RIVER

Detrás del nuevo Monumental hay un "millonario" negocio inmobiliario

Hace un par de semanas, el presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, sorprendió a todos con la idea o el proyecto de construir un nuevo estadio que costará 300 millones de dólares. “Yo soy de los que quiere tener un estadio moderno”, declaró el dirigente riverplatense, en charla con TNT Sports, en la previa del encuentro entre los dirigidos por Marcelo Gallardo y Unión. El proyecto más modesto precisa una inversión de 100 millones de dólares para la remodelación del estadio. Pero el más ambicioso es el que más interesa y generaría un cambio notable, en sintonía con la vertiginosa transformación que Horacio Rodríguez Larreta y el macrismo impulsan en la zona norte de la ciudad. Su último hecho destacado se conoció en noviembre: la venta de las dos manzanas de Libertador y Udaondo que pertenecían al Tiro Federal al consorcio Buenos Aires Landmark, del Grupo Werthein y la familia Sielecki en más de 151 millones de dólares.

Muchos aficionados suelen decir que el fútbol argentino está demasiado atrasado, no solo en el rendimiento de los jugadores, sino en materia de infraestructura de los estadios y todo aquello que rodea a la formación de los futuros cracks. Más allá de eso, el fútbol local y latinoamericano, en casi todos los aspectos, está demasiado alejado de lo que es el fútbol europeo que tiene estadios mucho más modernos que cuentan hasta con ¡techo retráctil! para no sufrir las inclemencias climáticas.

De ahí, en Argentina, River Plate quiere construir un nuevo estadio, que costará 300 millones de dólares. Brito y los Werthein están detrás de los proyectos inmobiliarios. Lo cierto es que la idea del presidente ‘Millonario’, Rodolfo D’Onofrio, sorprendió a todos tras mediatizar una negociación que lleva más de un año: “Veremos qué ocurre. Ojalá el Presidente se saque un poquito la camiseta de Boca y me venda la tierra”, disparó. Se trata del traslado del Monumental en medio de un rediseño total del corredor rioplatense que va desde el Paseo del Bajo hasta el límite con el municipio de Vicente López. De esta manera, D'Onofrio hizo mediático el apoyo de la Comisión Directiva del club que, entiende, los hinchas están de acuerdo porque “el estadio está viejo y D'Onofrio es el dirigente con mejor imagen positiva como hace tiempo no sucedía, gracias a la Copa Libertadores y la racha contra Boca”. En este sentido, el empresario siente que es el momento de hacerlo, ya que es visto como un dirigente fiel a los intereses del club.

A su vez, se suma el apoyo del 90% de los vecinos del barrio de Núñez, hartos de las barras que venden droga, los incidentes, la invasión de autos todos los fines de semana que juega River de local y los ruidos molestos por los partidos y los recitales.

“Hay una tierra que se la hemos pedido al presidente de la Nación y también a la Ciudad que está sobre el río, a unos 600 metros de donde está River, al lado de tres clubes. Ahí, en esa tierra, donde atrás va a ir el Tiro Federal, queremos que adelante esté el estadio nuevo de River”, explicó el ex presidente de La Caja al aire de CNN, cuya grabación se emitió el último domingo 20/01 a la noche.

D’Onofrio contó que ya fue a dos reuniones con Macri por este tema, además de las varias que tuvo con los funcionarios de Planeamiento Urbano del gobierno de la Ciudad. Nacido en Ramos Mejía, de temprana militancia en los grupos católicos ligados al peronismo, D’Onofrio recorrió un largo camino hasta convertirse en presidente de La Caja, socio y hombre de confianza de la familia Werthein.

El plan que convertiría al Monumental en pasado demanda un puente que pase por arriba de la Avenida Lugones y un desarrollo inmobiliario para el que ya figuran varios interesados notorios. En River, los más entusiastas hablan del que sería el “mejor estadio de Latinoamérica”

El proyecto más modesto precisa una inversión de 100 millones de dólares para la remodelación del estadio. Pero el más ambicioso es el que más interesa y generaría un cambio notable, en sintonía con la vertiginosa transformación que Horacio Rodríguez Larreta y el macrismo impulsan en la zona norte de la ciudad. Su último hecho destacado se conoció en noviembre: la venta de las dos manzanas de Libertador y Udaondo que pertenecían al Tiro Federal al consorcio Buenos Aires Landmark, del Grupo Werthein y la familia Sielecki en más de 151 millones de dólares. Bajo la misma modalidad con que se vendieron esas dos hectáreas, el gobierno porteño tiene en carpeta vender también el 35% de los terrenos del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) para construir torres de lujo, una vez que se complete su traslado a Villa Soldati. Algo que fuentes oficiales descartan para el corto plazo y podría demandar todavía varios años, según una nota publicada en el portal Letra P.

El nuevo estadio que quiere construir River se instalaría en un predio de siete hectáreas, valuado en 20 millones de dólares, que están pegadas al nuevo Tiro Federal, mudado pese al rechazo de los dos mil socios del club y de los bloques minoritarios de la oposición en la Legislatura porteña. Según contó D’Onofrio en CNN, el anillo de la nueva cancha se levantaría en terrenos linderos a tres clubes: el Centro Naval, el Liceo Naval y CUBA, publicó Letra P.

