BEIJING NECESITA UN EQUILIBRIO

El PIB chino crece 10,3% en 2010, y dispara inflación y temor

China no ha logrado enfriar su economía y sus precios de consumo ya crecen al 3,3%, por arriba de lo previsto. La economía china rompe todas las previsiones, que promediaban 9,2%, a pesar del deseo gubernamental de enfriar la economía para frenar la inflación.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El Producto Interior Bruto de China (PIB) creció 10,3% en 2010, mientras que el Indice de Precios al Consumo (IPC) se situó en el 3,3%, informó la Oficina Nacional de Estadísticas desde Beijing (que no trucha sus datos aún en estas circunstancias, según debería aprender la Argentina).
 
Ambos índices crecieron anualmente por encima de lo previsto por el Gobierno (el PIB creció en 2009 el 9,2%) que intenta evitar el sobrecalentamiento de la economía y además se había marcado como objetivo máximo el 3% para el IPC.
 
Las ventas minoristas en el 2010 crecieron 18,4% hasta los US$ 2,3 billones y el valor industrial agregado el 15,7%. 
 
En el último trimestre de 2010, el PIB había aumentado el 9,8% respecto al mismo mes de 2009 y mientras que en el 3er. trimestre lo hizo 9,6%.
 
El 10,3% de crecimiento económico de China en 2010 representó un aumento del 1,1% respecto al de 2009 (el 9,2%) y es superior a las predicciones mayoritarias de los economistas que lo situaban en el 10,1%.
 
Un comunicado distribuído a la prensa en Beijing por la Oficina Nacional de Estadísticas, destacó que China consolidará en 2011 sus logros económicos pese a los efectos de la crisis financiera, con un desarrollo económico sostenido y relativamente rápido.
 
Según los datos oficiales presentados, el ingreso per cápita de los residentes urbanos chinos aumentó 7,8% respecto a 2009.
 
El valor nominal del PIB de China alcanzó los US$ 6,05 billones en 2010, según informó el director de la Oficina Nacional de Estadísticas, Ma Jiantang, al presentar los datos.
 
El Indice de Precios al Productor (PPI), uno de los termómetros de la inflación que y mide el valor de las mercancías al por mayor (PPI, siglas en inglés), creció el 5,5% en 2010.
 
El Índice de Precios al Consumo (IPC) ya crece a un ritmo del 3,3%, 3 décimas más que el objetivo marcado, lo que provocó que las bolsas asiáticas cayeran por el temor a un inminente endurecimiento de la política monetaria de Beijing, que teme el impacto negativo de la inflación.
 
El último mes del año, el IPC avanzó 4,6% con respecto al mismo mes de 2009, una cifra llamativa pero algo menor que el avance del 5,1% registrado en noviembre, una cota sin precedentes en 2 años. El avance anual de los precios no ha sido mayor por la moderación del precio de los alimentos registrada en diciembre.
 
Según afirmaron algunos analistas, las medidas de control puestas en marcha para evitar el sobrecalentamiento económico no dieron todo el resultado esperado, pues a medida que avanzaba el año se disparaba el crecimiento hasta un 9,8% en el último trimestre de 2010.
 
Las mismas fuentes destacaron ayer que el fuerte incremento de las exportaciones chinas en la última parte de 2010 fue decisivo para el aumento del porcentaje del PIB, mayor que el deseado. 
 
Según la Administración General de Aduanas (AGA), las exportaciones chinas en 2010 crecieron el 31,3% en 2010 y se situaron en US$ 1,58 billón. 
 
También aumentaron las importaciones chinas (38,7%) hasta situarse en US$ 1,39 billón en 2010, lo que elevó los ingresos aduaneros del país hasta los US$ 189.900 millones (un incremento del 35,9%, según las autoridades).
 
El director de la Administración, Sheng Guangzu, destacó la influencia del comercio en la recuperación económica. 
 
El crecimiento económico del 10,3% en 2010 supone un aumento de 1,1 punto con respecto al dato registrado hace dos año.
 
Pero las autoridades temen otro repunte inflacionario durante las fiestas del Año Nuevo Chino que se celebrará en las próximas semana. 
 
