Ayer Escribano editó su último número en La Nación

Claudio Escribano, subdirector periodístico del diario La Nación había anunciado que dejaría el cargo el 5 de marzo. Pero, según él le confirmó a DSD, adelantó su decisión para viajar a Pergamino, en calidad de director ejecutivo de Expochacra. "Si no cambia su agenda a último momento, el ejemplar de hoy del diario fue el último que supervisó", se informó.

El subdirector periodístico del diario La Nación, José Claudio Escribano editó ayer el Nº 48.272 del matutino argentino que llega a las manos de sus lectores desde hace 137 años. Fue su última edición al frente de la redacción.

Escribano anunció el 1º de diciembre de 2005 en la reunión de editores, que el 5 de marzo de 2006 abandonaría su cargo al frente de la redacción después de 50 años de desempeñarse en diversas funciones periodísticas. No obstante, no se desvinculará de la empresa y mantendrá su despacho en el edificio de la calle Bouchard pero cumpliendo otras tareas.

DsD pudo confirmar que Escribano fue designado recientemente director ejecutivo de Expochacra, la movida agropecuaria que organiza La Nación todos los años. Eso implicó un cambio en su agenda. Escribano viajará hoy a la exposición en la ciudad de Pergamino que se desarrollará entre el 1 y el 4 de marzo próximos. El domingo 5 es el último día de Escribano en la redacción, pero dos fuentes cercanas al subdirector le aseguraron a DsD que ese día no regresará al matutino.

Si Escribano no altera su agenda a último momento, entonces la edición de hoy de La Nación fue la última que supervisó. Por lo tanto, la decisión de retirarse el domingo 5 de marzo se adelantó 11 días.

DsD gestionó una entrevista con Escribano hace una semana. Pero el subdirector desistió de la misma – de manera muy amable – a través de su secretaria. Entonces DsD insistió para saber cómo vivía Escribano este momento bisagra en su trayectoria y obtuvo la siguiente respuesta, vía electrónica dirigida al Director del portal:

"Hoy, precisamente hoy, ha sido y espero que sea, un día como todos. Mañana, temprano, volveré a levantarme como los todos días y leeré los diarios mientras desayuno. En ese momento comenzará otro día de labor. El lunes 6 de marzo será algo distinto: entraré por último día en esta querida Redacción como uno de sus miembros permanentes después de cincuenta años y un día. Eso, simplemente eso. Espero que mientras usted trabaje pueda divertirse también durante cincuenta años tanto como pudo hacerlo quien esto le contesta. Será la mejor manera de hacerlo en serio. JCE".

Después de enviar el "mail" en horas de la tarde, Escribano procedió a "limpiar" su escritorio, ante la mirada atenta de su secretaria, muy emocionada.
Estas decisiones fueron tomadas con absoluta naturalidad en el diario, donde incluso no sólo los periodistas de la redacción central sino incluso algunos de sus directivos no esperaban ningún evento para el 5 de marzo. Es posible incluso que muchos profesionales del diario se informen del hecho por esta Zona Dura.

La impresión que existe en la redacción es que el reconocimiento a Escribano de parte del matutino fue el pasado 1 de diciembre, cuando – en forma imprevista para la mayoría – anunció su alejamiento y le puso fecha. Fue tan sopresiva la decisión que uno de los secretarios de redacción, Facundo Landivar, el día del anuncio se ausentó de la redacción por un asunto particular. Landivar no pudo presenciar a Escribano, hablando con voz quebrada durante media hora, despidiéndose de hecho de sus periodistas. Esa noche, el 1 diciembre, el secretario de redacción de Héctor D’Amico le dijo al DsD: "lo estamos viviendo como un momento histórico".

En 1994, la familia Saguier adquirió la mayoría del paquete accionario de La Nación. En 1995 Escribano pasó a ser subdirector periodístico, y Fernán Saguier fue designado secretario general de la redacción. A fines de 1997 o principios de 1998, Saguier se alejó del cargo para ocuparse de asuntos corporativos. Pero Escribano conservó su rol y función supervisando siempre a todo el secretariado de redacción. Del 98 al 2000, entre Escribano y el secretario general de redacción, Germán Sopeña (fallecido en 2001) produjeron grandes cambios no solo en la redacción sino también en los contenidos.

