Francia recrudece los mecanismos de selección de sus inmigrantes

El Gobierno de Dominique de Villepin aprobó el proyecto de ley de inmigración, elaborado por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy (el mismo funcionario repudiado por los manifestantes de las revueltas de los suburbios parisinos) que endurece los controles para acceder a la residencia, reduce las vías para la regularización y cierra considerablemente la puerta al reagrupamiento familiar y los matrimonios mixtos.

"Hay que pasar de una inmigración demasiado tiempo sufrida a una inmigración elegida", declaró el primer ministro francés Dominique de Villepin.

Luego de la reunión del Comité Interministerial de Control de la Inmigración (CIC), que integra a los titulares de 10 carteras de su Ejecutivo, Villepin ofreció una conferencia de prensa para presentar el texto legal de la nueva ley de inmigración.

El Gobierno determinará en qué sectores económicos se necesita mano de obra para admitir inmigrantes especializados. El ministro de Asuntos Sociales, Jean-Louis Borloo citó "el mantenimiento industrial, la mecánica, la hostelería y la restauración, los trabajos públicos y las enfermeras", si bien, añadió, la lista variará en función de la evolución del mercado laboral.

Sarkozy defenderá en abril en la Asamblea los 87 artículos de un texto legal que ha nacido con polémica.

"Vamos a tener buenos inmigrantes, que se beneficien de sus derechos, y malos inmigrantes, privados de ellos", indicó el diputado socialista Faouzi Lamdaoui.

El objetivo de la ley es "dotar a Francia de los medios necesarios para controlar su inmigración de modo que se convierta en una baza real para nuestro país".

El texto no incluye ni una sola vez el término cuotas, sino que utiliza el impreciso concepto de estimaciones. La puerta que se abrirá a los inmigrantes ya no estará relacionada con la reagrupación familiar o los matrimonios, sino con las necesidades del mercado laboral.

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