Bachelet inicia la reforma del sistema de pensiones en Chile

La reforma al sistema de administración de los fondos de pensión fue una de las propuestas electorales de Michelle Bachelet, y ahora abordará un tema muy delicado. El diario El Mercurio, de Santiago, lo explicó así:

POR ALEJANDRO SÁEZ ROJAS

Algunos datos previos:

> 2,4% es la comisión promedio que cobran las administradoras de fondos de pensiones incluyendo el seguro de invalidez y sobrevivencia.

> 3,8 millones son los cotizantes del sistema de fondos de pensiones en la actualidad. Esta cifra corresponde a las personas que regularmente están aportando a su cuenta individual.

> 7,4 millones es el número de afiliados al sistema, cifra que incluye a las personas que se inscribieron pero que luego por diversas razones nunca más realizaron aportes.

> US$ 80 millones al año son las rentas sobrenormales en la industria de las AFP calculadas por un estudio de Salvador Valdés e Ivan Marinovic. (En especial esto se produce desde fines de la década de 1990).

La expectación ha sido la tónica en los nombramientos de la ya asumida Presidenta Michelle Bachelet. Y la reforma al sistema de pensiones no ha escapado de ese sentimiento.

¿Cómo estará integrada la comisión que estudiará el cambio a este trascendental sistema de seguridad social?

¿Qué tipo de personalidades serán las que finalmente formarán parte de este grupo encargado de recoger todas las visiones que existen sobre el tema?

La nominación de los miembros de este grupo no debería tardar demasiado. El programa de la mandataria puso fechas bastante claras para obtener resultados: el equipo designado debería entregar un informe en junio de 2006 para que ya el segundo semestre pueda ir al Congreso un proyecto de ley.

De ese mismo documento surgen algunas luces acerca de quiénes serán parte de dicha comisión: un grupo de expertos -técnicos, principalmente- que se nutrirán de las visiones de otros representantes de la "ciudadanía", porque, tal como se ha reiterado, éste debe ser un cambio que cuente con un amplio consenso en la población.

Porque ha habido voces disidentes en la Concertación que sostienen que el Consejo no puede estar compuesto sólo por "tecnócratas", sino que en él deben estar presentes la industria de las AFP, la ciudadanía y las entidades sindicales. Así lo planteó, por ejemplo, el senador del Partido Socialista Carlos Ominami.

Los cambios que se pretenden introducir también serán un ícono. Chile fue el pionero en contar con un sistema de ahorro individual en el mundo, y muchos serán los países que han copiado el modelo y que estarán atentos a lo que ocurra con las modificaciones al sistema de pensiones.

Expertos consultados llaman a cuidar no sólo los efectos en las pensiones, sino además lo que puede pasar en materia de gasto fiscal, ahorro público y mercado de capitales, todos ellos ítemes que se han visto beneficiados por la gestión de los fondos individuales de los trabajadores.

Resguardar estas materias requerirá que existan especialistas que estén al tanto del sistema de pensiones, como de sus consecuencias macroeconómicas.

Frente a la discusión previsional se han ido tejiendo muchos mitos. Primero, se le ha achacado al sistema de AFP la cobertura incompleta que tiene sobre los trabajadores.

De todos los ocupados en Chile, sólo el 63,7% se encuentra cotizando en una administradora de fondos de pensiones, de los cuales no todos aportan regularmente, y hay quienes tienen lagunas previsionales.

Según dijo Andrés Velasco en una entrevista durante la campaña y ahora como ministro de Hacienda, alrededor del 40% de los afiliados al sistema no tendrá derecho a la pensión mínima, porque no consiguió ahorrar los 20 años mínimos que exige la ley para proporcionar ese beneficio.

Pero éste es un problema que no tiene que ver con las AFP y la existencia de cuentas de ahorro individual, pues está relacionado con el mercado laboral, pues las personas dejan de trabajar y luego vuelven, como las mujeres para cuidar a sus hijos, y aquellos que quedan cesantes, períodos en los que simplemente no hay recursos que reservar para la vejez.

El aumento de la cobertura de las pensiones será entonces un problema del fisco, y de ahí la importancia de lo que se ha definido como el "pilar solidario".

Finalmente, será el Estado el que tendrá que sacar fondos públicos para poder garantizar una pensión a quienes no cumplan con los requisitos dentro del sistema y a los que están fuera de él. Por eso es que quizá se esté pensando en una figura como la de Mario Marcel, ex director de Presupuestos, para liderar este proceso de cambio.

¿Cuánto costarán hoy estas transformaciones?

Y lo más importante: ¿Qué herencia se les dejará a los gobiernos en el futuro?