La ansiedad y el entusiasmo que mostró el presidente del club de Nuñez contrasta con las respuestas oficiales. Un miembro de la comisión directiva, aseguró en declaraciones que reprodujo el sitio Letra P que “todavía no hay nada. Estamos muy lejos de la instancia de llevar al tema a la asamblea. Hay que consolidar una propuesta que está todavía en proceso y recién entonces se pondrá a consideración de los distintos órganos. Pero falta mucho”.

Desde la entidad de Núñez, que tiene su estadio desde 1938 en Figueroa Alcorta y Udaondo, se habla de innumerables ventajas: accesibilidad, descongestión en el tráfico, tranquilidad en el barrio River y mayor espacio para el estacionamiento de autos, del otro lado de la autopista Lugones. El proyecto incluye además la construcción de viviendas que el club vendería para financiar en parte las nuevas obras.

Antes, debe ser aprobada en una asamblea de representantes de socios, donde el oficialismo es amplia mayoría y solo aparece la oposición de Antonio Caselli, el hijo del ex embajador de Carlos Menem en el Vaticano, que busca de manera recurrente y sin éxito llegar a la presidencia, reveló Letra P.

De muy mala relación con Macri desde el tiempo en que era jefe de gobierno porteño - y se metía, como ahora, en todo lo que podía para ayudar a Boca-, D’Onofrio tendió puentes en el último año con la Casa Rosada a través de Fernando De Andreis y Fernando Marín. El presidente de River dijo que un “muy allegado” al Presidente le había informado que, mientras Daniel Angelici apostaba a no disputar el partido, Macri quería jugar la final de la Copa Libertadores en el Monumental. También en el medio aparece Diego Santilli, el vicejefe de gobierno porteño que tiene toda una vida ligada a River. Sin embargo, como publicó Gustavo Veiga en una nota sobre el nuevo estadio en Página/12, la relación del ahora ministro de Seguridad porteño con D’Onofrio no es la mejor. 

La idea de un nuevo estadio precede a la actual Comisión Directiva de C.A.R.P. A esa tarea se dedicó desde el comienzo el arquitecto Mariano Taratuty, responsable del Departamento de Obras e Infraestructura de River, es el responsable de las remodelaciones en el Monumental y su apellido resuena ligado a London Supply, la empresa familiar que conduce su padre Eduardo “Teddy” Taratuty.  Citada en el expediente Ciccone como encargada del “salvataje” de la ex imprenta, y a cargo de la concesión de aeropuertos de El Calafate, Trelew y Ushuaia, la firma también tiene buena relación con el oficialismo. En abril del año pasado, sin ir más lejos, Macri y Juliana Awada visitaron el complejo de la Fundación en Puerto Iguazú. 

Aunque se menciona al Grupo Werthein y al “hermano” Nicolás Caputo como interesados en el proyecto, Letra P informó que hay un nombre fundamental en la historia del nuevo estadio: Sergio Grosskopf, un desarrollador inmobiliario que se hizo grande en los años noventa, tiene su base de operaciones en Miami y construye torres de lujo en Puerto Madero y Punta del Este.

Un alto directivo del club le aseguró a este portal que Grosskopf fue el principal promotor de la fastuosa idea del nuevo estadio y el encargado de convencer a las máximas autoridades. Antecedentes no le faltan. Entre sus emprendimientos se destacan el Chateau de Puerto Madero y de Libertador, el Fendi Chateau de Punta del Este y un proyecto similar en la zona exclusiva de Sunny Isles en Bal Harbour. Con esas credenciales y un mundo de relaciones que explota en verano con shows a beneficio en La mansa, podría ser también el encargado de llevar adelante el proyecto que tiene en su poder el arquitecto Taratuty hijo. 

En una entrevista con el Diario PERFIL, D’Onofrio había fijado su postura sobre la construcción de un nuevo estadio. “¿Por qué hacer uno nuevo? Porque el Monumental tiene 80 años. Los cimientos, el hormigón, los hierros, están deteriorados. No hay inseguridad ahora, pero dentro de diez años puede haber problemas. Hay que adelantarse y hacer algo. Reformar el actual puede salir más caro que hacer uno nuevo”, argumentó en la nota publicada en agosto de 2018.   

Según el portal La Política online, mudar el estadio le permitiría a River continuar utilizando su cancha hasta tener una nueva, claro que se trata de la opción más cara y algunos creen que podría costar 500 millones de dólares, una cifra demasiado elevada para la Argentina.

Urgente24 pudo saber que “hay una negociación político-inmobiliaria entre empresarios y la Administración Macri, que incluye a los Werthein y a Nicolás Caputo”.

Fuentes que forman parte de la negociación destacaron un detalle: “Es importante lo de Werthein porque cuando ellos estuvieron en La Caja, el presidente era D'onofrio, que viene del palo asegurador”.

Y Caputo fue el tipo que buscaron los empresarios".

“Lo cierto es que lo de River es fundamental para cerrar el proyecto Tiro Federal”, revelaron a este medio.

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