DERROTA DE LA PRIVACIDAD

De Android a Netflix, la guerra por espiar al usuario

Las páginas de Android hablan del otro pero no de sí mismo. Por ejemplo, de la denuncia que ingresó a un tribunal de Houston, Texas, por un abogado que afirma que el micrófono de FaceTime, de Apple, permitía a cualquier extraño espiar una conversación privada que pudiera haber tenido con uno de sus clientes. Según la denuncia, cualquiera podría simplemente llamar a otro usuario, y añadiendo a otro usuario, sería posible escuchar el audio que viene del micrófono de este último sin que lo supieran. Más tarde, se supo que Apple fue informada del problema el 22/01 por la madre de un niño de 14 años que descubrió el asunto. Pero no hizo nada hasta esta demanda y ahora Apple resolvió el problema al deshabilitar las llamadas de grupo en FaceTime en el lado del servidor. Y habrá una actualización en horas más. Pero lo grave es de lo Android. Y lo de Netflix.

 

Un estudio de International Computer Science Institute (Icsi), asociado a la Universidad de Berkeley, asegura que 17.000 apps para Android almacenan datos del uso de los celulares para enviar a los servicios de publicidad, pese a que los dueños no lo autorizan expresamente.

En el trabajo, que lleva la firma del director de Privacidad y Seguridad del Icsi, Serge Egelman, aparecen los nombres de aplicaciones muy famosas como los videojuegos Angry Birds Classic y Agar.io, y los lectores de audiolibros de Audible y Flipboard y otras apps que tienen muchas descargas de la productora Cheetah Mobile.

Una de esas aplicaciones es Clean Master, un antivirus que se instaló en 1.000 millones de dispositivos.

Por lo que se explica en la denuncia de Egelman, las aplicaciones rastrean a los usuarios por medio de un identificador de publicidad que tiene cada móvil y los combina con otros datos, como el Imei (el DNI de cada equipo) y el Android ID.

La política de Google permite recopilar el identificador de publicidad (también conocido como ID Advertising), pero prohíbe a las apps combinarlos con datos como el Imei, sin el consentimiento explícito de los dueños de los celulares.

Las 17.000 apps denunciadas por Egelman -la lista completa no aparece en su trabajo y sólo figuran las 20 con más usuarios declarados- efectuarían la unión del ID Advertising con el Imei, por ejemplo.

Un vocero de Google, en diálogo con el sitio de tecnología Cnet, aseguró que la empresa analizó el estudio de Egelman y que "ya ha tomado medidas con algunas de las aplicaciones", aunque sin ampliar sobre cuántas de ellas y en qué consistieron las decisiones tomadas.

La corporación recordó a la página Cnet que los términos de sus acuerdos con los usuarios permiten la recopilación de identificadores de equipos en algunas situaciones, pero que estos no se combinan con servicios de publicidad.

En la denuncia de Egelman se encuentra la lista de los servicios de publicidades involucrados y entre ellos aparecen ad.doubleclick.net y amazon-adsystem.com.

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Y Netflix también tiene sus denuncias por espiar a sus usuarios.

Resulta que en enero, Michael Veale, un británico de 26 años que investiga leyes de protección de datos en el University College de Londres, tenía dudas: “Mucha gente aseguraba que el experimento era una actividad para extraer datos de usuarios. Me interesaba no solo lo que Netflix hacía con todos esos datos, sino con qué base legal”.

Entonces él hizo una solicitud amparado en el Reglamento General de Protección de Datos que entró en vigor en Europa en mayo 2018.

“Ya que tenemos derecho a investigar y comprender actividades como esta, quería mostrar que el Reglamento puede usarse para usar para preguntar por cuestiones cotidianas”, continúa.

Efectivamente, Netflix reconoció la acumulación de datos de cada decisión tomada por cada espectador. El capítulo de Black Mirror era, para muchos, un triunfo de creatividad televisiva; para otros, un triunfo de la minería de datos o data mining.

Netflix argumentó que conserva los datos para saber los segmentos de la película que mostrará a los usuarios, pero se desconoce por cuánto tiempo serán almacenados o de qué otra forma puede ser usada esta información.

Los grandes del negocio lo son hoy fundamentalmente por su forma de explotar los datos que cada espectador va dejando en una pantalla conectada a Internet.

Cuanto más banal sea el dato, más valioso resultará al cruzarlo con otros millones de variables.

De paso, en el pasado, el investigador Veale también ha denunciado a Apple por datos que capturaría vía el asistente inteligente Siri:

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