CRISIS EN ORIENTE

Se complica el rompecabezas de Siria y arrastraría a El Líbano

Más de 10.000 personas demandaron la renuncia del presidente sirio Bashar al-Assad en el funeral de 8 manifestantes asesinados la noche del domingo 17/04 en la ciudad de Homs. Preocupante revelación del The Washington Post / Wikileaks.

El Departamento de Estado de USA negó que estuviera trabajando para socavar al gobierno sirio, después de que The Washington Post publicara que Estados Unidos ha financiado a grupos opositores en ese país, según cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks.

 
Pero Siria utiliza esas versiones para considerar enemigos a los manifestantes e incrementar la represión. Pero también aumenta la cantidad de gente en las calles.
 
Siria gira en el círculo vicioso que caracteriza las situaciones prerrevolucionarias. Cerrado a la prensa y oculto a los ojos del mundo, el país parece haber escapado al control de un régimen que solía controlarlo todo. 
 
El presidente Bachar el Assad anunció el sábado 16/04 que levantaría el estado de excepción, vigente desde 1963, pero solo consiguió estimular las protestas contra su régimen. 
 
Unas protestas que se avivaron el lunes 17/04 con la presencia de miles de manifestantes en la ciudad industrial de Homs. Las fuerzas sirias han empezado a disparar contra los cientos de opositores al régimen que aún permanecían en las calles, según ha informado un testigo a la agencia Reuters.
 
Al parecer, un agente se dirigió a los manifestantes a través de un megáfono para pedirles que abandonasen la plaza del Reloj en la que se concentran y después las fuerzas de seguridad han abierto fuego, según ha contado a la agencia un miembro de una organización humanitaria. 
 
El mismo testigo ha contado que los agentes también han utilizado gases lacrimógenos, y que al menos una persona ha resultado herida. 
 
2 testigos también han contado a Reuters que han oído disparos provenientes de la plaza. 
 
Un blog sobre Siria en la web de Al Jazeera recoge el testimonio de un manifestante que dice que hay muchos heridos. En la pantalla de Al Jazeera se vio a alguna gente vestida de civil disparando contra los manifestantes.
 
El presidente Assad intenta mitigar las revueltas anunciado que luego no cumple en la forma como las anticipó. Por ejemplo lo del levantamiento del estado de sitio lleva semanas que sí, que no.
 
Poco antes del ataque en la plaza del Reloj, el Ministerio del Interior sirio ha calificado de "insurrección armada" las revueltas desatadas contra el Gobierno, y ha acusado a grupos salafistas de estar detrás de estas. 
 
"La evolución de los acontecimientos en los que soldados, policías y civiles han muerto y bienes públicos y privados han sido destruidos, ha revelado que se trata de una insurrección armada realizada por grupos que pertenecen a organizaciones salafistas, especialmente en las ciudades de Homs y Banias", ha denunciado el ministerio en un comunicado.
 
"No vamos a tolerar las actividades terroristas de estos grupos armados que atentan contra la seguridad de los ciudadanos. Impondremos con firmeza la seguridad y la estabilidad en todo el país, persiguiendo a los terroristas que serán llevados ante la justicia para poner fin a toda forma de rebelión armada", siguió el comunicado.
 
Las protestas estaban motivadas por la muerte de 8 opositores. Durante la noche del domingo 17/04 la policía mató al menos a 8 manifestantes en Homs, ubicada 165 kilómetros al norte de Damasco. 
 
Ocurrió que se supo que un jefe de clan de Homs había muerto mientras permanecía detenido en una comisaría. 
 
La noticia provocó una manifestación de protesta a la que se sumaron, según distintos testigos, decenas de miles de personas. 
Una multitud acudió al funeral, en el que se gritaron consignas contra Bachar el Assad. Ya entrada la noche, la policía abrió fuego y mató a esas 8 personas. 
 
Entonces el lunes, en los funerales de las víctimas del domingo, se reprodujeron las manifestaciones. "Homs ha entrado en ebullición, hay gente por todas partes y la policía dispara a sangre fría", declaró un activista local a la agencia Reuters.
 
