, lo visible, lo físico, tiene relación con el cielo, lo desconocido, invisible y vibrátil. El Feng Shui se basa en la existencia de un aliento vital o chi, cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, las orientaciones y los cambios temproales. Otra cosa que es importante destacar es que la acción tiene mucha fuerza. Modificando nuestras acciones tenemos el poder de modificar nuestros pensamientos.

En ese sentido, si consideramos que cada área de nuestra casa se corresponde con un área de nuestra vida, tomando acción sobre ese área, puliendo, ordenando, limpiando, dejando ir (tirando) los objetos que ya no nos sirven, es posible remover aquello que no nos deja avanzar. Vogt cree que dejar ir aquellos objetos que ya no nos sirven, puede ayudarnos a desprendernos de otros apegos que nos afectan negativamente, como los relatos que nos contamos a nosotros mismos sobre el pasado, que no funcionan en pos de nuestros objetivos.

Un hecho sucede, construimos un relato sobre lo que pasó y eso despierta una emoción en nosotros: Hay 1 elemento en este proceso que podemos cambiar activamente

Aquí es importante recordar lo siguiente: hay una teoría que dice que de los hechos que suceden en nuestra vida, todos armamos un relato, a partir de ese relato nace la emoción que nos genera. De estos 3 elementos (hecho que sucedió, relato que armamos, emoción que nos suscita), hay 2 que no podemos cambiar, que son el hecho que sucedió y la emoción que nos suscita el relato que hemos armado de él. Sin emabargo, esto último, la historia que nos contamos a nosotros mismos sobre el pasado, sí es posible cambiarla. Es posible cambiar nuestra mirada. No existe una verdad única sobre el pasado, existen focos. Así, la historia de, por ejemplo, cómo alguien me humilló, puede transformarse en la historia de cómo sobreviví a la humillación a la que me sometió esa persona. Paso de ser humillado en sobreviviente. Por supuesto esto impactará en qué emociones me suscita este hecho.

Para Marie Kondo, ordenar no es almacenar: a aquellas prendas u objetos que ya no me traen alegría, debo agradecerles y decirles chau

Al tiempo que dejamos ir aquello que no nos sirve, puede revelarse lo que sí podría servirnos. La japonesa Marie Kondo, autora del libro 'La magia del orden' es otra "gurú de la limpieza" que apunta en esta dirección: ella considera que ordenar la casa ayuda a ordenar la vida, ya que el desorden de los objetos es el reflejo de cierto caos interior. Al mismo tiempo, ese laberinto externo genera una sensación de desconcierto interno. Ambos aspectos están fuertemente interrelacionados, explica el portal La Mente es Maravillosa. Kondo pone el énfasis en que ordenar no es almacenar: cuando se hace esto último, el desorden comienza de nuevo. Como los espacios para guardar cosas están ocupados, adviene otra vez el caos. Para ella, es importante dejar ir aquellas prendas u objetos que ya no nos sirven, y hasta propone despedirnos de ellos agradeciéndoles por lo que nos dieron. Esto puede ayudar a quienes sienten culpa de desprenderse de objetos. Para saber qué tirar y qué conservar, Kondo propone evaluar si ese objeto me trae alegría o no. Analizarlo prenda por prenda.

Dejá tu comentario