US$30.000 MILLONES VS. LA BOCA DE URNA

Debate 2019: ¿Alcanzan los US$ de la cosecha y del FMI para la reelección?

Sin duda es el enigma más importante en la antesala electoral: Mauricio Macri no tendrá los puños llenos de verdades -tal como dijera Domingo Faustino Sarmiento en una carta al Senado- pero sí de dólares, ya que habrán ingresado la mayor parte de los US$28.000 millones que debería deparar la cosecha (menos las pérdidas climáticas), más los US$11.000 millones que desembolsará el FMI, en un escenario de muy probable superávit en la balanza comercial. Estos billetes color verde aterrizan en una economía muy golpeada por una inflación que galopa encima del 30% anual, una tasa de interés que la duplica, un ajuste fiscal celosamente vigilado por el FMI y un PBI por 2do. año en retroceso, que sólo un leve repunte evitaría que perfore el 2% en la caída. La pregunta: ¿Qué hará Cambiemos para que en 2 ó 3 meses el ciudadano sienta aunque sea un roce de esos dólares en el bolsillo, le renueve el mandato presidencial a Macri? ¿Cuántas fichas le habrán puesto a que, para mediados de año, la mayor parte de los 3 millones de trabajadores privados representados por 3.100 sindicatos hayan cerrado paritarias, lo mismo que la mayoría de los 6 millones de estatales, y seguramente empiecen a cobrar la 1ra cuota (y en algunos casos hasta la 2da) de los porcentajes que se pacten? Los gremios adelantados aceptaron el 23% propuesto por el gobierno, pero los demás parecen ir camino del 28%. Pero como la cuarta parte de esta masa de dinero se la llevarán las tarifas de los servicios públicos y los restantes aumentos, sin contar con que algún saltito cambiario active el pass-through de las remarcaciones, el neto para volcar al consumo interno no daría para tirar manteca al techo. El contexto lo agrava, asimismo, que el jefe de Estado haya perdido la confianza del círculo rojo, y en general, de los CEOs, que en una encuesta de PwC difundida en la cumbre de Davos la mitad se expresó poco y nada confiada por lo que sucederá este año. La jugada del DNU de extinción de dominio alborota a la oposición y refuerza la grieta, pero sin derrame notorio de los US$39.000 millones por ingresar, ni credibilidad para formular más promesas, ¿qué conejo de la galera imaginará Jaime Durán Barba? La mesa preelectoral oficialista que armó su discípulo Marcos Peña está tan intrigada, que suspendió su almuerzo quincenal para esperar las novedades que traerá el gurú el lunes, cuando regrese de las vacaciones.

La mesa preelectoral de Cambiemos, o más bien del Pro, suspendió el almuerzo quincenal en el que sus integrantes acostumbran a cambiar figuritas y recibir línea para esperar el lunes las novedades del pulso político y social que lleven el asesor estrella Jaime Durán Barba y su socio Santiago Nieto.

El encuentro que convoca el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del que suelen participar la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai; el responsable de seguridad del GCBA, Diego Santilli, y el vice de Interior, Sebastián García de Luca, recibieron con alivio la postergación del ágape, puesto que la prioridad actual de la campaña por la reelección pasa por resolver si habrá desdoblamiento de la nacional o no en el principal distrito del país.

La polarización entre Mauricio Macri y CFK continúa siendo, por ahora, el eje estratégico del oficialismo para las presidenciales de octubre y el balotaje de noviembre que todos dan por descontado.

Sin embargo, el devenir de los resultados que se vayan produciendo con el desdoblamiento en la mayoría de las jurisdicciones y su encadenamiento irá creando un clima político nacional que desembocará en las PASO de agosto, ámbito en el cual se empezará a delinear la gran contienda presidencial y la conformación del hemiciclo en el Congreso de la Nación.

Según escribió la columnista de Infobae, Silvia Mercado, “Cambiemos está en líneas generales convencido de que ganará las 5 provincias que ya gobierna, es decir, Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Corrientes (donde ya se votó y ganó), Mendoza y Jujuy”, sostuvo.

Pero, primero lo primero, habrá que ir viendo cómo repercuten entre sí y luego se posicionan a las generales, los comicios adelantados en La Pampa, Neuquén, Córdoba, Chubut, San Juan, Santa Fe, Tierra del Fuego, Tucumán, Entre Ríos, Chaco, Catamarca, Misiones, San Luis. A las que podrían agregarse La Rioja, Río Negro y Mendoza, si prospera la apelación constitucional para permitir reelecciones.  

Los pronósticos de estos acontecimientos institucionales de los próximos 6 meses no son optimistas en cuanto a la suerte del approach electoral que se gesta en el interior.

Una jugada propia del bowling que ensayó el oficialismo consistió en disparar la bola del DNU de extinción de dominio que anunció el presidente Mauricio Macri el lunes, apuntando a hacer strike en el núcleo mismo de todas las facetas del peronismo con representación parlamentaria.

Así, los diputados y senadores deberán asumir si lo vetan y quedan ante la sociedad como encubridores, y hasta partícipes, de los casos de corrupción que comprometen al kirchnerismo, pero también a muchos mandatarios que directa o indirectamente están pegados en la causa de los cuadernos.

Aunque la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, haya rechazado en declaraciones a LN+ que el decreto tenga nombre y apellido, ya que “las leyes son para todos los que cometen un ilícito", sin duda pega de lleno en la imagen de la oposición y en las internas dentro de las regiones a las que pertenecen los virtualmente señalados.

El área nacional de Comunicación Pública, cuyo jefe supremo es Peña, se encarga de instruir a la televisión, radios y las propias páginas web amigables con el gobierno para que difundan quiénes están involucrados en las respectivas jurisdicciones.