El IPC había bajado 0,7% en 2009 y el Gobierno había previsto como tope que creciera a un ritmo del 3% en 2010, algo que no se ha logrado.
 
El hara-kiri económico de Japón
 
40 años de reinado como potencia mundial Nº2 han concluido para Japón, un milagro económico que cae abatido por el peso de su deuda pública, una endémica deflación y el rápido envejecimiento de sus habitantes. 
 
El PIB de la emergente China supuso en 2010 algo más de US$ 6 billones, un valor en términos nominales que ni por asomo alcanzará Japón pues se calcula en menos de US$ 5,5 billones, según informó la agencia de noticias Efe.
 
Aunque habrá que esperar a que el 14/02 se divulgue el dato de crecimiento de Japón en el último trimestre del año, el Gobierno japonés asumió ya que la vecina China le haya superado como economía mundial Nº2.
 
Y, a la manera japonesa, el ministro de Política Económica, Kaoru Yosano, pidió aprovecharlo como una oportunidad para reestructurar la economía en búsqueda de una mayor innovación, al tiempo que consideró beneficioso para Japón el fuerte crecimiento chino. 
 
Hace 5 años el valor nominal de la economía de China era la mitad del de Japón, que, con Bejing como primer aliado comercial, se aprovecha de ese creciente apetito por el consumo, mientras lucha contra una deuda pública cercana a duplicar su PIB y la deflación. Con el 23% de sus 127 millones de habitantes ya mayores de 65 años, la derrota de Japón frente a su imparable vecino chino ha acabado por consumarse.
 
 
A nadie sorprende ya la glotonería china en África. Desde los ochenta, pero especialmente en la última década, el país asiático ha mostrado un apetito desmesurado por las materias primas del continente; petróleo y gas, pero también madera, productos agrícolas y minerales necesarios para hacer aparatos electrónicos. 

Las cifras ya sabidas, las únicas disponibles, del FMI, hablan de unas relaciones comerciales que han ido creciendo en los últimos años a una media de un 30% y que probablemente hayan sobrepasado los US$ 100.000 millones de dólares en 2010.

Pero China no parece haber ido a África para hacer negocio y salir corriendo sino para quedarse y llevar un modelo económico que ha sido abrazado por el continente. El Gobierno chino ha alentado a sus ciudadanos a levantar allí su lejano oeste. Unos 500.000 chinos -según los datos de la Asociación de Amistad de los Pueblos Chino y Africano, citados en el libro China en África (Alianza, 2009)-, han emigrado a África para trabajar y ganar más dinero que en su país de origen. Y se han manchado las manos para conseguirlo.

En África, el occidental se queja de todo. De la necesidad de sobornar para hacer negocios, de la cantidad de papeles que hay que entregar para montar una empresa, del calor, las enfermedades, los mosquitos y la corrupción. Los chinos trabajan. Han construido presas, oleoductos y redes de fibra óptica. Han revolucionado el transporte con sus motos de bajo coste, utilizadas como taxis para moverse por todo el continente; han montado hoteles y karaokes. Y todo sin rechistar, a un ritmo lento y silencioso.

Cuando Occidente se ha dado cuenta ya era demasiado tarde. Los africanos habían preferido la humildad china para hacer negocios al paternalismo occidental y todos sus valores. Sin nada de esto, sin hablar ni una palabra de los idiomas autóctonos, sin mezclarse demasiado con la población, pero viviendo muchas veces en las mismas condiciones, China ha hecho negocio con un lenguaje que conoce muy bien, el del color del dinero.

África aplaude esa nueva competencia que combate los monopolios de las colonias. Aunque eso no signifique las cosas mejoren para la población. La mayoría de los países en los que hay presencia china han tenido tasas de crecimiento superiores al 4%, pero la pobreza y el paro siguen siendo extremos en ellos.

El modelo de crecimiento ha casado con los intereses de los gobernantes africanos, quienes no han visto peligrar su silla con exigencias de más democracia. El futuro, más que nunca, pasa por África y los dirigentes lo saben. El ex presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, preparaba así a su país para el nuevo orden mundial: "Nos gustaría que China dirigiera el mundo, y cuando eso ocurra queremos estar justo detrás de vosotros".

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