DETERIORO

Injusticia social 2019: Bajo consumo de leche y bancos reestructuran deudas

En una entrevista con el diario Ámbito Financiero, el economista Orlando Ferreres analizó lo que depara el año para la economía argentina y advirtió sobre la necesidad de seguir bajando el gasto: “Hay una injusticia social que está por venir, Macri no quiere pagarla, entonces, va a tener problemas”. Pero hay una ‘injusticia social’ que ya se nota en algunos indicadores que evidencian la descomposición social. Un caso: el consumo de leche cayó un 10% en la gestión de Macri. El dato no sólo habla de los tambos, sino de la alimentación de los argentinos y las futuras generaciones. Por otro lado, los bancos empiezan a sentir la creciente morosidad y anticipándose a cesaciones de pagos en sus créditos empezaron a ofrecer por su cuenta reestructuraciones de deudas.

El exviceministro de Economía, Orlando Ferreres, valoró en una entrevista que publica este martes (29/1) el diario Ámbito Financiero, que la gestión de Mauricio Macri haya logrado “corregir” las tarifas de los servicios públicos, a pesar de que esas correcciones suponen presión inflacionaria y mayores gastos para la sociedad. Pero para Ferreres no alcanza con eso, y advierte sobre la necesidad de seguir recortando el gasto público. “Cuánto da el gasto público, el 46% del PBI, entonces, yo lo quiero bajar al 30% del PBI, tomando Nación, provincias y municipios. Y todos los que son planes sociales van a hacer trabajo público”, señaló.

Si no bajo los gastos, no puedo bajar los impuestos, y si no los bajo, no puedo tener inversiones, y si no tengo inversiones, tengo pobreza del 32%. ¿Qué prefiero? Hay una injusticia social que está por venir, Macri no quiere pagarla, entonces, va a tener problemas”, agregó Ferreres.

Sobre el concepto de ‘injusticia social’, ya se advierten varios indicadores del deterioro social. Por caso, el diario BAE refleja que el consumo interno de leche cayó por tercer año consecutivo y consolidó una contracción de 10% durante el Gobierno de Macri.

“El número no es sólo un indicador del nivel de actividad del sector lechero sino también una alarma respecto al deterioro social: se trata de un alimento clave en la dieta de las personas, especialmente los niños, y su consumo no debería mostrar caídas”, sostiene BAE.

Un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav) destacó: "Mermó notablemente el consumo de leche a partir del 2016. Es alarmante dada la magnitud y la constancia que ha mantenido la caída. Dada la importancia que tiene la leche para una alimentación saludable y nutritiva, esta baja implica un cambio forzado en los patrones de consumo debido a que la leche es un producto básico e imprescindible y con una baja elasticidad del precio de la demanda".

Las consecuencias se verán a futuro, en las próximas generaciones de argentinos.

Pero además las ventas de lácteos se redujeron en casi todos sus subproductos durante 2018: la leche en polvo cayó 8,4% interanual, los yogures y otras leches fermentadas 5,5%, los postres y flanes 6,2%, la crema 4,2%, las leches chocolatadas o saborizadas 6,4% y la manteca 3,3%. Sólo creció la venta de quesos, al 2,7%, y de dulce de leche, al 5,2%.

Otro indicador del deterioro de la situación económica de la sociedad lo evidencia la conducta de los bancos. El diario La Voz destaca en su edición de este martes (29/1) que todos los meses “gotea un aumento en la cantidad de clientes que se atrasan en los pagos” y ante ese escenario, los bancos empezaron a conectarse con ellos y les ofrecen reestructurar las deudas.

El comportamiento de los titulares de préstamos y tarjetas de crédito durante diciembre y las primeras semanas de enero obligó a las entidades financieras a salir a abrir el paraguas”, destaca La Voz.

Bancos y tarjetas han acentuado estrategias para asegurarse la cobranza. Algunos con cierta premura, como el caso del banco privado ICBC que a las 72 horas hábiles de producido el vencimiento ya dispara la primera llamada telefónica para efectuar el reclamo a su cliente inquiriendo sobre “los motivos del atraso”, y otros con más tacto, mediante la oferta de refinanciamiento, como ocurre con Macro”, agregael artículo.

Y concluye: “Macro también aceleró los pasos para refinanciar a clientes que, por sistema, observa bajo una situación apremiante. La entidad -que se excusó de realizar comentarios a La Voz- se comunica telefónicamente para ofrecer refinanciar saldos de tarjetas a una tasa nominal anual del 54 por ciento”.

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