Menem Vuelve (2): Otra vez se debate reubicar la Villa 31

El diario 'Clarín' realiza desde hace algunos días un debate sobre el proyecto de urbanización en Retiro, que resultó uno de los monumentos edicilios que el 'menemismo' no logró concretar... en parte por presión de 'Clarín'. La historia ha caido en otro tema de los '90: la reubicación de la Villa 31.

Irsa, Banco Hipotecario, Loma Negra y Techint se unieron en 1996-1997 para comprar, en forma hostil, la franja de terrenos que pertenecen al ferrocarril que se extienden desde la estacion Retiro hasta el Shoping Paseo Alcorta.

Por esos predios ofrecieron US$ / $ 700 milllones.

El acuerdo con el Enabief (hoy Onabe) fue negociado en el más estricto de los secretos por la gente de Irsa (Eduardo Elsztain / Marcelo Mindlin, en aquel entonces).

Se pensaba construir shopings, estaciones de servicio, hipermercados y departamentos para la clase alta en dichos terrenos que tienen vista al Rio (son considerados los mejores de la Ciudad).

Pero la alegría de Eduardo Elzstain, Saul Zang y otros directivos de la firma Irsa duró poco cuando el tema llego a oídos de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que puso el grito en el cielo cuando se enteró que la venta de dichas tierras se haría sin licitación y con un acuerdo entre las partes que no resultaba 'transparente'.

No dudaron, algunos legisladores, en avisar a Clarín sobre esta operación y fue entonces cuando el diario de Ernestina de Noble le encomendó al periodista Gustavo Bazzan una doble página acerca del proyecto, mala noticia que casi infarta al abogado Zang porque hechó por tierra esa operación ante el escándalo que armaron funcionarios, legisladores y otra empresas que competian para comprar esas tierras.

El punto de ataque fue el precio. Y fue un buen acierto periodístico de Bazzan.

Durante una entrevista periodística que le hizo él a la gente de Irsa, Zang desmintió en todo momento la operación e insistia que todo era "una fantasia del medio grafico", pese a la abundante documentación mostrada por el periodista (planos, croquis de las viviendas, ubicación, plazos de terminación de obras de etc etc).

Un verdadero mentiroso este Zang, que no aprendió con aquel fracaso e intentó repetir algunas 'mañas' que terminaron impidiendo a Elsztain, años después, quedarse con las sucursales argentinas de la Banca Nazionale del Lavoro.

Aquella reunión (estuvieron presentes Zang, Elzstain –aunque sólo permaneció un rato-, el periodista G. Bazzan, y fucionarios técnicos del grupo Irsa), se realizó a primera hora de la tarde en las oficinas de Irsa tiene, en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Bolivar.

Pasaron 3 días entre que se produjo el reportaje de 'Clarín' y su publicación. Durante esas 72 horas Saúl Zang estuvo eufórico por creer que el diario habia aceptado su versión que este emprendimiento era "un puro invento "

Ahora, en el año 2006 parece repetirse la historia.

La idea de vender y urbanizar 18 hectáreas de la zona ferroviaria de Retiro, sobre la cual informó Clarín la semana pasada, y sigue haciéndolo, encendió un fuerte debate sobre el destino de esos terrenos.

Prestigiosos urbanistas y arquitectos coinciden en la necesidad de enmarcar la operación en un plan integral previo para toda el área. Algunos objetan también que ese dinero se destine únicamente a la electrificación del Ferrocarril General San Martín.

Unas 400.000 personas transitan cada día por Retiro, que tiene problemas crónicos derivados de la concentración de transportes. Allí funcionan (mal) 3 líneas ferroviarias con sus respectivas estaciones, 1 línea de subte (en el futuro serán 3, con la H y la extensión de la E), decenas de líneas de colectivos, la estación de ómnibus de larga distancia y la terminal de cargas del puerto, con el consecuente tránsito de camiones. Y confluyen autopistas. En el medio está la Villa 31. Es un caos.

En 1996, la Sociedad Central de Arquitectos organizó un concurso internacional de ideas. Los ganadores fueron contratados por el Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief). Y en forma consensuada con la Ciudad se hizo un plan maestro para 78 hectáreas y un proyecto de normativa, que nunca fue tratado por el entonces Concejo Deliberante porteño.

En 2000, por encargo de la Corporación Puerto Madero —integrada por la Nación y la Ciudad—, el mismo estudio de arquitectura replanteó su proyecto original, para abarcar 300 hectáreas y crear una plataforma logística de infraestructura.

A mediados de 2005, la Corporación y los arquitectos retomaron el tema. Ocurre que a la Corporación Puerto Madero se le terminaron los terrenos en Puerto Madero, y se plantea extenderse para que el negocio inmobiliario no se detenga en plena 'burbuja'.

Por esto decidieron plantear -incorrectamente, hay que comprender que actualmente la Corporación Puerto Madero carece de ejecutvos con conocimiento técnico-, la urbanización de una franja de 18 hectáreas sobre Avenida del Libertador.

El presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, Daniel Silberfaden, le dijo a 'Clarín' que eso es incorrecto y es mejor el proyecto surgido del concurso. "En las bases se establecía como compromiso del Estado que el dinero se destinaría a tres fines: pagar la construcción del nudo de trasbordo (traspaso de pasajeros entre trenes, subterráneos, colectivos y taxis); solucionar el problema de la Villa 31, y electrificar el Ferrocarril San Martín".

Julio Keselman, ex presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, dice que primero es imprescindible trazar una estrategia de urbanización para toda la zona, y recién después "empezar por lo más rico, que es Libertador. Pero no hagamos negocios con la Ciudad para malgastar hectáreas: van a enriquecer Libertador a expensas de arruinar el resto, por no estudiar los condicionantes".

El arquitecto Osvaldo Guerrica Echevarría, presidente de la Asociación Amigos del Lago de Palermo, huele en el proyecto un negocio privado con tierras públicas: "Las organizaciones vecinales de la Ciudad sostenemos que las tierras nacionales, como las ex playas ferroviarias, deben ser destinadas para uso y utilidad pública, preferentemente para espacios verdes. El altísimo impacto ambiental negativo que traería aparejado el uso inmobiliario intensivo de estas tierras redundará en perjuicio nuestro".

Según el presidente del Instituto de Vivienda porteño, Ernesto Selzer, "es impensable un desarrollo sobre Libertador sin resolver la cuestión vial, la conexión con la Autopista Illia, con la Avenida Pueyrredón y con la futura Autopista Ribereña. Y eso no puede hacerse si antes no urbanizamos la Villa 31", consideró.

El último intendente municipal que tuvo la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Domínguez, intentó reubicar la Villa 31; pero fue frenado por la oposición que lo convirtió en tema central de la campaña proselitista que ganó Fernando De la Rúa.

Sí, los porteños que luego derribaron a De la Rúa, no sólo lo eligieron Presidente sino antes jefe de Gobierno de la Ciudad -para lo que fue tan inútil como Presidente, pero es otro tema-, y estuvieron de acuerdo en no reubicar la Villa 31, que sin embargo es un tema central para cualquier debate urbanístico. La Villa 31 no puede estar donde se encuentra. Pero dificilmente un Aníbal Ibarra abordaría este tema ya que el actual jefe de Gobierno suspendido basó su reelección del año 2003 en parte en acuerdos para la 2da. vuelta con barrios precarios de la Ciudad.

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