Son preguntas que este grupo de expertos tendrá que responder para avalar las discusiones que se realizarán posteriormente en el Parlamento.

En lo que sí parece haber consenso técnico es en la necesidad de elevar la competencia de la industria de las AFP.

El resultado esperado: conseguir que bajen las comisiones, que hoy están en alrededor del 2,4% del sueldo imponible (que tiene un tope de 60 unidades de fomento), y entregarle así un beneficio al afiliado.

Eso sí, no hay claridad de cuánto es lo que pueden aumentar las pensiones con la rebaja de los cobros que efectúan las AFP.

Algunos estiman que si se reducen a la mitad las comisiones, el efecto en el dinero disponible para los afiliados es de 1 a 2% del fondo acumulado.

Y como las comisiones se descuentan del sueldo, no del ahorro que va al fondo de pensiones, podría hasta ser necesario subir la tasa de cotización -por ejemplo, al 11% desde el actual 10%- para que el excedente que generen las menores comisiones se vaya finalmente a incrementar la jubilación obtenida por las personas al fin de su vida laboral.

De lo contrario, una rebaja en las comisiones sólo tendría efectos en aumentar el salario líquido de los trabajadores.

Como es el Estado el que tendrá que poner más recursos, los beneficiados con esta reforma serán los grupos más pobres de la población. Es imposible pensar que el fisco destinará dineros a suplementar la pensión de las clases medias, que sufren especialmente por el deterioro en la calidad de vida al dejar de trabajar.

Para quienes ganan $ 1 millón al mes en su profesión y que al jubilar obtienen $ 500.000, esta reforma no hará nada, excepto si se consigue que las menores comisiones se vayan efectivamente a incrementar la pensión. El efecto de las menores comisiones será una de las cuantificaciones que tendrá que realizar este grupo de trabajo.

Con las armas

Durante la campaña presidencial, el entonces coordinador del programa de gobierno de Michelle Bachelet, Alejandro Foxley, dijo que una reforma global al sistema de pensiones requería entonces incorporar la previsión de las Fuerzas Armadas.

El Ejecutivo envió en 2004 una iniciativa legal que proponía racionalizar el uso de los recursos públicos mediante la eliminación de algunas distorsiones que se han producido en el sistema previsional que rige al personal de las FF.AA., lo que, de acuerdo con las cifras entregadas por el Gobierno, generará ahorros durante el 1er. año de aplicación, y se incrementarán gradualmente, escribió la prensa en su oportunidad.

El personal de las FF.AA. chileno realiza un aporte de su remuneración para su previsión. Sin embargo, estos montos no alcanzan a solventar las necesidades de pensiones, por lo que el déficit cada año es cubierto por el presupuesto de Defensa.

¿Cuál es la causa?

En 2002 existían 92.547 pensionados y montepiados en Capredena, mientras que el personal activo de las tres ramas (Ejército, Armada y FACh) eran 41.687 suboficiales, 7.019 oficiales y 4.214 personal civil.

De hecho, según el ex ministro de Defensa, Jaime Ravinet, este año por primera vez el fisco va a gastar más dinero en personal en retiro que en los militares en funciones.

Las zonas de conflicto

Algunas son las áreas que generarán más problemas para lograr acuerdo al momento de discutirse la reforma al sistema de pensiones.

Cómo financiar el pilar solidario. Está claro que casi la mayor parte de los sectores está de acuerdo en aumentar la cobertura de las pensiones asistenciales y mínimas.

Pero eso tendrá un costo fiscal involucrado, que no sólo gravará a este gobierno, sino también a los que vendrán. Por eso es importante definir cuánto costará y de dónde se obtendrán las platas para poder pagar lo que se ha llamado el pilar solidario.

Las propuestas van desde aumentar la cotización de las rentas más altas para que subvencionen a los de más bajas rentas; redistribución de fondos de programas públicos, lo que pondrá en competencia a otros planes prioritarios, como mejorar la calidad de la educación o disminuir el déficit de viviendas; que sea sólo el crecimiento económico esperado el que dé los recursos, o bien que se tenga que acordar una nueva alza general de impuestos.

Todo dependerá de los cálculos finales.

Otro de los puntos conflictivos es cómo reordenar la industria para que haya más competencia y se produzca una disminución de las comisiones.

Porque es un hecho que no necesariamente más AFPs significa menores precios, porque hay economías de escala por tener determinado número de cotizantes que permite ahorros en los costos de administración.

Algunas propuestas van a abrir el sistema en los diversos servicios que se prestan, como la recaudación de beneficios, por un lado, con la administración del fondo de pensiones mismo, por otro lado.

También se deberá discutir si quienes participen del negocio deben tener giro único o no, en especial teniendo en mente el interés de los bancos por entrar al sistema.

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