UN FILÓSOFO EN CASA ROSADA

Al rescate del Presidente, Marcos arroja en paracaídas a Pinker

Steven Arthur Pinker, furioso antipopulista, gradualista, de moda entre los más ricos, recordó Roberto García (en el bisemanario Perfil), y que tiene a Bill Gates entre sus clientes, ingresó a la Casa Rosada por consejo de Marcos Peña para explicarle al presidente Mauricio Macri un enfoque menos dramático de la realidad. Según Piker, el mundo nunca estuvo mejor, y en la Casa Rosada resultó una dulce melodía.

"Para vencer al populismo se debe además reconocer el valor del progreso. Hay un hábito muy extendido entre intelectuales y periodistas que consiste en destacar solo lo negativo, en describir el mundo como si estuviera siempre al borde de la catástrofe. Es la mentalidad del default. Trump explotó esa forma de pensar y no encontró resistencia suficiente en la izquierda, porque una parte estaba de acuerdo. (...)".
Steven Arthur Pinker.

 

Cuando le preguntan si él es un optimista, Steven Arthur Pinker responde que él es "un posibilista serio".

¿Qué quiere decir eso?

Se lo explicó semanas atrás al diario El País, de Madrid: "Hay que ser realistas. Las cosas siempre pueden ir a peor y es cierto que la complacencia impide ver los peligros. Un riesgo es el fatalismo, la idea de para qué hay que molestarse en mejorar el mundo si el mundo no hace sino empeorar; son aquellos que piensan: si no es el cambio climático, serán los robots los que acaben con nosotros. El otro es el radicalismo. Mucha gente joven ve acertadamente errores en el sistema. Y eso es bueno, pero si se acaba pensando que las instituciones son tan disfuncionales que no merece la pena mejorarlas, entonces se entra en el terreno de las soluciones radicales: todo puede ser destruido porque nada vale. Mejor edificar sobre las cenizas. Ese es un error terrible, porque las cosas se vuelven mucho peores."

Pinker es la herramienta a la que apeló Marcos Peña, jefe de Gabinete de Ministros, para intentar cambiar el enfoque entre desilusionado y depresivo que arrastra el presidente Mauricio Macri.

Pinker es un psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista y escritor canadiense, profesor en Harvard College, titular del “Johnstone Family Professorship” en el Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard, defensor enérgico de la psicología evolucionista, tras los pasos de E. O. Wilson, Leda Cosmides y John Tooby.

Sus 4 libros más conocidos hasta ahora —"El instinto del lenguaje", "Cómo funciona la mente", "Palabras y reglas", y "La tabla rasa"— han ganado numerosos premios y le han dotado de renombre, ubicándolo a mitad de camino entre su hermana Susan, psicóloga infantil pero también periodista; y su hermano Robert, analista político en el gobierno canadiense.

Ahora ha avanzado con "En defensa de la Ilustración", que elaboró pensamientos que atrajeron a Marcos Peña.

---------------------

El pensamiento de Pinker

---------------------

Otras definiciones:

** “Los ideales de razón, ciencia y humanismo necesitan ser defendidos ahora más que nunca, porque sus logros pueden venirse abajo. El progreso no es una cuestión subjetiva. Y esto es sencillo de entender. La mayoría de la gente prefiere vivir a morir. La abundancia a la pobreza. La salud a la enfermedad. La seguridad al peligro. El conocimiento a la ignorancia. La libertad a la tiranía… Todo ello se puede medir y su incremento a lo largo del tiempo es lo que llamamos progreso. Eso es lo que hay que defender”.

** "Ni la globalización ni los mercados les han empobrecido. La realidad es bien distinta. La pobreza extrema ha descendido un 75% en 30 años. Lo segundo, no hay incompatibilidad entre los mercados y las regulaciones. Por el contrario, la experiencia de la Gran Recesión nos mostró que se debe evitar el caos de los mercados desregulados. Lo tercero, hay que recordar el poder de los mercados para mejorar la vida. El mayor descenso en la pobreza de la historia de la humanidad se ha dado probablemente en China y se ha logrado no mediante la redistribución masiva de riqueza desde los países occidentales, sino por el desarrollo de instituciones de mercado. Eso es mejora económica, pero no más libertad. La libertad económica suele ir acompañada a menudo de otras formas de libertad. Corea del Sur, aparte de gozar de una economía de mercado, es un lugar mucho más libre y placentero que su vecino del norte. Cuando los países abandonan el mercado, como Venezuela, se hunden en la miseria. Ocurrió con la Unión Soviética, la China de Mao, la Alemania del Este anterior a la caída del Muro…"

Dejá tu comentario