Cuando el 2 de diciembre de 2005, Clarín informó de la decisión de Escribano, cerró la noticia sugiriendo que sería Fernán Saguier – con sus 43 años - quien lo reemplazaría. Pero DsD pudo confirmar que Saguier no estará en el matutino el 5 de marzo. Un día antes viajará a Chicago (EE.UU) para tomar un curso de "media management". Estará afuera del país 15 días y deberá viajar a Chicago, una vez más, en el segundo semestre para completar el curso. Actualmente Saguier es "adscripto" a la subdirección que ahora queda vacante. Sin Escribano ni Saguier la transición recaerá sobre las espaldas del secretario general, Héctor D’Amico.

Desde hace muchos años en La Nación todos admiten que Escribano es el verdadero "bastonero" del equipo de periodistas. Los que lo frecuentan – que no lo tutean - escucharon de su boca más de una vez que La Nación es una "institución" más, como los otros tres poderes del Estado. Escribano forma parte del Directorio desde 1997. Fue jefe de la sección Política, corresponsal para América Latina, columnista político, subjefe de Editoriales, y secretario general de redacción.

Los periodistas del diario lo apodaron a Escribano –aunque nunca se atreverían a decírselo-, como "El Factor Estresante" por su rigurosidad tanto en las observaciones sobre las notas publicadas como en su dureza a la hora de "retar" a algún redactor. "Cuando te dicen que vayas a la oficina que te quiere ver, te agarra el estrés" comentan en broma. Para algunos el apodo de "El Doctor" o "El Hombre", mutó por el de "El Factor". De todas formas, los redactores reconocen que si bien puede ser "implacable" puertas adentro, aseguran que es "muy protector" ante críticas que vienen desde afuera del diario. "Nunca va a dejar a un periodista a la intemperie", dicen.

Cuentan los periodistas consultados por DsD que las frases que siempre usa Escribano con los redactores son: "no todo es blanco y negro, hay muchos grises", "hay que buscar los matices siempre, nunca hay que ser contundente", "hay que tener equilibrio en la información, la opinión es otra cosa" o "La Nación no es ni debe ser opositor, tiene que ser independiente".

Junto con Sopeña, Escribano ejecutó la apertura y modernización del diario y los miembros de la redacción reconocen que fue él quien insistió en escuchar a las voces de la izquierda nacional o de los organismos de derechos humanos. Por cierto un poco tarde: la democracia ya tenían varios años. "De todas formas, cuando alguien se pasaba de la raya, Escribano le decía: ‘Señor, no se olvide que a este diario lo fundó un militar’".

Aún muchos recuerdan la sonrisa de Escribano, cuando un editor que escuchó su anuncio del retiro de su cargo le dijo: "Doctor, me parece que su despedida va a ser como la de Los Chalchaleros, que ya se despidieron 20 veces".

¿Quien sucederá a Escribano? Es la pregunta del momento. "Habrá continuidad de la línea editorial, todo sigue igual" dice un integrante de La Nación que pidió a DsD hacerlo como fuente anónima.

El 7 de octubre de 2003, DsD publicó la Zona Dura "Quién es quién en La Nación: de Escribano a los Saguier", en donde se dijo lo siguiente:

"Del diario mitrista queda Escribano. Y es el propio Escribano quien hizo la transición. Hoy La Nación - con avances y retrocesos - pelea por la recuperación de sus ventas; por terminar de definir un producto que muchas veces se queda a mitad de camino entre la formalidad del matutino y el diario/revista. 'Hoy no es nada, ni una cosa ni la otra' se queja un ex directivo de La Nación que no comparte el resultado final.
Escribano algún día se alejará de la redacción. ¿Quién será la cabeza de la edición entonces? ¿Será Fernán Saguier? En caso contrario el matutino se enfrentará a varias opciones: o promueve de la línea de mando de la redacción (desde D'Amico hasta los "históricos"), o sale a buscar por fuera del matutino un nuevo jefe, como muchos creen.
Pero esa discusión ni siquiera comenzó en La Nación. No es una de las urgencias de hoy. Por ahora, alcanza con que se concluyan las obras del remodelado edificio".

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