VERSIÓN ECONÓMICA DE 'LA GRIETA'

Macrinomics: La "incertidumbre" como motor electoral

El gobierno de Mauricio Macri decidió hacer campaña “reelectoral” por el lado de los contrastes y ya no sólo polarizando con CFK. En su punto más débil, la economía, descubrió que con sólo dejar de desbarrancarse emergen las sensaciones de alivio. La experiencia de diciembre fue que la imagen presidencial, que venía en picada desde el 2do trimestre del año pasado, tuvo un leve rebote por la paix cambiaria, el efecto organización del G-20 y que la hemorragia social no llegara al río, ni los saqueos a los supermercados. Resultó suficiente para que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ratificara que el Mandatario será el pie al que tiene que ir todo Cambiemos, y no al revés, con los desdoblamientos de fechas de comicios que intentan imponer los aliados para no ser arrastrados en las urnas por el desprestigio del jefe de Estado. Se nota detrás de las paredes de la Casa Rosada que, al menos en esta etapa, se le está prestando más atención a operar prensa con las consultoras de opinión y los medios amigos, que a las intervenciones de los trolls en las redes sociales. Acaba de ocurrir con una encuesta de Poliarquía. Tenía data que podía interpretarse como favorable a Macri. Infobae se montó en esa faceta para mostrarlo ganador. El director de la firma, Alejandro Catterberg, salió entonces disparado a las radios a desautorizar su uso pero no desmintió. Clarín, que venía meneando la posible candidatura de Roberto Lavagna como alternativa a la grieta, viernes y sábado le tituló subliminalmente al círculo rojo en destacado en sendas ediciones web y de papel con una severa advertencia del jefe regional del FMI: la incertidumbre electoral “frena/aleja” inversiones. Y ya el domingo el matutino desplegó visualmente la crisis venezolana y al lado le ubicó temas en torno de la corrupción kirchnerista. Envalentonado, el gobierno decidió concentrar en el 1er trimestre una ola de tarifazos de los servicios públicos, que el vice del BCRA, Gustavo Cañonero, reconoció que aportaría aproximadamente 4 pp al IPC GBA en los primeros 4 meses del año. Fue al presentar el informe de política monetaria, pero a la vez estimó que no se darían más correcciones de los servicios públicos, de modo que en el 2do trimestre se vería la baja de la inflación con más nitidez: un placebo preelectoral a los aumentazos fogoneados desde el Estado.

Con el viaje 56,25% más caro que al empezar el año, los 150 mil pasajeros que utilizan diariamente el ramal Tigre-Retiro del ferrocarril Mitre recién podrán volver a hacer el recorrido completo a partir de mayo, porque desde el 1er lunes de febrero, y durante los 3 meses, lapso en el que se habrán sumado las necesidades de transportarse del público que se reintegra de las vacaciones y el de la comunidad escolar y universitaria que reanuda las clases, tendrán que disimular los trastornos de que el tren circule entre Tigre y la estación Núñez.

La aceleración día y noche dispuesta para las obras del viaducto que eleva las vías en el barrio de Belgrano responde a la urgencia de que el 30 de abril (3 meses y medio antes de las PASO) esté en condiciones de ser cortada la cinta de la inauguración, como una suerte de inicio de campaña electoral de Cambiemos en el área metropolitana.

La premura que imprime la tríada del Pro (Casa Rosada, provincia y Ciudad de Buenos Aires) para preparar la vidriera urbana con lo poco o mucho (tachar lo que no corresponda) que se haya concretado de obra en estos 4 años se centra, en el caso ferroviario, en exhibir la ejecución del Plan Integral de Obras, promocionado como de transformación de los trenes metropolitanos, con beneficio para más de 1,5 millones de pasajeros diarios.

Se junta con otra manifestación conspicua de gestión que el marketing electoral oficialista intenta aprovechar: la ampliación de la red de los metrobuses bonaerenses en las localidades menos favorecidas por la regresiva distribución del ingreso, como el de la ruta 8, que suelen ser muy ponderados por la legión de poblaciones humildes, altamente dependientes del transporte público.

