CAMBIO LLAMATIVO

El general Kelly deja la Casa Blanca y Trump llama a Nick Ayers

John Kelly, jefe de gabinete de la Casa Blanca, dejará su cargo a fines de año, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en el mayor de una serie de cambios que ha realizado en su gobierno un mes después de que los republicanos perdieran el control de la Cámara de Representantes. Trump, hablando con periodistas cuando salía de la Casa Blanca para asistir al juego anual de fútbol entre las academias militares del Ejército y la Marina en Filadelfia, dijo que nombraría un reemplazo para Kelly, posiblemente de manera interina, en el próximo día o dos. “Es un gran tipo”, afirmó Trump sobre Kelly, quien dirigió el Departamento de Seguridad Nacional antes de unirse a la Casa Blanca. “Aprecio mucho su servicio”. Más tarde, un funcionario de la Casa Blanca dijo a Reuters que por meses Trump ha estado en conversaciones con Nick Ayers, asesor del vicepresidente Mike Pence, sobre suceder a Kelly. Trump quiere que Ayers esté en el cargo por dos años, dijo el funcionario, pero el funcionario no puede comprometerse por motivos familiares y ha aceptado servir solo hasta la primavera boreal de 2019.

 

 John Francis Kelly es un general estadounidense del Cuerpo de Marines, primero secretario de Seguridad Nacional designado por el presidente Donald Trump, quien lo hizo más tarde Jefe de Gabinete de la Casa Blanca.

Kelly lideró entre 2012 y 2016 el Comando Sur estadounidense (América Central, América del Sur y el Caribe), y antes fue general al mando de la Fuerza Múltiple-Oeste en Irak.

El hombre llamado por Trump para ordenar la Casa Blanca, dejará su cargo de jefe del Gabinete al final de 2018. Se trata de la última reestructuración en la Administración Trump luego de las elecciones legislativas y la más trascendente.

Trump hizo tan importante anuncio de forma desenfadada a la prensa en los jardines de la residencia presidencial antes de volar hacia Filadelfia: “John Kelly se marcha, no sé si puedo decir que se retira”, comunicó antes de asegurar que Kelly era “un gran tipo”.

Desde hace varias semanas había rumores de que Kelly podría abandonar la Casa Blanca.

Trump aseguraba que el veterano general y él se llevaban "muy bien" y calificó a su jefe de Gabinete como "un hombre maravilloso".

Pero en el libro de Bob Woodward sobre la Casa Blanca se afirma que Kelly consideraba al Presidente "un idiota" al frente de "una Administración de locos".

En los meses recientes, el papel de Kelly se ha ido desdibujando a medida que el Presidente tiene su propia estrategia que nadie conoce, y no se deja aconsejar.

Kelly fue secretario de Seguridad Nacional de Trump (cuya misión era detener la inmigración ilegal y asegurar las fronteras) antes de tomar el puesto de Reince Priebus como jefe de Gabinete de la Casa Blanca en julio de 2017.

Desde el principio resultó una extraña pareja. Por ejemplo: un militar de carrera que consideraba a las mujeres "sagradas". Por otro, un despreocupado hombre de negocios convertido en Presidente, que jamás ha llevado un uniforme y que fue grabado hablado de las mujeres en términos despectivos.

Si se incluyen secretarios o asesores, una treintena de cargos han dimitido o han sido despedidos en sus 20 meses de duración.

La Casa Blanca suma ya el 5to. jefe de comunicación y el 3er. consejero de Seguridad Nacional. Si se excluyen la vicepresidencia, Defensa, Tesoro y Justicia, todas las áreas clave han cambiado.

Hace 1 mes Trump liquidó al fiscal general, Jeff Sessions, cuando era obvio que ambos protagonizaban una batalla nada disimulada por la investigación de la llamada 'trama rusa', que explora la influencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016 y trata de esclarecer si hubo connivencia del entorno del presidente en dicha estratagema y un posible delito de obstrucción a la justicia.

En mayo Kelly declaró a la radio pública que trabajar en la Casa Blanca era lo "más difícil" que había hecho nunca.

En el ambiente político de Washington circula la versión de que Trump creía que su jefe de Gabinete le ocultaba información y que, con frecuencia, le contradecía sobre temas, menores o mayores.

