Maggioli (2): Telerman y los límites de sus designaciones

Todos intentan condicionar a Jorge Telerman y nadie se quiere ir del Gobierno de la Ciudad. Algunas cuestiones esenciales a tener en cuenta.

Breve cuestionario para Jorge Telerman:

1. ¿Cuál es el margen de acción posible del nuevo jefe de Gobierno porteño en materia de designaciones?

2. ¿Es necesario que él mantenga la estructura de poder que no le sirvió a Aníbal Ibarra para permanecer, o necesitará revisar y reforzar esa estructura de poder?

3. A Aníbal Ibarra no solamente le falló la ausencia de estructura de poder sino también la escasez en la eficiencia de la gestión, ¿qué hará al respecto Telerman si esa ineficiencia es achacable básicamente al equipo de acompañó a Ibarra y que ahora desea permanecer?

4. ¿Cómo se construye un proyecto político para ganar en el año 2007? ¿Con la gente de Ibarra o con más gente?

5. "Fulano tiene que quedarse porque lo pide Hugo Moyano", se escuchó. ¿Qué aporta Hugo Moyano al proyecto de Telerman, personaje nefasto, impopular en el distrito porteño, más allá de su capacidad de presión sobre los camioneros de los camiones de recolección de residuos que comanda el ridículo, tosco y millonario Pablo Moyano, hijo del hombre de la CGT?

6. ¿Se puede gobernar la Ciudad sin tener que priorizar las decisiones sobre negocios personales, las cuotas presupuestarias y la corrupción?

La votación

Los colaboradores de Jorge Telerman no mienten cuando afirman que el nuevo jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no esperaba un resultado adverso a Aníbal Ibarra en la Sala Juzgadora.

En verdad, Ibarra ingresó al recinto creyendo que ganaría la moción favorable a su absolución; los integrantes de la Sala Juzgadora lo hicieron convencidos de que no había los 10 votos necesarios para la destitución.

Minutos antes del inicio de la reunión ocurrió una reunión del bloque de PRO en la que la responsable del grupo de trabajo de Compromiso para el Cambio, Gabriela Michetti, confirmó que tenían la información de que no había 10 votos; a su lado, Santiago del Puerto, presidente provisional del colegiado, afirmó que estaba 99% seguro que Gerardo Romagnoli se abstendría, a lo que se agregaba el cambio de bando tan sospechoso de Beatriz Baltroc, a quien sin duda la Legislatura tendrá que investigar más adelante porque su actitud fue muy sospechosa para la honestidad del cuerpo.

¿Cuándo fue que Romagnoli decidió votar por la destitución? ¿Fue antes o durante la sesión de la Sala Juzgadora? ¿Ocurrió antes o después de enterarse que Baltroc había modificado su voto?

Solamente Romagnoli puede explicarlo, y probablemente no le interese hacerlo.

Lo cierto es que la sesión de la Sala Juzgadora demostró que la imprevisión es la moneda corriente en la sociedad argentina. Cuando se especula acerca de la inseguridad jurídica, en verdad esta inseguridad expresa un sentimiento casi colectivo dominado por la incertidumbre. Nadie, ni el más poderoso sabía cómo votaría Romagnoli; y durante la exposición del legislador de Autodeterminación y Liberación cambiaron las expectativas según fue avanzando el discurso.

Por lo tanto, es verdad que "ni Jorge (Telerman) ni ninguno de nosotros pensábamos en este resultado; sí teníamos la firme intención de avanzar en un armado político hacia el año 2007".

La votación en la Sala Juzgadora a la vez expuso la realidad de qué es el ‘kirchnerismo’: un movimiento heterogéneo, difícil, complicado de unificar. En cualquier caso, una doble derrota de Alberto Fernández, jefe del PJ porteño, base del Frente para la Victoria. Fue una derrota el voto de Helio Rebot y otra derrota la abstención de Elvio Vitali, que le debe su poltrona a Fernández, empeñado en salvar a Ibarra.

Según indicó el presidente del bloque Frente para la Victoria en la Legislatura, Diego Kravetz-, en forma abrumadora, ellos estaban en contra de la destitución de Aníbal Ibarra. Pero Rebot votó en contra y Vitali se abstuvo, ¿acaso está en cuestión la autoridad de Kravetz?