De ahí la semimudanza transitoria de despacho que le arreglaron al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, en oficinas de la planta baja de Balcarce 50, cerquita de Marcos Peña y del comando de campaña

'Guillo', que vive desde las ciclovías las penurias de trasladarse por la gran ciudad colapsada de tránsito desde su propio transporte, la bicicleta, no conoce el sufrimiento cotidiano del viandante interurbano (son más de 4,5 millones que cruzan ida y vuelta de Capital a provincia y viceversa) por lo mal que se viaja en los medios públicos de transporte.

Su cartera, más orientada a la consultoría, le dedica poco y nada de atención a controlar el deficiente servicio que se le brinda al usuario y la difícil convivencia a la que se lo somete con el caos urbano: al bajar del colectivo o del tren, le toca sufrir a pie todos los demás obstáculos juntos, descoordinados, como pasos a nivel cerrados a vehículos y a peatones, calles y avenidas cortadas, además de veredas rotas y valladas por doquier. Sin mencionar a los consabidos piquetes y marchas, desde hace mucho incorporados al GPS citadino.

El objetivo de las autoridades es que, a la antesala de los comicios primarios de agosto, la tarifa ferroviaria haya llegado con un incremento acumulado en el semestre de 62,5 y 68,75% (según la clasificación socioeconómica de los ramales) y 66,67% tanto en colectivos como subtes, pero con una contraprestación que, comparada con las sevicias sufridas en estos meses, la haga ver mejor.

¿Qué tiene que ver la desaprensión de la gestión del día a dia con la conveniencia política de referenciarse con las urnas?

Sobre la marcha de la aplicación de la nueva política que pregonaba, la Administración Macri aprehendió que los gradualismos sólo dilatan malestares, mientras que tensionar al extremo las crisis para recién entonces aflojarlas, configura un shock que luego transmite una poderosa aunque fugaz sensación de alivio, similar a la de humedecerse los labios en pleno desiertoSuficiente para insertarle la propaganda electoral

Algo por el estilo estuvo sucediendo con la inseguridad, hoy uno de los ejes de campaña oficialista. De una agitación mediática de casos que involucraron a mafias narcos, femicidios, secuestros y acciones casi inexpugnables de motochorros, se pasó a medidas vendidas a la opinión pública como un desplazamiento policial y judicial en la represión del delito, que pretende mostrar que se protege al victimario en lugar de la víctima.

Creció la figura de la ministra del ramo, Patricia Bullrich, a quien se la intenta emular con lo que representa en materia de combate de la delincuencia Jair Bolsonaro en Brasil, como apuntó la socia de Cambiemos, Elisa Carrió, y el Presidente convocó a extraordinarias en febrero para tratar la baja a 15 años de la imputabilidad de los menores, la deportación de extranjeros, la compra de pistolas eléctricas a las fuerzas de seguridad y el reclutamiento de voluntarios civiles a un nuevo cuerpo de reservistas del Ejército.

El politólogo Sergio Berensztein, quien ya había detectado en la inseguridad una preocupación del 94% en una encuesta de sus asociados D´Alessio-IROL, elaboró un informe especial para sus clientes, en uno de cuyos puntos explica: “Consciente de que la economía es su punto débil, el oficialismo eligió como uno de los ejes principales de su campaña la lucha contra la inseguridad, el delito y el narcotráfico, apostando a retener a su electorado, ciertamente descontento con lo logrado en materia económica. El otro eje será la corrupción, evitando volver al pasado, haciendo referencia explícita a la corrupción del gobierno kirchnerista”.

El juego de los abalorios

Al ser el objetivo excluyente de Cambiemos renovar como sea el mandato este año, Marcos Peña, ya ataviado como jefe de campaña, puso en práctica a full un juego de los contrastes, con reminiscencias al de abalorios, aunque nada tenga que ver con aquel literario del  premio Nòbel alemán, Hermann Hesse :

-arca amarilla o diluvio K;

-3 meses de abstinencia en incrementos de servicios públicos a continuación de 3 años continuos de tarifazos de 3 dígitos, con la última artillería concentrada en subas en el 1er trimestre que más que duplican la inflación corregida y aumentada de todo el año;

-cortes de cintas de inauguraciones luego de haberse paralizado la escasa obra pública (aunque hecha a todo trapo) y de empantanarse los PPP por la causa de los cuadernos y la sobretasa debida al riesgo país;

-reactivación de las operaciones mediáticas dirigidas sobre todo al círculo rojo, contra un retorno al molde de las acciones de los trolls oficialistas en las redes sociales.

