Verbitsky vs. Leuco: Duro debate sobre el periodismo en tiempos de los Kirchner

Horacio Verbitsky, aquel periodista quien, como integrante de la Juventud Peronista y Montoneros, organizaba conflictos en el diario La Opinión contra Jacobo Timerman, tal como recordó alguna vez Abrasha Rotenberg, testigo de toda la historia, ahora sale en defensa de Héctor Timerman aunque más precisamente salvaguarda a los Kirchner, y para ello cuestiona a Alfredo Leuco, quien le respondió. ¿Cómo es el periodismo en días de los Kirchner? Obviamente no hay futuro para Verbitsky, ya un ex periodista, más allá de los Kirchner, pero, tal como lo afirma Leuco, ¿qué pasa con la generación de periodistas que consideraba a Verbitsky un modelo a seguir, y lo descubren orgulloso en su clientelismo?

El domingo 01/08 Horacio Verbitsky escribió en el diario paraestatal Página/12, la siguiente columna titulada 'El mundo al revés', acerca del diferendo entre el periodista Alfredo Leuco y el canciller Héctor Timerman:
"La polémica entre el ministro Héctor Timerman y el periodista Alfredo Leuco es una sucesión de sorpresas que tal vez no haya concluido. En primer lugar, es insólito que a un periodista le moleste que el canciller haya divulgado su punto de vista sobre asuntos de gobierno. Lo habitual es que los funcionarios cultiven el secreto y los periodistas les exijan el acceso a las informaciones que el público merece conocer.
La segunda sorpresa fue que Timerman contara un encuentro anterior en el que Leuco, según dijo acompañado por su gerente comercial, le pidió publicidad "para hablar bien de Kirchner".
Otros periodistas han escrito en forma crítica sobre las condiciones del ejercicio de su profesión en estos tiempos, pero ninguno fue tan extremo como Leuco en su curiosa descalificación de este periodo como el más restrictivo para la libertad de expresión en democracia. Esta enormidad, que lo llevo incluso a polemizar con el director de su diario, Jorge Fontevecchia, es incomprensible en un periodista, pero tal vez no tanto en un productor.
Hay una frontera sutil, que puede reducirse a un asunto de interpretación, entre el chantaje que describe Timerman y la ronda pedigüeña de los periodistas que producen sus programas, en espacios que deben comprar a las señales o a las emisoras. Esta práctica fue deplorada hace ya años por Carlos Ulanovsky como una degradación del oficio.
La tercera sorpresa fue que Leuco anunciara que demandaría ante la justicia a Timerman por calumnias e injurias. Por más que aclaró que lo haría en el fuero civil, esta decisión contradice los largos años de lucha de muchos colegas en contra de la intimidación judicial.
El proyecto de la ex Asociación Periodistas y el que elaboró el CELS luego del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Eduardo Kimel no incluían sólo la despenalización en casos de interés público, sino también la protección contra el acoso monetario, que para muchos puede ser tanto o más intimidatorio que la amenaza penal.
Si un periodista es acusado de algo injusto, sólo debería ofrecer sus pruebas y sus argumentos y confiar en el tribunal de la opinión pública. Carezco de elementos sobre la veracidad o no de la solicitud que menciona Timerman, pero la reacción insultante de Leuco no es el mejor argumento para desmentirla. La última sorpresa fue enterarme, por la segunda carta de Timerman, de que Leuco es judío. Con razón cada día se parece más a mi abuelo."

