El peligro no afloja (2): Después del engaño griego, llegó la mentira húngara

Grecia mintió descaradamente acerca de su situación, posibilidades y gestión de cuentas públicas, y provocó un descalabro en la Eurozona. Hungría no está en la Eurozona pero resulta que sorprendió advirtiendo que podría provocar un 'default'. ¿Cómo hace la Argentina para terminar más o menos bien un canje de deuda que se demoró demasiado por culpa de los funcionarios públicos?

Hungría ha pasado al primer plano después de que el nuevo portavoz del Gobierno húngaro, Péter Szíjjártó, explicó, en unas declaraciones recogidas por la agencia local MTI, que el gobierno anterior "manipuló los datos tal como lo había hecho Grecia".
El Gobierno del conservador Viktor Orbán, quien asumió la semana pasada el poder, ha creado un comité destinado a aclarar estas supuestas manipulaciones contables y, según informó Szíjjártó, en los próximos días publicará los detalles de los cálculos actuales.
Además, el Ejecutivo húngaro presentará una estrategia para hacer frente a situación, que el primer ministro ha calificado como "comparable a la de Grecia", según los medios locales.
En octubre de 2008, poco después de desatarse la crisis financiera internacional, Hungría recibió un préstamo internacional de €20.000 millones proveniente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM) para salvar al país de la quiebra.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, señaló por aquellas fechas que el objetivo del crédito era impulsar una economía "Este paquete (el del FMI) fortalecerá la estabilidad a corto plazo del país y mejorará el potencial de crecimiento a largo plazo", aseguró Strauss-Kahn.
El paquete de rescate fue concebido para restaurar la confianza de los inversores y para contrarrestar la crisis del sector financiero. Y como contrapartida se exigió, como es habitual en estos casos, un severo recorte del gasto público.
El primer ministro Viktor Orban aseguró antes de tomar el poder que Hungría renegociaría las condiciones sobre el pago de su elevada deuda con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Orban se marcó como objetivo reducir a cero el actual déficit fiscal que se sitúa en el 4% del PIB.
Aunque Hungría no forma parte de la eurozona y apenas representa el 0,8% del Producto Interior Bruto de la UE, la hipersensibilidad de los mercados hace que cualquier mala noticia sea recibida con la huida masiva de las posiciones en la divisa europea, que ha bajado a US$ 1,19 por primera vez desde marzo de 2006, y la salida de los inversores de los valores vinculados a los países de la Unión Monetaria con mayores problemas de déficit, entre ellos España y su deuda.
Tras abrir en positivo, las advertencias que llegaban desde la reunión del G-20 en Corea del Sur sobre el riesgo de que la crisis de la eurozona acabe provocando una nueva recesión de la economía mundial ha hecho que los principales parqués se dieran la vuelta a media mañana.
Poco después, la revelación del engaño de Hungría y unos datos de desempleo en USA algo peores de lo esperado derribaron a las Bolsas.

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