Kelly consideraba que el Presidente ni valoraba ni entendía su trabajo y algunos medios aseguran que afirmaba "no tengo por qué aguantar esto" al recibir las críticas del mandatario.

Quien fue llamado a organizar una Casa Blanca muy disfuncional acabó teniendo el mismo tipo de relación con el Presidente que otros miembros del entorno dado de baja por Trump.

Nick Ayers, el joven jefe de Gabinete de 36 años del vicepresidente Mike Pence, es el primer nombre que los especialistas citan como posible sustituto de Kelly, ya que funciona con los mismos parámetros desenfadados que gasta Trump.

Mueller

En tanto, el presidente Trump reclamó que termine una investigación federal sobre la intervención rusa en las elecciones, a la que llamó “caza de brujas” un día después de que fiscales detallaran un intento previamente desconocido de los rusos de apoyar su campaña presidencial de 2016.

“¡Es hora de que la caza de brujas TERMINE!”, escribió Trump en Twitter, su 2do. tuit del día sobre la investigación del fiscal especial Robert Mueller acerca de la intervención rusa en las presidenciales de 2016 y si la campaña de Trump se alió con Rusia.

“Después de 2 años y millones de páginas de documentos (y un costo de más de US$ 30 millones) ¡no hay colusión!”, tuiteó Trump.

El mandatario reiteró esas declaraciones más tarde, cuando salió de la Casa Blanca para el juego anual de la Armada y la Armada en Filadelfia y dijo: “Estamos muy contentos con lo que estamos leyendo, porque no hubo colusión en absoluto”.

Sin embargo, los fiscales no abordaron en varias presentaciones judiciales federales el viernes 07/12 la cuestión de si han encontrado una connivencia entre la campaña de Trump y Rusia.

Mueller dijo en una presentación que el exabogado de Trump, Michael Cohen, le había proporcionado a su oficina “información útil vinculada con ciertos asuntos relacionados con Rusia en su investigación, que obtuvo en virtud de su contacto regular” con la compañía de bienes raíces de Trump durante la campaña 2016.

Los demócratas y otros críticos de Trump temen que el nuevo fiscal general en funciones, Matthew Whitaker, leal a Trump, pueda despedir a Mueller o socavar la investigación al cortar su financiamiento. Los prominentes republicanos en el Congreso insisten en que no hay peligro de interferencia.

En su presentación ante la Corte, Mueller dijo que Cohen les dijo que se le acercó en noviembre de 2015 un ruso no identificado que afirmaba ser una “persona de confianza” en la Federación Rusa, con el propósito de ponerse a disposición de la campaña de Trump. La presentación dijo que el contacto ocurrió durante las discusiones sobre un posible hotel con el nombre de Trump en Moscú.

Cohen será sentenciado la próxima semana por violaciones a la financiación de campañas, delitos financieros y mentir al Congreso sobre los tratos comerciales de Trump en Rusia. Los fiscales están buscando una pena de prisión sustancial.

Tillerson

Son días muy agitados para Trump. El viernes 07/12, él calificó al exsecretario de Estado, Rex Tillerson (quien venía de ser CEO de la petrolera Exxon), de "tonto como una roca" y "perezoso como el infierno".

"Mike Pompeo está haciendo un gran trabajo, estoy muy orgulloso de él. Su predecesor, Rex Tillerson, no tenía la capacidad mental necesaria. Era tonto como una roca y no pude deshacerme de él lo suficientemente rápido. Él era perezoso como el infierno", sostuvo Trump en Twitter.

Esto sucedió al día siguiente que Tillerson, desde Houston (Texas), le dijera al Houston Chronicle para explicar su renuncia: "Muy a menudo, el Presidente decía quiero hacer esto, y así es como quiero hacerlo, y yo tenía que decirle, señor presidente, entiendo lo que quiere hacer, pero no puede hacerlo así. Viola la ley ".

El ex director del FBI James Comey testificó bajo juramento que Trump, en una reunión personal, le pidió que abandonara la investigación del Departamento de Justicia sobre el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn.

El Presidente presionó públicamente al entonces secretario de Justicia, Jeff Sessions, para que investigara el servidor de correo electrónico de Hillary Clinton. (Clinton no fue procesada en una investigación previa del FBI).

Conclusión: es muy posible que Tillerson dijera lo que realmente ocurre cerca de Trump, pero el Presidente no está dispuesto a tolerarlo.

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