CAMBIEMOS

Vía La Nación, PRO vende ‘espejitos de colores’ a Carrió y la UCR para 2020

Mauricio Macri necesita la marca Cambiemos para lograr su reelección en 2019. Necesita a Elisa Carrió por su gravitación personal y electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Y necesita a los radicales por el territorio y su peso parlamentario. Otros sectores del oficialismo, como el que integra Emilio Monzó, creen que también hace falta sumar al peronismo. El diputado nacional Nicolás Massot también lo piensa y admite que “solos no podemos” mientras cuestionar a ‘Lilita’ por sus críticas públicas al Gobierno. En medio de esto y con Cambiemos ya reducido a un elemento de marketing, el diario La Nación se presta al intento de la Casa Rosada para amigarse con la UCR y Carrió con la noticia del armado de una “agenda común” de Gobierno si es que hay reelección de Macri. Una versión que involucra el trabajo de las tres fundaciones de la alianza gobernante y que más que una realidad termina en espejitos de colores para sólo enfurecer más a radicales y ‘lilitos’.

Cambiemos hoy es una marca más que una alianza política. La UCR nunca logró tener los espacios en el Gabinete que creía merecer. Tampoco se los informa de las medidas de gobierno más importantes y de las que afectan a las provincias que gobiernan. En el Congreso no reciben suficiente información de los proyectos que deberán defender y negociar con la oposición. Hasta desconfían del Gobierno nacional y creen que ayuda a los peronistas del interior con los que deben competir en 2019. Eso los llevó a elevar sus cuestionamientos en público como en el caso de las tarifas o en el Presupuesto. También a exigir cambios en los proyectos que envía el Gobierno. Con Elisa Carrió y su ARI-CC pasa lo mismo o peor. La diputada provoca temblores en el Gobierno cada vez que hace un cuestionamiento abierto, como recientemente con el caso del protocolo de seguridad de Patricia Bullrich.

A pesar de la mala convivencia entre las tres fuerzas políticas que integran la alianza gobernante, Mauricio Macri necesita la marca Cambiemos para lograr su reelección. Precisa de la estructura y peso parlamentario del radicalismo y de la figura de Carrió, de enorme gravitación en la Ciudad de Buenos Aires. El problema es cómo seguir manteniendo unida a las tres patas.

El titular de la Cámara baja Emilio Monzó y su amigo el diputado Nicolás Massot creen hace rato que Cambiemos necesita una pata peronista. Aunque habitan hombres de ese signo político en el oficialismo, insisten en ampliar el espectro PJ y no dejan de cuestionar a Carrió por sus arrebatos. Así lo blanqueó Massot en una entrevista donde admitió: “solos no podemos”.

“Cambiemos no ha podido materializar el cien por ciento de sus propuestas de gobierno”, dice Massot y reclama que el oficialismo debe “entender que solos no podemos”.

Aun cuando puedan lograr la reelección, no podrán ir “a fondo” con las reformas necesarias sin “mayorías y consensos más amplios que no han sido del todo elaborados en estos tres años”.

Entrevistado por La Nación, el jefe del bloque Pro de la Cámara baja puso en duda la utilidad de la dinámica de la oposición interna que expresa por ejemplo en muchos puntos Elisa Carrió, a propósito del nuevo cortocircuito por el protocolo de Patricia Bullrich. Massot advirtió que con sus actitudes daría la impresión de que Carrió desautoriza a sus diputados y funcionarios en el Gobierno, y citó los casos del secretario de Fortalecimiento Institucional, Fernando Sánchez, y el diputado nacional Juan Manuel López, quienes participan de los debates internos en la toma de decisiones.

“Lo que preocupa es esa disociación entre lo que uno acuerda y trabaja con los dirigentes de la Coalición Cívica y lo que termina siendo su posición final por la intervención de Carrió”, señaló Massot, quien puso en duda que esos “avances y retrocesos permanentes beneficien al Gobierno”.

Y advirtió que en el oficialismo “ya no hay más margen para este tipo de problemas”.

El diputado del Pro admitió que esas actitudes desautorizan al presidente, y aclaró que no le preocupan los planteos sino “las formas” como Carrió plantea sus diferencias, y llamó a “reconstruir el vínculo” con la Coalición Cívica.

Massot dijo compartir con Monzó la sensación de que Cambiemos pasó de ser “una expresión antikirchnerista a una expresión antiperonista”, lo que choca con la necesidad de alcanzar las “reformas estructurales que exige el país” y que necesitan “mayorías amplias”.

“Parte del problema fue que no pudimos construir mayorías y consensos sostenibles”, reconoció.

Mientras Massot dispara contra Carrió y pide por los peronistas, el diario La Nación publica este lunes (10/12) una columna donde le vende los ‘espejitos de colores’ del PRO a radicales y ‘lilitos’ con la promesa de una agenda común de Gobierno si Macri es reelecto.

“El presidente ya comenzó a pensar en un plan de gobierno para un eventual segundo mandato, en el  que -a diferencia del actual- incluiría a sus socios radicales y de la CC-ARI, de Elisa Carrió”, dice el matutino, que precisa que Macri “le pidió a su asesor y exministro de Producción Francisco Cabrera que comience a trabajar en planes en las distintas áreas de gestión, sin hablar por ahora de eventuales responsables”.

La promesa del Gobierno con agenda en común se sustenta en el trabajo de las fundaciones de los tres partidos que integran Cambiemos: “el extitular de la Fundación Pensar, que tiene oficina en el segundo piso de la Casa Rosada, ya comenzó a intentar amalgamar los proyectos que desde hace rato se cocinan en las fundaciones partidarias: además de Pensar, hoy conducida por Carmen Polledo, están muy activas la radical Fundación Alem, presidida por Lilia Puig de Stubrin y con participación activa de Jesús Rodríguez, y el Instituto Hannah Arendt, fundado por Elisa Carrió en 2004 y hoy dirigido por Carolina Maccione”.

La confluencia, avalada por los titulares partidarios (Humberto Schiavoni, de Pro; Alfredo Cornejo, de la UCR, y Maricel Etchecoin, de la CC-ARI), y el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, pretende comenzar a sanar heridas”, precisa La Nación.

Pero el diario incluso reconoce que la promesa del Gobierno para 2020 no avanza con facilidad: “Desde la CC-ARI, de todos modos, afirmaron que la idea es "coordinar acciones de capacitación entre las fundaciones y los partidos", aunque negaron que un programa de gobierno en común esté al tope de la agenda partidaria”.

Dejá tu comentario