En ese marco, el calendario de citaciones a CFK en Comodoro Py entró a formar parte del esquema de desgaste montado para desacreditar al otro lado de la grieta, y seguramente calará en el espectro anti-K, aunque por ahora indeciso, del denominado círculo rojo.

Pero ninguna acción política corrosiva anti K parece ser suficiente para compensar la marcha de una economía bipolar, que pese al retroceso del PBI, a la alta tasa de interés y de inflación, y al sideral monto de la deuda, carga de buenas ondas al primer mandatario; al ministro de Economía, Nicolás Dujovne; a los auditores del FMI que festejan el sobrecumplimiento de las metas de ajuste fiscal, y a la propia dupla del comando electoral, Peña-Durán Barba, de cara al desenlace de la reelección, que casi dan por hecha, cuando arriban a la síntesis última de que, al momento de decidir entre Macri y Cristina, más del 50% del padrón en 2da vuelta se pronunciará en contra de la ex Presidenta en las urnas.

De ser cierto que más del 50% de la decisión del voto dependerá de cómo cada uno pondere la situación económica, de acuerdo a lo que señalan encuestas como la de Synopsis, y ahí es donde la luna llena enrojece, al igual que sucedió en el último eclipse.

Hay un precario equilibrio con el dólar, pese a que en el gobierno se ufanan de que el Banco Central ahora tiene que comprar para que no se desplome.

En su blog, Domingo Cavallo alerta, tras analizar las nuevas políticas monetarias dirigidas por Guido Sandleris, que, “dada la amplitud de la zona de no intervención, en este momento que el piso está en $ 37 y el techo en $ 48, un evento inesperado interno o externo que asuste a los depositantes en pesos, podría provocar una devaluación de más del 30% en pocos días”.

Dolarización de carteras y colchones

Los últimos datos correspondientes a diciembre indican que los mercados siguen esquivos a dar señales de confianza, ya que la “Formación de Activos Externos del sector privado no financiero”, o “fuga de capitales” como se la denomina, ascendió en el mes de cierre del año a u$s862 millones, lo cual representa un aumento del 111% frente al mes anterior, pero un 68% inferior al de un año atrás.

Coronó en realidad una constante desde que asumió la Administración Macri: el año pasado, caracterizado por la crisis cambiaria y el salvataje del FMI, el nivel de atesoramiento creció 23% respecto al 2017 (u$s22.148 millones, 123% más que en 2016), sumando nada menos que u$s27.230 millones, algo menos de la mitad del total de capitales fugado en los primeros 3 años de mandato, que fue de u$s59.328 millones.

La sensibilidad que denotan los inversores lleva a Cavallo a advertir que si “las intervenciones del BCRA son limitadas y no satisfacen totalmente la demanda, como ocurrió en la primera crisis del 2018, el país habrá caído en una nueva crisis cambiaria con todos sus efectos estanflacionarios”.

No son las únicas luces amarillas que titilan. Objetivamente, la economía está planchada, según sostiene un veterano lobo de mar, como Juan Carlos de Pablo, a un ritmo de inflación que supera el 30% y tarifazos del transporte, el agua y el gas que desbordaron largamente la hipótesis del 23% que figura en el Presupuesto y por la que gremios como el de los trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERYH) y de Entidades Deportivas y Civiles, empleados de gimnasios y mutuales, firmaron sus acuerdos paritarios correspondientes a 2019, dentro de la pauta oficial de inflación.

No extrañó entonces que la mitad de los Ceos encuestados, como todos los años, por PwC, cuyos resultados fueron dados a conocer en el Foro Económico Mundial de Davos, se haya manifestado mucho menos confiado con la marcha de la economía que hace un año, cuando la respuestas positivas habían sido del 94%.

En esta edición, los muy confiados estuvieron 3 veces por debajo que en aquella oportunidad, con 19%, mientras que los confiados a secas sumaron 31%, 6 más que entonces.

La otra cara de la moneda estuvo representada por un 35% que se dice no muy confiado y un 15% para nada confiado, o sea 50% negativo.

El pesimismo de Ceos se explica por la suba del dólar y las altas tasas de interés y de inflación, si bien se atribuye a variables globales como suba de la tasa internacional, tensiones comerciales y tendencias proteccionistas, que derivaron en economía incierta y volátil.

El encargado de PwC Argentina, Santiago Mignone, resaltó que, por primera vez, se incluyó en los formularios la preocupación por la incertidumbre política, y obtuvo 94%, un rango análogo a la volatilidad cambiaria y el aumento de la carga tributaria.

En el plano externo, los ejecutivos ponderaron en 75% la amenaza comercial, la volatilidad materias primas y la disponibilidad de habilidades claves.

El capítulo argentino de la compulsa internacional sitúa a nuestros Ceos 16 puntos más pesimistas que los encuestados regionales y 25% menos que los de Brasil.

El mensaje de De Pablo no deja margen para abrigar demasiadas esperanzas: "La historia argentina te dice que cambian la política económica cuando el que toma las decisiones se asusta en serio, no por decisiones intelectuales o debate. El ejemplo es 2018. Hoy, a juzgar por las decisiones de política económica, parecería que no están muy asustados. Podés estar con la alfombra rota pero cuando se desborda la bañadera algo tenés que hacer", puso de relieve.

Recordó que su colega Guillermo Calvo suele repetir que "la credibilidad o falta de credibilidad es crucial; la misma medida de política económica genera resultados distintos dependiendo de si te creen o no. El 10 de diciembre 2015 a este gobierno le dabas un beneficio de la duda que hoy no se lo das. Ergo, hoy tenés que ser más duro que en 2015 para que te crean", destacó.

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