Jong Tae-Se, el delantero que llora

Jong Tae Se, de 26 años, conocido como el "Wayne Rooney de Asia", lloró al escuchar su himno en el Mundial Sudáfrica 2010. Las cámaras de televisión siguieron al atacante asiático, sus compañeros cantaban su himno nacional pero Tae Se no podía ni abrir la boca, solo derramaba lágrimas mientras miraba fijamente la bandera de su país.

Jong Tae-Se juega de delantero y su club actual es el Kawasaki Frontale, de Japón.
Hijo de surcoreanos, Jong nació en Japón. Su madre, ferviente seguidora del comunismo, le inculcó desde pequeño los principios de esa ideología.
Aunque legalmente no puede renunciar a su nacionalidad surcoreana, Jong reniega de ella y se siente profundamente norcoreano, pese no haber pisado nunca dicho país.
Jong Tae-Se ha desarrollado su carrera profesional en el Kawasaki Frontale japonés, donde se ha convertido en uno de los mejores delanteros de la competición.
Heredó la nacionalidad surcoreana de su padre, de la que siempre ha renegado, adquirió la japonesa por nacimiento, pero quiso ser norcoreano y representar a 'su país' con un balón en sus pies, cuando en el año 2005 presenció la derrota de su país adoptivo a manos de Japón por 2-1 durante la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 2006.
En Japón, Tao-Se no es ni un norcoreano al uso ni un japonés del montón. Educado entre los cerca de 600.000 'zainichis', grupo étnico de coreanos que viven en Japón, estudió en escuelas donde la primera premisa era jurar lealtad a Kim Jong Il.
Sin embargo, el jugador tiene poco de comunista. Es el único de su equipo que tiene un iPod, una notebook y una PlayStation, lo que le ha convertido no sólo en la estrella de su equipo en el campo sino también en las habitaciones, ya que es el que más visitas recibe de compañeros que le piden un rato de ocio con sus 'aparatitos'.
Tampoco descuida su imagen. Le encanta la ropa cara, de marca, los coches último modelo y cambia de peinado al estilo Beckham cada 2 por 3. Aún así, él sigue reafirmando que su país es Corea del Norte, aunque nunca ha estado allí ni, de momento, piensa en pisarla.

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