Destruyendo el planeta (2): Un hombre que no responda ni al Gobierno ni a BP

El gobierno estadounidense escogió a Kenneth Feinberg para administrar el fondo destinado a pagar los daños por el derrame petrolero en el Golfo de México, provocado por una explotación de BP que falló. Feinberg, ahora llamado 'el Zar del Derrame' trabajó antes en el Fondo de Compensación a las Víctimas del Ataque del 9/11.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El CEO de BP, Tony Hayward, es comparado con el vicepresidente de USA, Joe Biden: uno lo deja sin un discurso preescrito y él podrá decir cualquier cosa.
Hayward sucedió a Lord John Browne como presidente ejecutivo de la petrolera, en 2007, y de inmedito calificó el desempeño de BP como "terrible", causando un desplome de las acciones de la firma.
3 años después, con el derrame en el Golfo de México ocasionando una crisis de relaciones públicas a la petrolera, Hayward no cesó en sus deslices. Quizá la declaración más humillante fue, a los reporteros: "¡Cómo me gustaría tener mi vida de regreso!" (¿Qué le quedaba, entonces, a los damnificados por el derrame ocasionado por BP? Luego se disculparía por sus dichos).
Los estadounidenses -y en especial Barack Obama- necesitan un personaje para la crisis tóxica, que genere alguna confianza entre los damnificados, y que obviamente no puede ser Hayward, porque es inglés y porque comete yerros orales.
Así apareció en escena Kenneth Feinberg, y sobre él escribió Catherine Clifford en Fortune:
Para todos los negocios del Golfo de México que se preguntan si sus reclamos por el derrame serán pagados, hay un hombre que puede decidirlo: Kenneth Feinberg, ex maestro especial del Fondo de Compensación a las Víctimas del Ataque del 11 de Septiembre.
Como zar de los reclamos por el derrame en el Golfo de México, Feinberg tiene acceso al fondo de US$ 20.000 millones que se dispuso para pagar los daños.
En múltiples apariciones en el Congreso de Estados Unidos, Feinberg advirtió que no todos los que envíen su queja recibirán un pago. En el Club Económico de Washington, DC, esta semana Feinberg presentó algunos escenarios hipotéticos.
Un restaurante al Norte de Boston que no recibe su suministro de camarones del Golfo, tiene pocas posibilidades de recibir una compensación.
Un motel donde hay petróleo debe recibir su pago.
Un negocio en un campo de golf a 90 kilómetros del Golfo tiene 30% menos posibilidades de recibir una compensación.

BP ha estado realizando pagos por compensaciones individuales, pero varios reclamos de negocios se encuentran atorados en un patrón de espera. Y ahí es donde Feinberg entra en acción.
Feinberg no responde a nadie, no hay comités ni burocracias. "Soy totalmente independiente. No le rindo cuentas al Gobierno, ni a BP", dijo Feinberg en el Club Económico.
Feinberg espera haber concluido el proceso de compensaciones de BP en agosto. Algunos reclamos son los mismos: camaroneros y pescadores que no pueden trabajar, cultivadores de ostiones que no pueden hacerlo por el petróleo.
Pero en muchos situaciones, la legitimidad del caso es debatible. Por ejemplo, los hoteles, restaurantes y bares que dependen del dinero de los turistas han visto una caída en sus ventas; dicen que se debe a la percepción pública de que el petróleo podría afectar sus vacaciones incluso si éste no ha llegado a sus playas, pero comprobar lo contrario no es tarea fácil.
Feinberg se apoya de leyes estatales y federales para determinar cuál queja es viable, pero no siempre es así. Por ejemplo, los valores y los agentes de bienes raíces fueron afectados por el derrame petrolero incluso en lugares donde no hay petróleo en la playa.
"Constantemente escucho de ellos. No estoy seguro de que tengan un caso legal", dijo Feinberg el miércoles pasado, frente al Comité Judiciario de la Cámara. Al mismo tiempo, después de varias visitas a la región del Golfo, Feinberg dijo que se dio cuenta de que "esos agentes de bienes raíces tenían razón en decir que yo debía hacer algo para ayudarlos".
Sin mirar atrás: a pesar del fuerte acento bostoniano, Feinberg trae claridad y decisión a una región que ya se cansó de esperar a que el petróleo deje de derramarse, de que sus cheques de compensación sean enviados, y de ver cuál será el daño impuesto a su estilo de vida a partir de ahora.
Por ahora, los residentes del Golfo y los miembros del Congreso agradecen el trabajo de Feinberg, y se sienten confiados por su estilo particular.
Aún así, Feinberg admitió que "las dudas son parte del trabajo. Es bueno estar seguro de que no te va a paralizar; llega un momento en el que debes tomar una decisión, y otra persona podría tomar una decisión distinta. Debes tomar la decisión y seguir adelante".
Los demandantes también deben tomar decisiones difíciles y seguir adelante. Mientras que Feinberg dice que realizará los pagos de emergencia a seis meses sin pedir a los demandantes que renuncien a su derecho de demandar a BP, si los demandantes deciden conformarse con el acuerdo a largo plazo, firmarán una cesión de derechos para demandar a la compañía petrolera.
Feinberg hace que esta promesa sea difícil. "Seré mucho más generoso que cualquier corte, y al mismo tiempo, no tendrán que pagar abogados y otros costos. Les conviene entrar a este programa".

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