5 CONSEJOS

Cómo aprender a decir que no (y no morir de culpa en el intento)

Comprar tiempo, ser simple, claro y amable, estar preparado para que te intenten convencer, saber que sos valioso de por sí y que no necesitás una razón concreta para decir que no. 5 tips que te ayudarán a establecer barreras y ser fiel a ellas, porque solo cuando te respetás a vos mismo podrás realmente ayudar a los demás.

Aquellos a los que nos cuesta decir que no, sabemos que se trata de un gran problema, que muchas veces nos lleva a terminar accediendo a hacer cosas que no queremos, solo por complacer. Mucho de esto tiene que ver con el miedo a que si digo que no, la otra persona dejará de quererme.

En realidad, para poder decir que no, hay que soportar la herida narcisista de decepcionar momentáneamente al otro que, acostumbrado a nuestro sí perpetuo, quizás nos revoleará una mirada despreciativa o se enojará. Sin embargo, es la única manera que tenemos para no volvernos esclavos en nuestras relaciones. Y, si el otro es una persona madura y comprensiva, gracias al amor que nos tiene podrá eventualmente comprender que cuando decimos que no, no lo estamos rechazando como persona, sino simplemente que nos estamos negando a determinada cosa en particular, a cruzar cierto límite.

No hay que forzar nuestros límites por complacer al otro: al cabo de esto nos sentiremos mal con nosotros mismos o quizás esto hasta se manifieste en un dolor físico, señal de que hemos ido más allá de lo que estábamos dispuestos o deseábamos. Tener límites es sano para nuestras relaciones. No tenerlos, a la larga, las terminará dañando, porque nadie soporta mucho tiempo la esclavitud de no poder decirle un "no" a su amigo, pareja o hermano.

Lo que puede terminar pasando, en ese caso, es que terminemos acumulando bronca que luego saldrá de manera explosiva, siendo agresivos y dañinos con el otro, como manera de descarga. Una descarga que dura apenas unos segundos, porque después de eso nos preguntaremos por qué hemos hecho eso, por qué hemos dañado a una persona que amamos. La única manera de evitar esto es siendo conscientes y honestos con nosotros mismos ante las demandas del otro: ¿yo quiero realmente hacer esto? ¿Me siento cómodo en esta situación? Respetarse uno mismo y comunicárselo al otro de manera clara. Esa es la manera de desarrollar vínculos sanos y fuertes.

1. Comprá tiempo. Muchas veces, terminamos accediendo a situaciones que no deseábamos por apurarnos a responder. Alguien nos ofrece algo y en lugar de pensarlo un poco, por miedo a perder la oportunidad (o a que la persona nos deje de querer), respondemos automáticamente que sí. Una vez dicho el sí, es mucho más difícil ir para atrás. El otro se sentirá doblemente decepecionado (nuestro sentimiento de culpa será doble), y no comprenderá porqué el cambio de opinión.

Una buena manera de empezar a decir que no es comprar tiempo. "Te respondo más tarde", "dejame pensarlo un poco", "quiero pensarlo tranquilo y luego te llamo", son algunas buenas frases con las que podemos comprar tiempo. Una vez habiendo pensado el tema mejor, podrás decir que no con mayor confianza, explica Jane Collingwood del portal PsychCentral.

2. Sé simple, claro y amable. Una vez que hayas decidido decir que no a alguien, la respuesta tiene que ser amable pero contundente. "Gracias por recurrir a mí pero me temo que no es un buen momento" o "Lo lamento pero no puedo ayudarte esta tarde". Es importante mostrar decisión asímismo en el lenguaje corporal. Y lo más importante: No pidas demasiadas disculpas. Recordá que no estás pidiendo permiso para decir que no, ni tampoco estabas obligado a decir que sí. Alguien tiene tanto derecho a pedirte un favor como vos a negarte.

Sin embargo, también es importante destacar que se puede suavizar el no expresando un halago o gratitud hacia la persona. Por ejemplo, explica Wikihow, si alguien te pide que le cuides el gato mientras no está, podés responderle: "Me alegro de que te sientas cómodo pidiéndome que cuide a Bella. Significa mucho para mí saber que me confiarías a tu gata porque sé cuánto te imoprta." Deseále buena suerte a la persona que te pidió el favor y alentalo a seguir en su búsqueda.

3. Preparate para que te intenten convencer. Existen múltiples técnicas para intentar convencer a alguien de que haga algo, y algunas personas son especialistas en ello. Preparate para todo tipo de técnicas persuasivas, que podrían incluir que la persona intente jugar con tu lado más culposo para conseguir el sí. La persona podría, en caso de que ya le dijiste que no, pedirte un favor alterativo, generando una falsa dicotomía ("ya que no quisiste hacer eso, al menos ayudame en esto"). No caigas. No es una cosa o la otra. A veces es: ninguna. Otra forma sutil de manipulación es compararte con otra persona. "Esta otra persona hizo tal cosa así que vos deberías hacerla también".

Vos no sos otra persona, sos vos. No hay comparación que valga. Tus propios límites son los tuyos y los de otros son de los otros. Por último, alguien podría intentar convencerte haciéndote ver que lo que te está pidiendo en realidad es un beneficio para vos. Considerá la posibilidad de que eso podría llegar a ser verdad. Si lo es, pedile tiempo para analizarlo mejor. Si sabés con certeza que no es así, automáticamente negate a hacerlo y no le des más tiempo de intentar convencerte: da por terminada la conversación.

4. No necesitás una razón para decir que no. Algunas personas sienten que necesitan tener una buena razón para decirle a alguien que no. Pero esto no es así: el tiempo de uno es escaso y valiosísimo. Y por supuesto que una de las mejores maneras de usarlo es ayudando a los demás, estando ahí para los otros, pero también es importante reservarse tiempo para uno, para sus hobbies, tiempo de nada. Hay que buscar un equilibrio. Pero lo más importante es que es uno quien debe elegir qué hacer con su tiempo, no podemos ser esclavos de los otros, que siempre nos van a pedir cosas (lo cual no está mal). Es simplemente importante ser honesto con uno mismo y actuar en conformidad. Si no querés hacer algo, no lo tenés que hacer.

5. Valorate vos mismo y luchá por vos. Esta es la verdadera base de todo y lo más difícil de alcanzar. Sin embargo, una vez que hemos encontrado esta fuente de autorrespeto, decir que "no" nos parecerá pan comido. Es importante internalizar que uno ya es valioso de por sí; no necesita hacer nada ni de la aprobación de nadie para serlo. "Valorarte vos mismo y luchar por vos siempre van juntos", explica Saad Alvi en el portal Quora. "Por empezar, practicá ser absolutamente abierto y auténtico, esto construirá coraje. Y sí, puede ser un poco incómodo al principio, pero hazlo igual. Luego establecé límites claros y no dejes que otros los violen." Ponete a vos mismo primero, porque solo así podrás de hecho ayudar a otros.

Dejá tu comentario