GRAVES INUNDACIONES

Más problemas para el campo (y Macri): El Niño amenaza la cosecha récord

Las fuertes tormentas de las últimas semanas y las que quedan por delante en el marco del fenómeno El Niño, amenazan el normal sembrado y cosecha en los campos que tanto espera la Casa Rosada para fines de 2018 e inicios del 2019.

Con el optimismo que caracteriza al presidente Mauricio Macri, desde la Secretaría de Agroindustria proyectaron una cosecha récord de 140 millones de toneladas en 2018/19. Los funcionarios que responden a Luis Miguel Etchevehere estimaron que la producción de la presente campaña se convertirá en la mayor de la historia, siendo un 25% superior a la registrada en 2017/18 (afectada por la peor sequía en 50 años).

Sin embargo, desde Brasil monitorean minuto a minuto lo que pueda ocurrir en la Argentina con las proyecciones, pues la empresa especializada en meteorología MetSul advirtió días atrás que "fenómeno El Niño en formación en el Pacífico va a impactar la cosecha de verano 2018/2019, porque evento del fenómeno huye del convencional y sus efectos pueden ser diferentes de lo normalmente esperado".

Tal es el interés que el pasado domingo 11 de noviembre contabilizó el volumen de lluvia registrado en La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires: "220,4 mm es el récord ayer (10/11) en la estación de Villa Elisa. Fue el 4° mayor desde 1911 en la ciudad capital".

A su vez, durante la semana pasada -y ya en varias oportunidades- anunciaron lo que se vio en Santa Fe y en plena provincia de Buenos Aires: la formación de tornados.

Jorge Gvozdenovich, quien monitorea la erosión hídrica de los suelos para INTA, profundizó el análisis de lo que se vio en las últimas horas: "Justo las cosas coinciden. Nosotros tenemos, en el año, dos picos de precipitaciones: una es en otoño, durante marzo o abril, cuando se cosecha la soja. Y otra se produce durante estos días, entre octubre y noviembre, donde hay un promedio histórico de 110 milómetros. Al mismo tiempo, tenemos un fenómeno del niño, que dicen que es el más lluvioso, y que se suma a nuestro noviembre llovedor".

"Casi nunca pasó que tengamos una intensidad promedio de 180 milímetros por hora. En los registros encontramos una sola tormenta de 250 milímetros en marzo de 2008. Encontramos sí casos similares respecto del total de agua caída, pero nunca una intensidad tan alta como la de esta oportunidad", agregó.

Respecto del impacto que esto tendrá en los nutrientes del suelo, Gvozdenovich profundizó: El agua cayó sobre un suelo saturado, con una acumulación de agua de 40 milímetros. Casi toda el agua escurrió a una velocidad erosiva. Recién me crucé con un colono y me dijo que tenía todo el campo fuera del alambrado”, en relación a la capa mas fértil del suelo que había sido erosionada y cuyo sedimento amontonado tapaba a nivel de dos hilos del alambrado. “Desde el punto de vista de la erosión hídrica nos agarró con los suelos totalmente desnudos, ya que aproximadamente el 60 por ciento va destinado a soja de primera, y recién empieza la etapa de la siembra”, destacó el ingeniero.

En este sentido, advirtió en diálogo para AIM Digital: "En esta región, de Paraná, el suelo fértil es una capa que tiene aproximadamente 20 centímetros. En uno de los campos que recorrimos había 30 centímetros hacia abajo depositados contra el alambrado. Quedó expuesto el horizonte B, que es la capa más arcillosa y, de menor materia orgánica y menos fértil. Cualquier cosa que quiera sembrarse ahí, requerirá un doble trabajo de fertilizante, herbicida, y un montón de prácticas extra que uno tiene que hacer. Otro ejemplo es que, campo cercano que salimos a recorrer, tiene una muy buena rotación de cultivos con terraza, y tenía trigo para cosechar. La gota de lluvia rompió contra la espiga y entró al suelo en forma mucho menos erosiva. Buenas prácticas agronómicas, como rotar los cultivos o hacer terrazas, ayudan enormemente a cuidar los campos. Un solo centímetro de suelo tarda entre 400 a 1000 años en generarse. Y en esta sola lluvia se perdieron 20 o 30".

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