Busti salpicado por grave escándalo de corrupción

Oscar Horacio Mori ha sido la mano derecha del gobernador entrerriano Jorge Busti. ¿Fue el escándalo Mori un aliciente para que Busti haya sobreactuado en la defensa de los intereses de un grupo de vecinos de Gualeguaychú? Mori se encuentra muy complicado judicialmente, según algunos fragmentos de la investigación que realizó el semanario de Paraná, Análisis Digital:

POR JORGE RIANI

Si hubo un nombre que fue sinónimo de poder en el seno del ámbito del gobernador Jorge Busti, es el de Oscar Horacio Mori. Entre este miércoles en que se expusieron los alegatos y el lunes -día en que se lea la sentencia del juicio por defraudación reiterada a la administración pública- quedaron impuestos los puntos suspensivos que conducen al final de una historia de presunta corrupción millonaria.

Sobre la figura del Pacha Mori pende un pedido del fiscal para que cumpla una prisión de cuatro años y la imposibilidad de volver a ser funcionario.

La imagen del hombre fuerte del bustismo en el banquillo de los acusados es de por sí histórica, como lo es el pedido del acusador. Claro que también quedó expresado el lógico pedido de la defensa para que sea absuelto de culpa y cargo.

Otro tanto ocurre con la ex concejal justicialista Liliana Morard y el militante justicialista Marcelo Sola para quienes el fiscal pidió tres años y seis meses de prisión. La verdad sobre el lugar en que estamos parados llegará el lunes al mediodía. Entonces se podrá hablar de impunidad o justicia.

Una operación millonaria, protagonistas que otrora fueran funcionarios y que nunca abandonaron su codeo con el poder, casi una década de tramitación judicial, una galería de testigos creíbles otros falaces y hasta ridículos, pruebas dudosas y otras elocuentes… en fin todo lo que envuelve a una historia de corrupción e impunidad se sucedió como una película acelerada en las cinco horas que demandaron los alegatos del juicio por defraudación reiterada contra la administración pública.

Eso que la prensa llamó Caso ATN-Aciser -haciendo una combinación de siglas que incluyen el nombre de una entidad de dudosa existencia y la denominación del dinero generoso que fluía durante los años del menemismo- está llegando a su final.

Queda, nada más y nada menos que el dictamen del tribunal que enjuicia a Oscar Mori, el ex funcionario todopoderoso del bustismo al que se lo sindica como el artífice del desvío de casi un millón de dólares, que se presume que fueron a parar a la campaña política del Partido Justicialista en 1997. Por eso este juicio.

Con sus portes de marionetas abandonadas, la ex concejal Liliana Morad de Castoldi y Marcelo Sola fueron los espectadores de un juicio que le devolvía una imagen de ellos mismos de seriamente comprometidas.

Historias risueñas que no dan risa

El fiscal José María Chemez tomó a su cargo la pieza condenatoria más dura contra los procesados. Antes habían hecho lo propio los representantes de la Oficina Anticorrupción como querellante en la causa.

En más de una oportunidad, Chemez recurrió a lo que en el idioma castellano se llama anáfora, que es una reiteración de palabras y frases al propósito de que algo quede claro. Lo que el funcionario judicial quiso dejar en claro, para el caso, fue que hubo un delito comprobado y un responsable mayor que fue Oscar Horacio Mori.

"Está probada la solicitud de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por parte de Morard y Solá. Está probado el cobro de cada uno de los ATN por cada uno de ellos. Está probado el cambio de destino de los ATN.

Están probadas las irregularidades y recibos y las facturas acompañadas, y los que pasaron el control formal resulta ser que se trata de negocios que no existían sino que eran facturas para poder justificar el gasto al Tribunal de Cuentas.

Está probado que Aciser era un sello, que no existía y que era una pantalla para obtener estos fondos". Así de insistente fue Chemez al desbaratar la historia de una campaña de concientización sobre el sida y la compra de aparatos médicos para justificar el gasto de una cifra millonaria.

"Está demostrado -continuó en su anáfora- que no hubo un estudio previo de factibilidad de precio de evaluación sobre si era conveniente la compra. Está demostrado que los aparatos médicos eran de última generación en 1994 cuando entran al país, y cuando la supuesta Aciser lo compra ya eran chatarra. Y Aciser, seguramente, para justificar esos fondos compró chatarra".

El fiscal se dio tiempo para resaltar los pasajes más surrealistas en el afán de intentar blanquear una historia de corrupción administrativa. Se burló de que entre los declamados objetivos de Aciser haya estado el estudio de los presupuestos nacionales, provinciales y municipales a fin de servir de información a la comunidad.

"Resulta paradójico, irónico y hasta podría ser gracioso si no hubiera en juego fondos públicos por tanta suma de dinero. Evidentemente Aciser no lo pudo hacer con los propios fondos que gestionaron", dijo el acusador, acaso para dejar en claro que tampoco faltó una cuota de cinismo en el cerebro que pensó la operación.

También ilustró sobre el modo fácil con que se manejaban cifras importantes y construcción de pruebas. Reveló una historia que alberga el voluminoso expediente de 4.000 fojas.

Lo hizo contando la novela que tiene como protagonista a un comerciante llamado Carlos Alberto Demartini, quien intentaba cobrar una venta ante el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV) y estando en los pasillos, la ex concejal Morard se le acercó para interesarlo en la compra de desechos utilizados en la construcción de viviendas en La Paz y Villaguay.

"Demartini le vende cuando ya estaba el Tribunal de Cuentas investigando a Aciser, material de construcción de la Sociedad Electro Comercial, nada menos que por la friolera de $ 49.260 y $ 33.382. Nadie sabe dónde están estos materiales, qué se hizo con ellos y para qué los quería Aciser. Lo más risueño es cómo se produce el encuentro para realizar la operación: él estaba en el IAPV queriendo cobrar y aparece la concejal Morard de Castoldi y le dice que necesita materiales". Calificó a esa operación fantasma como "un artilugio para justificar los evaporados US$ 500.000 de un ATN".

Mori, en la mira del fiscal

Luego de abundar en historias y analizar los testimonios de quienes figuraban como directivos de Aciser sin que ellos sepan que revestían carácter de directivo de esa entidad, el fiscal fue directo a la responsabilidad de Mori.

"Mori trató de desvirtuar la investigación que llevó ocho años de tramitación, con 4.000 fojas, en un proceso en el que se garantizó el derecho a la defensa, y en un caso por el que han pasado la mayoría de los jueces del foro local", describió el acusador.

De esa manera descalificó la idea del acusado ex funcionario cuando había dicho que todo era parte de una campaña mediática y política en su contra.

Dejá tu comentario