El domingo, durante un funeral en Talbiseh, también hubo disparos policiales y 3 muertos más. Otras fuentes indican que en Latakia 3 manifestantes murieron en la madrugada. La inestabilidad se extendía por todo el territorio, incluyendo la capital, Damasco.
 
Bachar el Assad mantiene un doble juego: por un lado, promete reformas y tolerancia; por otro, reprime con tremenda dureza. 
 
El Gobierno sigue diciendo que la revuelta está fomentada por "conspiradores extranjeros" y afirma que bandas violentas, financiadas y armadas desde El Líbano e Irak, disparan contra la policía y los soldados. 
 
La agencia oficial de noticias se refirió a una emboscada contra un vehículo policial en una autopista al norte de Homs, y el ministro de Asuntos Exteriores, Walid al Moualem, declaró que el Gobierno podía tolerar "las manifestaciones pacíficas" (prohibidas por las leyes del estado de excepción), pero no "las barricadas, los sabotajes y los incendios provocados".
 
Resulta imposible verificar la existencia de esas bandas armadas. Pero crecen las denuncias de familiares de soldados muertos, según las cuales quienes se negaban a disparar contra la multitud son ejecutados por sus superiores. 
 
Según esas versiones, las muertes en el Ejército y los cuerpos policiales se deben a la represión interna, y no a asaltos de milicias revolucionarias.
 
Revelación de Wikileaks
 
Pero The Washington Post ha dado la razón al presidente sirio Bachar el Assad, quien lleva un mes insistiendo en que las protestas en su país son promovidas por otros países. 
 
El diario estadounidense ha revelado que cables difundidos por Wikileaks desvelan que Washington DC ha financiado en secreto a grupos de la oposición siria y a la cadena Barada TV, que emitía desde Londres informaciones críticas con el Assad.
 
Los telegramas diplomáticos indican que Barada TV, que funciona desde 2009 aunque se ha reforzado desde que comenzaron las protestas el 15/03, está muy cercana a la red de opositores en el exilio Movimiento para la Justicia y el Desarrollo. 
 
El Departamento de Estado habría financiado a este grupo con US$ 6 millones desde 2006, según el cable diplomático revelado por Wikileaks.
 
La Administración estadounidense comenzó a financiar a personalidades de la oposición siria durante los días de George Bush hijo en el poder, pero siguió haciéndolo con Barack Obama. 
 
El Post no aclara, sin embargo, si ha seguido haciéndolo las últimas semanas. 
 
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, negó las acusaciones y ha señalado que Washington "no está trabajando para minar (la autoridad) del gobierno sirio", aunque aprovechó la rueda de prensa para pedir al presidente el país que responda a las "aspiraciones legítimas" de sus ciudadanos. Un diplomático citado en los cables propone cambiar "los programas actuales de financiación de facciones, tanto en el interior como en el exterior de Siria".
 
De la ecuación exterior también formaba parte el ex vicepresidente Abdul Halim Khaddam, quien dimitió en 2005 y se exilió para luchar contra el régimen de el Assad. 
 
Khaddam es de religión suní, a diferencia de los Assad y buena parte de los dirigentes del régimen, pertenecientes a la minoría alauí. 
 
El ex vicepresidente, enemigo personal de el Assad desde que este le marginó en un proceso de rejuvenecimiento del régimen, está emparentado con la familia Hariri, el clan que lidera a los suníes de El Líbano y encabeza la lucha contra la influencia siria. Khaddam dispone de una gran fortuna personal.
 
Hezbollah, el partido-milicia de los chiíes libaneses que constituye la principal "fuerza de choque" de Irán y Siria, acusó en Beirut a los Hariri de estar financiando "la desestabilización de Siria", y pidió una investigación judicial sobre el asunto. 
 
Hezbollah, que enarbola la bandera de la resistencia a ultranza contra Israel, se ha convertido en la mayor fuerza político-militar de El Líbano gracias al dinero que recibe desde Irán y las armas que recibe desde Siria. 
 
Una hipotética caída del régimen de Damasco tendría enormes consecuencias en El Líbano y cambiaría por completo los equilibrios geoestratégicos en Oriente Próximo.

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