Llamó la atención en ese sentido que Alejandro Catterberg, director de uno de los proveedores de encuestas de la Casa Rosada, Poliarquía, saliera por radio Mitre, del grupo Clarín, a desautorizar información tomada de la consultora por Infobae para afirmar en una nota publicada en la web que “hoy Macri ganaría las elecciones”.

Aclaró el economista y analista político que "no difundimos esa encuesta, la nota no tiene firma, la publicación no tiene ficha técnica, no cumple con los requisitos mínimos de los medios a la hora de difundir. No arreglamos con Infobae la difusión de una encuesta ni le dimos a ningún medio la encuesta. No aclara de cuándo ni de dónde es. Nadie nos llamó ni consultó por esa información”.

Aunque terminó reconociendo que esos datos son nuestros y corresponden a una parte de una encuesta nacional de enero".

O sea, deslindó responsabilidades sobre el uso periodístico que se le dio al relevamiento. ¿Quién, sino su cliente,la habría operado en prensa?

Él aclaró que el cierre de año bastante leve que tuvo Macri luego de 3 meses de desmoronamiento, “tal vez haya sido impulsado por el G20 y el bono a casi todos los empleados del sector privado. Eso hizo que la imagen creciera en diciembre 7 puntos. En enero vimos un retroceso y Macri perdió 5 puntos”, aclaró.

Coincidentemente, la encuestadora de cabecera del gobierno, Isonomía, también había aportado el dato clave de que la percepción positiva del Mandatario había rebotado en diciembre hasta el 51%, después de haber tocado en junio un piso del 37%.

En la Casa Rosada se tomó la decisión de divulgar los resultados por los medios, e inclusive desde la propia consultora se encargaron de que la agencia Bloomberg la difundiera, aunque en esta oportunidad sin desmentidos ni desautorizaciones.

Atentos a la publicación en los medios del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE), elaborado por la consultora Kantar TNS, que reflejó en diciembre un crecimiento de 5% en diciembre respecto de noviembre tras 12 meses consecutivos de caída, los estrategas de comunicación del gobierno aprovecharon para recomendar a los amigos que propalaran el reporte que explica los eventos positivos que influenciaron sobre la recuperación de expectativas a favor, como "la estabilidad del dólar, un cierre del año bastante tranquilo, las repercusiones del G20, sumados al bono de fin de año decretado".

Ya con la reconstrucción de la imagen presidencial en la finalización del 3er año de mandato en marcha, el equipo de la campaña de la reelección le puso las pilas, el viernes 25/01 a la mañana, a la noticia que la home de clarin.com títuló en destacado: “Política y economía: Para el Fondo Monetario la incertidumbre electoral puede frenar inversiones”, por lo que el día siguiente, el sábado 26/01, terminó siendo reiterado y redireccionado a la tapa de la edición de papel, como: “Proyecciones: El FMI advierte que la incertidumbre electoral podría alejar inversiones”.

Las declaraciones del director del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, en el sentido de que los comicios podrían limitar las reformas en Argentina, terminaron siendo reiteradas, lo que, entre otras cosas, claramente entraña un mensaje para el círculo rojo: la incertidumbre, ya sin vincularla específicamente a CFK, hipotecaría el futuro.

Y tácitamente advierte a la periferia del poder por haber aceptado la agitación de una candidatura alternativa, como de Roberto Lavagna, que en todo caso, extiende aún más el alcance del signo de pregunta sobre el futuro.

Ahora en campaña, pero sin abandonar la óptica crítica, la diputada Elisa Carrió fue lapidaria sobre esa posibilidad: es un invento, descalificó.

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