Profunda decepción provoca la selección inglesa

Un simpatizante inglés ingresó muy enojado hasta las duchas de los jugadores de su selección para pedir explicaciones a los jugadores tras el fiasco ante Argelia. David Beckham lo calmó y el hombre se marchó con absoluta impunidad.

Impactante el relato del periodista españo Óscar Fornet para el diario madrileño El Mundo:
Apenas unos minutos habían transcurrido desde que Guillermo y Harry, los príncipes, abandonaran el deprimido vestuario de la selección inglesa tras el insípido empate sin goles ante Argelia. Concluido el incómodo trámite de cuadrarse ante la realeza en momento tan desagradable, los jugadores continuaron masticando su enfado en silencio hasta que la puerta se abrió de nuevo. Al otro lado apareció la figura, nada amistosa en esta ocasión, de otro inglés que, a juzgar por el color de su colérico y congestionado rostro, ninguna sangre azul corría por sus venas. Era bien roja tirando a morada. Nadie le conocía, pero el tipo estaba más enfadado que ellos, y venía exigiendo explicaciones.
El hombre, camuflado en una camiseta de su selección, resultó ser un aficionado inglés sin acreditación alguna colgada del cuello ni pulserita VIP. Hasta tal punto flaquean las medidas de seguridad en el Mundial sudafricano que cualquiera puede ocupar su asiento, disfrutar del partido, levantarse, bajar a las duchas, como un miembro más de la plantilla, y departir con sus ídolos; insultarles si se da la ocasión, como tras el Inglaterra-Argelia.
Sólo David Beckham, el chico para todo -menos para patear el balón- en este Mundial, reaccionó ante enajenación transitoria del hincha. Se acercó a él y con maneras de 'gentleman' y su sonrisa de anuncio pronto aplacó el ímpetu de la fiera. Le invitó a marcharse, y eso hizo. Con la misma impunidad que al entrar.
Contraportada del diario 'The Sun'
Tras el increíble suceso, la Federación de Fútbol de Inglaterra (FA) presentó una queja ante la FIFA. "Estoy seguro de que la FIFA aceptará su responsabilidad por lo ocurrido y tenemos que estar seguros de que no volverá a pasar", declaró más tarde el responsable de comunicación de la federación inglesa, Adrian Bevington.
"No fue un error de nuestro personal de seguridad. Ellos hicieron un trabajo excelente". La FIFA respondió a través de su portavoz Nicolas Maingot: "La seguridad del estadio Green Point -Ciudad del Cabo- será investigada para que esto no vuelva a suceder".
La anécdota refleja la delicada situación por la que atraviesan las huestes de Capello y el ataque de nervios que atenaza al país. La prensa, como se esperaba, ya ha desplegado toda su artillería: "Inservible", resume el 'Daily Express'. "Nunca en el ámbito de los conflictos de la Copa del Mundo unos pocos ofrecieron tan poco a tantos", titula 'The Sun' en libre adaptación de la célebre cita de Winston Churchill -"Nunca en el ámbito de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto a tan pocos"-. "Una sombra de sí mismos", define Kevin Keegan en el mismo diario.
La más oscura y atormentada que se dibuja estos días es la de su estrella, Wayne Rooney. "Resulta muy agradable que tus propios seguidores te silben. Muy leal", soltó delante de una cámara mientras abandonaba el terreno de juego tras otra tarde inadvertido. Mucho mal rollo en Ciudad del Cabo, el 'Cabo del miedo' para Inglaterra. Ahora se van a Port Elizabeth a jugarse la vida contra Eslovenia.

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