EN ALERTA

La Base China en Neuquén quedó bajo la lupa de USA por "usos no civiles"

El almirante Craig Faller del Comando Sur advirtió al Congreso norteamericano que la estación espacial china instalada en Neuquén puede servir para "monitorear blancos estadounidenses". Según el "Acuerdo de Cooperación" que empezaron a negociar en 2012 Cristina Fernández y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, la llamada 'Base China', como se la conoce, está operando y lo hará por medio siglo más. La preocupación de los Estados Unidos es por el verdadero uso que China podría darle a ese centro operativo. ¿Está en condiciones de utilizarse como centro de acopio de espionaje de comunicaciones? La respuesta es afirmativa. El Gobierno K acordó que los chinos tendrían protección para que nadie interfiera en su trabajo a través de tecnología de espionaje en un radio de 100 kilómetros a la redonda: hay algo que esconde, que los chinos no quieren que nadie pueda interceptar. Y en el Gobierno de Trump ya encendieron la alerta.

 
Por primera vez, los altos mandos militares de Estados Unidos hicieron pública su "preocupación" por las actividades que desarrolla la estación de observación de espacio profundo de China instalada en la provincia de Neuquén y alertaron que el país asiático "podría estar violando los términos del acuerdo" suscrito entre Beijing y el Estado argentino.
 
Ante un informe brindado al Congreso de su país, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Craig Faller hizo mención sobre los riesgos de seguridad global que representa el proyecto. Según las gestiones oficiales de los gobiernos de Cristina Fernández y Xi Jinping, la base tenía como objetivo realizar actividad científica para "usos civiles". Pero desde la administración del presidente de Donald Trump no lo ven así y consideran que están en juego "blancos estadounidenses".
 
"La presencia china y sus actividades en la instalación de observación del espacio profundo en la Argentina son también preocupantes", comenzó Faller en su exposición en la página 7 de su informe de 19 hojas, presentado ante el comité de las fuerzas armadas del Senado estadounidense, según publicó el matutino porteño 'Clarín'.
 
"Beijing podría estar violando los términos de su acuerdo con Argentina de que conducirá (en la base lunar) actividades civiles y podría tener la capacidad para monitorear potencialmente apuntar a objetivos de los Estados Unidos, sus aliados y socios en actividades espaciales", advirtió el alto rango del Comando Sur.
 
Por primera vez, a través de Faller, Washington hizo oficial su postura sobre la base. En China aseguraron que la estación ocupó un rol clave en enero pasado, cuando se produjo un aterrizaje pionero de una nave espacial de ese país en el lado oscuro de la Luna.
 
Lo cierto es que la cuestión viene formando parte de las conversaciones regulares entre los funcionarios de Donald Trump y Mauricio Macri. Entre otros, el ex secretario de Defensa James Mattislo planteó cuando visitó la Argentina el año pasado, informó el diario.
 
Faller también planteó que que firmas chinas como Huawei y ZTE "han penetrado agresivamente en la región, poniendo en riesgo temas de propiedad intelectual, datos privado y secretos de gobierno".  Huawei es la tercera empresa de telefonía celular en China y mantiene una dura puja judicial con el gobierno de Estados Unidos.
 
Además, el Comando Sur expresó una advertencia hacia los gobiernos de la región. Dijo que si continúa "gravitando hacia el uso de los sistemas de información chinos, nuestra capacidad y deseo de compartir información sobre redes comprometidas va a sufrir". El alerta toca de cerca a Argentina, ya que el gigante asiático es uno de los principales socios comerciales del país.
 
La estación china ingresó de manera sorpresiva en la agenda en 2015 y fue aprobada sin mayor debate en el Congreso por la entonces presidente Cristina y su par Xi Jinping. Y aunque cambió el color político, el gobierno de Mauricio Macri respetó los acuerdos alcanzados.
 
En 2016, la canciller Susana Malcorra revisó los términos de ese convenio, pero no se fijó ningún mecanismo de cumplimiento para que las autoridades argentinas garanticen que no se está usando con fines militares.
 
Esa fue la opinión que brindaron expertos internacionales ante la agencia británica 'Reuters'. La semana pasada, la cadena noticiosa dio un extenso informe en el que definió a la estación ubicada en Neuquén como una "caja negra" y alimentó las suspicacias.
 
La discordia en torno a la estación, que está ubicada a 20 kilómetros del pueblo neuquino de Bajada del Agrio, está bajo la órbita del programa espacial chino, el Control General de Seguimiento y Lanzamiento de Satélites de China (CLTC). Este organismo depende del brazo armado del gobierno, el Ejército Popular de Liberación (EPL).

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