Mucho se especula con una propuesta para expulsar a Rebot pero ¿qué hacer con Vitali? Pero, por ahora todo eso es puro rumor.

Los cambios

También es correcto que Telerman prefiere la gradualidad; él no quiere cambios intempestivos porque su obsesión es asegurar la gobernabilidad.

Por lo tanto, el relevo del ‘ibarrismo duro’ será más lento de lo que esperan muchos periodistas y varios de los aliados de Telerman. Pero hay una realidad: los acuerdos de Telerman con el PJ porteño son muy diferentes a los que tenía Ibarra y a los que anudó Alberto Fernández.

Veamos un ejemplo concreto: U24 mencionó ayer a Pablo Enrique Maggioli, vicepresidente del Banco Ciudad de Buenos Aires; por su vínculo con Gerardo Boneto, ‘operador’ de la empresa catalana CIRSA, a cargo del buque casino anclado en la Costanera Sur.

Lo que nunca sospechó U24 era que Eduardo Hecker, presidente del Ciudad, estuviera dispuesto a movilizarse tan velozmente en defensa de Maggioli, lo que obliga a preguntarse porqué a Hecker le importa tanto el comentario que, aparentemente, no lo comprometía.

"Hay mucha susceptibilidad", dijo un ejecutivo del banco. "Nadie tiene el cargo comprado", agregó. Él recordó que el martes 10 de febrero de 2004, la Legislatura aprobó, por amplia mayoría, los nombramientos de Eduardo Hecker y de Alejandra Tadei al frente del Banco Ciudad y de la Procuración General, respectivamente.

El nombramiento de Hecker fue aprobado por 47 votos a favor y 6 abstenciones. El Gobierno de la Ciudad envió el pliego de Hecker y los de Elba Castaño y Pablo Maggioli, actualmente en funciones, y Néstor Grindetti y Gustavo Grasso, por el partido de Mauricio Macri. "Si estuvieron todos de acuerdo ahora, ¿por qué querrían desplazarlos ahora?", preguntó el ejecutivo del Ciudad.

Sin embargo, no faltó quien recordase que, en aquella oportunidad, se debatió largamente si la designación de Hecker era por vacancia, en lugar de Roberto Feletti, o era definitiva. Y los ‘kirchneristas’ Miguel Talento, Diego Kravetz y Claudio Ferreño pidieron que el pliego de Hecker quedara reservado en Secretaría, hasta que el Ejecutivo porteño enviara al Parlamento la totalidad de los pliegos de los candidatos al directorio. O sea que había una complicación precisamente por las cuotas de poder.

"Es incorrecto cree que Telerman debe mantener todo sin revisar", dijo un ex hombre del Ciudad. "La aprobación de los pedidos de Ibarra fueron un aporte a la gestión del jefe de Gobierno de entonces; pero si ahora ellos renunciaran y Telerman enviara otros pliegos, también se facilitaría la aprobación porque se trata de garantizar la gobernabilidad".

La palabra de moda es esa: "Gobernabilidad".

Luego, tanto Hecker como Maggioli son amigos personales de Ibarra, ¿cuál sería el problema de que Telerman quisiera designar en esos cargos a gente de su confianza?

"Bueno, él debería respetar las designaciones de Ibarra", opinó un legislador del FpV. "Necesita del apoyo de Ibarra para consolidarse".

Esto es muy discutible porque Telerman fue elegido por los ciudadanos igual que Ibarra; es tan legítimo como él, y en definitiva tiene la difícil tarea de intentar que el oficialismo gane la próxima elección, luego de la derrota del 23 de octubre de 2005. Además, ¿cuáles son los apoyos que tiene Ibarra? ¿Alberto Fernández?

"Permanecer en el cargo es la obsesión de esta gente y por eso lanzaron lo del golpe institucional, para atornillarse a sus nombramientos", reflexionó un justicialista adversario de Alberto Fernández que habla habitualmente con Telerman.

Por lo tanto, abundan las especulaciones y los comentarios, evidentemente también las presiones que Telerman deberá eludir en todo lo posible.

Pero el comentario sobre Maggioli no aludió a la estabilidad de Hecker ni del directorio sino simplemente a su relación con Gerardo Boneto, el influyente operador del buque casino porteño. ¿Por qué habría de molestarle a Hecker? Habrá que investigar. Cualquier información será bienvenida.

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