HALLAN TEMPLO EN MÉXICO

Despellejamiento ritual: El culto a "Nuestro Señor el Desollado"

Para rendir culto a "nuestro señor el desollado", una deidad importante para varios cultos mesoamericanos prehispánicos relacionado con la fertilidad y los cultivos, los sacrificios rituales involucraban el desollamiento (arrancarle la piel) a los muertos. En Puebla, México, un equipo de arqueólogos encontró por primera vez un templo vinculado a la deidad. En qué consistía el ritual que parece sacado de una película de terror.

En lengua náhuatl, Xipe Tótec significa "nuestro señor el desollado".

Un equipo de arqueólogos ha hallado el primer templo conocido a esta deidad, cuya veneración implicaba un ritual anual que consistía en el desollamiento (arrancarle la piel) a las víctimas sacrificiales, que eran en general prisioneros de guerra o esclavos.

Xipe Tótec, explica la revista Smithsonian Mag, fue un dios importante para varios cultos mesoamericanos prehispánicos, al que se le atribuía influencia en la fertilidad, la regeneración de los ciclos agrícolas y la guerra.

El templo fue hallado en el complejo de Ndachjian-Tehuacan, en Puebla, México, y se cree que fue usado entre los años 1000 y 1260 (recordemos que los españoles llegaron a México en 1519).

En aquella época, señala Gizmodo, los habitantes celebraban el Tlacaxipehualiztli (que significa 'ponerse la piel del muerto'), una fiesta que sucedía en primavera, en la que se celebraba la renovación de la naturaleza mediante sacrificios rituales. Las víctimas eran abatidas a flechazos o mediante combates de gladiadores y luego el sacerdote les arrancaba la piel y se la ponía en honor al dios. La ceremonia concluía quemando las pieles humanas en unos huecos al pie del altar.

El templo fue hallado entre las ruinas del pueblo Popoloca, explica Smithsonian Mag, un grupo prehispánico conquistado por los aztecas. Habría sido construido por los Popolocas.

En el sitio fueron hallados 2 altares de sacrificio, señala el diario mexicano El Universal, 3 esculturas en piedra y diversos elementos arquitectónicos que confirman que el templo estaba dedicado a Xipe Tótec. Entre ellos, un torso esculpido de la deidad de de 80 centímetros de altura. Una mano derecha colgaba de su brazo izquierdo, simbolizando la mano del sacrificado que "quedaba colgando" luego del desollamiento ritual.

"Escultóricamente es una pieza muy bella", dijo la arqueóloga Noemí Castillo, quien lideró la excavación. "Mide aproximadamente 80 centímetros de alto y tiene un agujero en el vientre que se usaba, de acuerdo con las fuentes, para colocarles una piedra verde y 'dotarlas de vida' para las ceremonias".

Adicionalmente, junto a la estatua han aparecido 2 cabezas talladas en piedra volcánica, de unos 200 kilos cada una. Según los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los cráneos podrían haberse usado como cubiertas para los hoyos donde creen que se depositaba la piel de los individuos sacrificados.

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