La bonanza no es K: Los precios internacionales casi en un máximo histórico

Los Kirchner no han mejorado la economía. Con cualquier gobernante, la economía hubiera estado hasta mucho mejor porque lo que ocurre es que los precios internacionales de nuestros 'commodities' se encuentran cerca de su máximo histórico en 150 años, explicó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino.

CIUDAD DE BUENOS AIRES ( Idesa). En la historia económica argentina altos términos de intercambio externo han estado asociados a períodos de bonanza, independientemente del signo político del gobierno prevaleciente.
También aparece la regularidad de que las crisis generalmente se produjeron en contextos externos desfavorables.
Los precios internacionales no dependen de decisiones argentinas, pero mucho se podría hacer internamente para estar preparados en el momento en que se produzca la previsible reversión de la favorable situación externa que se disfruta en la actualidad.
Los términos del intercambio cuantifican la relación entre los precios de las exportaciones y el de las importaciones. Es un indicador de la capacidad de compra de la Argentina en el mundo.
Cuando los términos de intercambio son altos, el país puede comprar en el exterior –por cada dólar que exporta– más insumos y maquinarias para la producción y más bienes de consumo. Esto contribuye a tener un mayor nivel de actividad económica y mayores niveles de consumo.
Por el contrario, cuando son bajos, los insumos, maquinarias y bienes de consumos importados son más caros, por lo tanto, se requiere exportar más para mantener el nivel de actividad y el consumo.
En cierta medida, los términos de intercambio miden la intensidad del sacrificio que debe hacer la población para mantener funcionando su economía y sus niveles de bienestar.
En una perspectiva de largo plazo, aparece una alta asociación entre ciclos económicos y términos de intercambio, independientemente de la orientación política de quien detenta el gobierno en cada momento. El trabajo de Orlando Ferreres "Dos Siglos de Economía Argentina" permite corroborar este importante rasgo en la evolución histórica de la Argentina:
> Las bonanzas económicas en los gobiernos conservadores coincidieron con fases de términos de intercambio crecientes (1878 - 1889; 1895 - 1909; 1933 - 1937).
> Las bonanzas económicas en los gobiernos peronistas también estuvieron asociadas a altos precios internacionales para las exportaciones (1945 - 1948; 1970 - 1973; 1990 – 1996; 2002 – 2010).
> Las bonanzas económicas de los gobiernos radicales coincidieron con condiciones externas favorables (1922 - 1929; 1958 - 1965).
En esta mirada de largo plazo de la economía argentina surge con claridad que las bonanzas económicas están más asociadas a condiciones externas excepcionalmente favorables, que a la orientación ideológica de quien ejerce el poder en cada momento.
En igual sentido, las crisis económicas coincidieron, en general, más con los contextos internacionales desfavorables, que con el signo político del gobernante (1890 - 1895; 1910 – 1920; 1931 - 1933; 1952 - 1958; 1976; 1986 - 1989; 1999 - 2002).
En esta perspectiva, resulta pertinente encuadrar la situación del contexto internacional actual.
En el año 2010, los términos de intercambio son un 35% superior al promedio histórico y están entre los cuatro mejores de los últimos 150 años. Tomando como base un nivel 100 para el año 2010, se asimila a los términos de intercambio del año 1909 (índice 104), a los años 1946 y 1948 (entre 104 y 107) y al año 1973 (índice 102).
La historia muestra que los términos del intercambio tienen una tendencia secular a crecer.
En parte, esto es consecuencia de la adaptación de la estructura productiva del país a las señales de precios internacionales.
Por ejemplo, el campo argentino era hasta la década de los ’80 eminentemente productor y exportador de cereales, pero rápidamente se transformó en gran productor de soja a raíz de que los precios comenzaron a favorecer la oleaginosa.
A medida que más soja se produce, el país se adapta para capitalizar a su favor este cambio del contexto internacional.
Pero la historia también muestra una alta volatilidad en los términos de intercambio.
Por eso, más allá que la expansión de los países asiáticos (en particular, China e India) genera condiciones muy favorables para la Argentina –dado que demandan cantidades crecientes de materias prima y proveen bienes industriales baratos– no hay motivos para suponer que este proceso se mantenga indefinidamente.
Frente a la contundencia de esta regularidad histórica –que advierte sobre la importancia de aprovechar las "bonanzas" para generar condiciones propicias que permitan enfrentar las "épocas de vacas flacas"– el sistema político ha mostrado y sigue dando pruebas de una costosa inmadurez que lleva a dilapidar las oportunidades que brinda el contexto internacional.

Dejá tu comentario