Alfredo Leuco le respondió a Horacio Verbitsky durante su columna editorial en el programa Bravo Continental, por Radio Continental (AM 590), el miércoles 04/08:
Que Horacio Verbitsky me haya atacado ayer significa, según mi análisis político y el conocimiento que tengo de los personajes, que el gobierno de Néstor Kirchner resolvió borrarme de la faz del periodismo. Condenarme al silencio. Tirarme con todo el aparato del estado para que calle mis opiniones críticas. Es algo que Kirchner viene intentando desde hace tiempo porque siempre defendí los valores del periodismo independiente más allá de mi corazoncito político.
Néstor Kirchner me hizo echar primero de Radio del Plata cuando yo conducía la primera mañana en esa emisora. Después presionó a los dueños de América TV, a los que tanto critica ahora, para que me despidieran de radio La Red y del canal donde hice con mucho éxito de audiencia un programa llamado "Fuego Cruzado" junto a Marcelo Longobardi.
La gota que colmó la paciencia vaso de Néstor fue un informe sobre los misteriosos fondos de Santa Cruz. Cuando estábamos con Bravo Radio del Plata y vimos que fue comprada por empresarios con fuertes relaciones comerciales con el kirchnerismo, aceleramos nuestra partida porque sabíamos lo que se venía. Y por suerte nos contrató radio Continental.
El que padeció la censura y el despido fue Nelson Castro. Ya en ese momento Verbitsky se puso del lado de los victimarios y cuestionó la situación de Nelson planteando que había sido una mera discusión comercial y contractual.
Esta es una breve síntesis de la persecución a la que me ha sometido Néstor Kirchner. No quiero aburrir con los detalles porque en radio no hay demasiado tiempo pero los aprietes desde el estado K fueron innumerables. Amenazas de blogueros, escuchas telefónicas, invasión de correo electrónico, agresiones callejeras, fuertes presiones sobre los dueños de los medios y sobre los anunciantes para liquidarme profesionalmente.
Por suerte no lo han logrado y espero que no lo consigan. Yo voy a dar batalla porque soy una persona honesta que vivo de mi trabajo, profundamente democrática y defensora de los derechos humanos.
Se que no soy nadie, que soy insignificante frente al aparato estatal de descalificación y calumnias montado por Kirchner que utiliza todo lo que tiene a mano: la Side, la Afip y el multimedios de paraperiodistas que cada día crece más.
Horacio Verbitsky con su nota confirmó mis sospechas. Que ha traicionado definitivamente a toda una generación que creyó en el ejercicio de un periodismo independiente de los gobiernos, los partidos y hasta de los dueños de los medios.
En los ´90 para protegerse se comportó como un corderito y fundó la Asociación Periodistas con el fin de defender la libertad de prensa frente a los abusos del poder de turno. Se mostró con una gran amplitud ideológica y convocó a periodistas que hoy califica de derecha o desprecia por destituyentes simplemente porque hacen lo mismo que antes: informar y opinar críticamente del poder. Solo que para Verbitsky, investigar y criticar a Menem estaba bien. Pero investigar y criticar a Kirchner está mal. Dejó de ser uno de los mejores periodistas argentinos (incluso para mi) y se convirtió en el jefe de inteligencia informal del kirchnerismo.
Por el contrario yo trato de ejercer mi maravilloso oficio como un fin en si mismo. Trato de buscar la verdad con la mayor honestidad intelectual posible. No trabajo para ningún partido. Y mucho menos para el oficialismo que es quien siempre debe ser mirado con una lupa mayor.
El gran investigador Verbitsky escribió en estos años pobres referencias eufemísticas sobre temas tan graves como Ricardo Jaime, la valija de Antonini y el enriquecimiento feroz del matrimonio Kirchner durante su actuación en distintos lugares del estado y los fondos se Santa Cruz que a mi me costaron perder el trabajo.¿No hay corrupción en este gobierno?
Hoy a Verbitsky le interesa más la ideología que la verdad. Es su decisión. Pero eso no se llama periodismo, se llama propaganda. El mismo lo dijo cuando todavía no había mostrado su verdadera cara. En el comienzo de su nota me amenaza con más sorpresas.
Dice textualmente "La polémica entre el ministro Héctor Timerman y el periodista Alfredo Leuco es una sucesión de sorpresas que tal vez no haya concluido". ¿Qué sabe Verbitsky? ¿Está preparando el gobierno una nueva operación como ya hizo tantas veces con mentiras al más puro estilo fascista? ¿Sabe Verbitsky algo o participó en su realización?
Todavía tengo mucho para decir en defensa propia. Pero vamos a ir por partes. Continuará...

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